Es raro, debería tener otros pensamientos, pero sin embargo me embriaga la alegría. Supongo que es por poner punto y final a algo que ya no tiene razón de ser, o por empezar un nuevo debate, o por ser el comienzo de la nada, o la circunstancia más despegada de los recuerdos de una soberbia ya superada, no lo se, simplemente estoy contento, y eso que ya siento en el cuello la soga que va a poner fin a mi vida.
Antonio Jiménez
Me encantaría, si esta entrada, tuviese como etiqueta...Mi Vida. Un fuerte abrazo y un beso con sonrisa de las que crean arrugas.
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