Bajo la atenta mirada de dos cuervos
intenté concebir la idea de acariciar
la hiel que germina de tus senos. Pero si te
soy sincero, prefiero mil veces sandeces de
bandolero a recurrir por un instante a tu anhelo.
Mi herida sigue donde la dejaste, pero a decir
verdad a cada día que pasa una micra
se va cerrando. Llegará el momento que el lamento
sea un burdo recuerdo y todo el daño se haya
curado. Mientras tanto, sigo leyendo y matando el rato.
No es esta posición de alguien centrado,
pero es verdad que te lo he estado avisando;
llegará el día que todo se vuelva contra ti,
todo el daño que te queda por descubrir
es algo que, sinceramente, he querido ahorrarte sufrir.
Si algo tenemos los dependientes de sustancias
es que durante nuestra adicción nos olvidamos
de todo control, de toda familia, de ganancias,
somos egoístas, vendemos hasta el alma. Somos átomos
de mierda funcionando por y para la dependencia.
Y no te he sido franco. Yo soy un hijo de puta
de los más gordos. No solo he gastado, he derrochado,
he falsificado, he liberado mi mente hasta joder con la puta
del barrio, he perdido trabajos por estar borracho, he potado
en comisarias, soy de la peor calaña. Soy un mal nacido.
Estoy cansado de ver pasar mi vida y decir no
ha pasado nada. Ha pasado y mucho. No soy padre
porque no estoy preparado para serlo. Me merezco
toda mi miseria pues me la he ganado a pulso. Esta es
la realidad. Este es el bendito karma que me ha parido.
¡Me cago en su puta voluntad!
Antonio Jiménez
Ojalá aprenda de tus consejos, para que no pase tantas miserias sin necesidad. Está en ti mandar al carajo el karma y cambiar tu día, levántate, mira de frente a la vida y olvídate de errores pasados, que no hay humano que no la hayamos jodido de tanto en tanto. No eres de la peor calaña, alguien tan sincero no puede serlo. Es lo mejor que tienes, no lo desperdicies en tormentos. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarP.S. Perdona que tarde en leerte, sigo con la mudanza y tengo mucho que hacer y poco tiempo.
Ayer estaba furioso y eso se ha notado en el poema. No te preocupes por tu ausencia. Siempre estás justificada.
ResponderEliminarUn beso