Si existieras, te abrazaría por detrás
acariciando tu nuca con mis labios
dejando ni un hueco al espanto de los demás
mientras con mis manos nutro tus navíos
de suaves almendros, esos que despuntan
al brío de tus latidos por sentir cuando nutren.
Si existieras, mi aliento rozaría tu colmen
de mujer dulce sintiendo tu respiración
arrancar el lamento de un desespero por
querer arribar al lecho de mis conciertos
con desasosiego por siempre jamás, como un ruego.
Si existieras, te besaría con apretada firmeza
alcanzando el nirvana por ventana florida
los dos, sin pausa, ante la colmada savia
que fluye por mi alma sintiéndote entera
por nombre de estrella que inunda la sala.
Si existieras, te tomaría por impulso
de dos cuerpos unidos, yo dentro de ti
y tu en mi exterior, sintiendo la dicha
de dos gotas de rocío cayendo en cinta
por nosotros mientras lo hacemos al son del amor.
Si existieras, daría mi vida por completa,
tu y yo, poesía y tributo en par seguido
de alegres coloquios y taimados vicios.
Si existieras, sería el hombre más feliz
por encontrarte al fin, mi excusa, mi extraña.
Antonio Jiménez
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