miércoles, 30 de junio de 2010

El caballo del Espartero


Ayer por la noche me sorprendí riendo con una historieta de un jueves antiguo, pero no fue esa la única vez que reí, ya que se repitió la risa en dos historietas más. Hacía años que no reía, de hecho hablé sobre el asunto hace poco en una entrada del blog. Supongo que las cosas van funcionando bien y poco a poco voy recuperando mi ser. Supongo que en parte también tiene que ver la charla que tuve con la psicóloga de adicciones, que estuvo una hora conmigo, media hora más de lo que debía. Hice una lista de las cosas que me preocupan o me impiden salir adelante o avanzar o llámenlo como quieran y la estuvimos analizando punto por punto. Sobre mi físico, la belleza es un concepto abstracto, eso ya lo sé, lo que le gusta a unos no le gusta a otros y viceversa. No todos somos modelos de pasarelas y ell@s mismos sin sus capas de pintura o artificios tampoco son gran cosa (envidia pura y dura). Estoy a dieta y me falta hacer ejercicio para rebajar los kilos que me sobran. Como esta semana tengo las mañanas cubiertas por una serie de compromisos que tengo, empiezo la semana que viene de nuevo con las caminatas y en un mes retomo el gimnasio ya que sigo pagando la cuota de 6 euros mensuales. Con los lunares, no hay nada que rascar. Mis hijos no van a dejar de hablarme como yo temo. Una cosa distinta es que llegada su hora, se independicen y vivan su vida. Además, es lo que dice la psicóloca (si, lo he puesto queriendo, es otra de mis palabras con copyright mío, ya que está como una cabrilla la pobre) ya estoy acostumbrado a no estar con ellos. Mis padres con su buena intención me están creando una dependencia a ellos que no quiero asumir, ya que soy independiente por naturaleza. Este es otro punto que me preocupa y lo tengo que hablar con ellos. Tengo que pedirles que dejen de prepararme la comida y a mi padre que deje de limpiar el piso. Que sólo vengan para dormir si eso los deja más tranquilos. Una enfermedad larga, eso es una lotería. Te puede tocar o no. De hecho ya tengo una enfermedad crónica que si bien por sí sola no te mata, te puede llevar a que lo intentes. Así que voy a dejar de darle más vueltas al asunto. El futuro es impredecible. Pensar en él es una pérdida de tiempo. Ya lo tengo asumido. He tardado en asimilarlo unas cuantas horas pero lo tengo aprendido a fuego. De ahora en adelante me voy a centrar en el presente con un guiño puesto en el futuro para que me sirva de guía para lo que quiero alcanzar. Por ejemplo, voy a seguir centrado en escribir diariamente para coger más tablas. Voy a retomar los olvidados estudios y voy a leer hasta que los ojos me pidan descanso a gritos para ejercitar mi denostado cerebro. Voy a seguir por supuesto con el blog musical ya que con él estoy aprendiendo una burrada sobre música. Ya mismo le voy a dar un susto a mi padre pues necesitaré otro disco duro externo ya que los dos que tengo están los pobres casi al límite. Como no me paguen la extra no sé de dónde voy a sacar los euros, ya que mayo y junio han sido criminales en cuanto a gastos y en julio está pendiente el seguro del coche y la itv, pero si yo digo que necesito algo, ese algo tiene que ser mío, máxime ahora que tengo menos gastos que un patinete.

Los del metro en Madrid tienen más huevos que el caballo del Espartero. La canalla de la Aguirre, facha como ella sola que recuerdo cuando vivía en la capital española y se pusieron el huelga los del sector de limpieza del metro también, echó a la puta calle a unos pocos que hicieron de piquete informativo por, según ella, ensuciar aposta el metro madrileño. ¿Qué cojones le importaría si estaban ejerciendo una medida de presión para conseguir su propósito? Pues sí, ella que consiguió un apeadero para el ave al lado de unos terrenos propiedad de su marido en Guadalajara consiguiendo su revalorización, ella que confundió al recientemente fallecido Saramago con una mujer, ella que era mofa semanal del mejor Caiga quien Caiga que jamás ha existido, ella demuestra siempre tener más cojones que cualquiera de su partido. Díganme que cojones de huelga es esa que has de mantener con unos servicios mínimos del 50%.... una pura payasada. Eso es hacer que los que secunden la huelga pierdan su sueldo ese día, simple y llanamente. Ahora con un par están sembrando el caos en Madrid poniendo en manifiesto que una huelga en condiciones es posible. ¿Qué van a rodar cabezas? Seguro, vivimos en un puto país que permitimos que nos gobiernen hijos de la gran puta. Vamos a ver. Que yo sepa existe un libro al que llaman constitución que es un decálogo de ley de leyes que rige los designios de los españolitos. En él se recogen los derechos y deberes. Pues tal como un deber y un derecho es trabajar, un derecho y un deber deberían ser la huelga, no solo un derecho. Un deber porque es la única forma de defensa o presión que tiene el trabajador para defender unos derechos que le están quitando a golpe de pluma y firma. Que yo sepa, la crisis no la ha creado el trabajador, que yo sepa la crisis la han creado los bancos con su mala gestión. A ellos se le da el dinero y al trabajador por el culo. ¿Cómo cojones se explica esto? Pero esta es una situación que no solo se da aquí, que solo somos unos mandados por los mandatos norteamericanos y europeos. Luego lees los derechos de los otros trabajadores comunitarios y ves que siguen igual, excepto en Portugal y Grecia, países tan paupérrimos como la España que nos ha tocado sufrir. En los demás países los trabajadores siguen trabajando las mismas horas, cobran lo mismo y no le toques un derecho, que te montan un pitote que flipas y tiene que dimitir el ministro de turno. Y aquí no solo no dimite nadie (Por Dios, con lo bien que se viven con coche oficial, sueldo abundante, pensión garantizada a los cuatro años de servicios prestados, eso si no has sido un gran cargo…) si no que te amenazan con echar a la calle a los cabecillas de turno. Está demostrado que en este país no puedes demostrar tu valía ya que los envidiosos de turno llaman al primo de Zumosol. Luego está que no va a servir de nada la presión, ya que al gobierno los problemas de la gente de a pié por un oído le entra y por el otro le sale. A ellos les importa que le sigan invitando a la reunión del G20, G11, o comando G, hacerse la foto oficial con esa sonrisa de no haber roto nunca un plato y saber que no va a volver a salir reelegido ya que ha puesto el país al servicio de la derecha más rancia. Solo espero que no saquen mayoría absoluta porque cada vez que me acuerdo de la prepotencia del PP en sus cuatro años de mayoría absoluta, me da arcadas. Los romanos inventaron el circo para tener a la plebe entretenida y no se acordaran de las miserias de su quehacer diario. Hoy en día existe el futbol para ese menester y para los que somos de natural curioso tenemos a los políticos como bufones que, lejos de hacernos gracia con sus ocurrencias, nos amargan la existencia con la exquisitez de su bobería.

Cenizas



Son tantas las cosas que quiero contarte en esta carta que noto como se van agolpando en mi cerebro las ideas, como el agua de un pantano a punto de rebosar que se concentra ante las compuertas de salida. Mis recuerdos contigo van más allá de lo meramente testimonial y es verdad que hemos disfrutado tanto de momentos buenos como malos, pero me has de admitir que si por un momento tomamos una balanza y los pesamos, pesan más los buenos. Mis sensaciones contigo han sido tan buenas que sólo siento lástima de no poder seguir un ciclo en el cual podamos estar siempre repitiendo los mismos actos. Beber un café contigo se me hace tan gratificante como compartir una charla de una película. ¿Te acuerdas cuando fuimos al cine a ver Precious? Recuerdo perfectamente como brotaban lágrimas de tus verdes ojos cuando el padre violaba a su hija; y es que eres tan sensible que daba gozo regalarte un ramo de flores porque siempre lo recibías con un fuerte abrazo colmado de un beso que hacía que el mundo dejara de girar en ese preciso instante.

Ahora mismo estoy viendo la foto que nos hicimos en la playa el año pasado, en nuestras vacaciones; ya sabes, la que tengo enmarcada encima de la mesa del ordenador. En ella estoy mirándote sonriendo mientras me echas tu brazo derecho por encima del hombro y con el izquierdo estrechas mi brazo derecho. Estás mirando a la cámara, sonriendo, con tu jersey azul cobalto. En un primer plano se ve tu anillo de casada. Estás preciosa en esta foto. Bueno, en esta y en todas, ya sabes que para mi eres la mujer más guapa del universo. Que bien nos lo pasamos esas dos semanas. Juntos parecíamos dos jóvenes ávidos de aventuras y aquella ciudad un país a nuestra disposición para descubrir. Que paseos dimos por la playa, la visita al museo provincial, nuestras pueriles esculturas de arena, la subida al faro, el paseo por burro taxi, la ruta de tapas que nos inventamos.

Hoy hace un precioso día de primavera y me hace evocar nuestro primer encuentro, en aquella cafetería cuyo nombre nunca consigo acordarme y tú siempre recuerdas con una sonrisa en los labios, dejándome en el más terrible de los ridículos. Nada más verte sentí un flechazo que hizo que la sangre me fluyera a velocidad de vértigo. Y tú, que estabas acompañada de otro hombre, no hacías más que echarte el mechón de pelo hacia atrás, cosa que te favorecía un montón. No sabía cómo hacer que recayeras en mí, y no se me ocurrió otra cosa que anotar una frase en una de mis tarjetas de visita. Cuando tu acompañante se marchó de tu lado un momento para ir al servicio, fui como un rayo y te la di. En ella ponía que si querías conocer Orión, hicieras el favor de llamarme. A las dos semanas me llamaste diciendo que eras la chica de la cafetería a la que abordé con una tarjeta la cual invitaba a conocer Orión, y yo te contesté que sería un honor para mí enseñártelo. Quedamos y te dije que se podía ver en invierno, que me perdonaras, que se me ocurrió de pronto esa frase, pero era para que te quedaras conmigo por lo menos hasta esa estación. Y te echaste a reír aludiendo que era la manera más original con la cual te habían intentado conquistar. Y te conquisté.

Y con sabor a ambrosía que es como saben tus besos me he estado alimentando todos estos años. Pero el infortunio ha querido que todo termine de la misma manera que todo empieza: De pronto. No sé donde mandar esta carta puesto que hace ya un mes que te incineramos. Lo más seguro es que una vez la termine, la queme y derrame sus cenizas donde esparcí las tuyas, bajo el almendro donde nos dimos nuestro primer beso.

האַרבסט



Aquél estaba siendo un otoño especialmente ventoso y allí estaba ella, solitaria, sin nadie que la invitara a refugiarse de ese viento que a veces aparecía de forma amenazadora haciendo que las puertas crujieran por el polvo que en ellas chocaba. Todos sus seres queridos se habían marchado a parajes más lejanos por la desidia que el tiempo les aplica pero ella se resistía a abandonar el que había considerado su hogar desde que tenía uso de razón. Eran mucho los ataques que le proferían desde fuera pero ella seguía sujeta al árbol como la única hoja que le quedaba.

martes, 29 de junio de 2010

Memez



Bueno, me he encontrado por casualidad en un blog esta especie de encuesta personal que en lenguaje bloguero se llama “Meme” Por si os pasa como a mí y no sabéis lo que es, yo os lo explico: “Meme” es un término que se ha popularizado en la blogosfera, son conversaciones distribuidas que se van contagiando de un blog a otro, de manera que el blog que origina el meme enlazado desde muchos otros blogs recibe muchas visitas, dependiendo del éxito del mensaje. Si, ya sé que es una memez más propia de adolescentes, pero como yo soy un criajo y no tenía nada mejor que hacer que desnudarme por completo ante vosotros, ahí va la memez propiamente dicha. Por cierto, no se cual es el blog originario ni me voy a molestar en buscarlo. Esto lo he sacado de uno que parece interesante que es http://memoriaenpc.blogspot.com/

01) ¿Tienes un diario?
Nunca he usado diario. Desde que tengo blog, escribo mis vivencias en él.

02) ¿Crees en el amor?
En el amor por supuesto que creo. Quiero a mis hijos con locura. A mis padres los quiero y a toda mi familia. Quiero a mis amigos. El amor en pareja siempre se me ha resistido, pero no quiere decir que no crea en él. Otra cosa es que lo conozca.

03) ¿Sabes cocinar?
Sé cocinar, de hecho en Proyecto Hombre fui una temporada cocinero en el piso compartido, pero evito cocinar si puedo. Eso sí, me sale la comida buenísima ya que soy un perfeccionista.

04) ¿Te quieres casar?
Tras dos veces infructuosas te aseguro que se me han quitado las ganas de por vida.

05) ¿Te gustan las tormentas?
No me desagradan. Pertenecen al conjunto de la lluvia y me encanta que llueva.

06) ¿Podrías comer un gusano?
Supongo que sí. No me da asco ningún tipo de bichos.

07) ¿Te consideras pijo/a?
En absoluto. Soy la antítesis de ellos.

08) ¿Perdonarías una infidelidad?
No lo sé, no se me ha dado el caso. Sinceramente, no sé que responder. Decir una respuesta sería mentir ya que todo depende de la situación, el momento y los factores.

09) ¿Aprendiste a montar en bicicleta?
Si, sólo en el balcón del piso de L’Hospitalet del Llobregat ya que mi padre me compró la bicicleta un lunes y no me dejó sacarla a la calle hasta el domingo que él tenía libre.

10) ¿Te has quedado dormido en público?
No, nunca. Las únicas veces que me he quedado dormido han sido dos veces en la mili haciendo guardia y una vez en el tren y me pasé de estación.

11) ¿Te atreves a cantar en un karaoke?
No, por favor, ese invento lo considero de catetos.

12) ¿Podrías ser vegetariano?
Supongo que sí. Me encanta la verdura y no soy de esos que pierden el culo por un solomillo. Bueno, quizás en Ávila me puse como el quico de comer chuletones, pero si no lo hacía estando allí, era de tontos.

13) ¿Te has pasado una noche bailando sin parar?
No, nunca, soy poco bailarín. Soy más de pegar saltos y brincar como las cabras.

14) ¿Has perdido alguna vez tus llaves?
Nunca. En mi piso siempre las dejo en el mismo sitio, por lo que siempre las encuentro, y cuando salgo, siempre las llevo encima.

15) ¿Eres de los que les gusta la coca-cola?
Esto es curioso. Cuando era niño, me encantaba. Cuando bebía cubatas, me dejó de gustar y ahora que me he vuelto abstemio, me gusta de nuevo.

16) ¿Tienes carné de conducir?
Por supuesto, el de coche y moto.

17) ¿Te gustaría saber el día de tu muerte?
Quita, quita. Han sido muchas las veces que la he rondado para que ahora me digan el día. Paso.

18) ¿Has subido a un helicóptero?
Nunca. A un avión varias veces, pero a un helicóptero no se me ha presentado la ocasión.

19) ¿Podrías matar a alguien?
Para nada. No me he peleado en la vida. Siempre he dejado que me peguen. No sirvo para la violencia.

20) ¿Aprendiste a nadar?
Sí, torpemente, pero floto.

21) ¿Te gustaría tener un pene o unos pechos más grande/s?
Bueno…. Nadie está contento con lo que tiene a no ser que te apellides Siffredi o Vidal, pero nunca se han quejado y han llegado al orgasmo.

22) ¿Roncas?
Desde que estoy más gordo, si. Tengo que adelgazar porque incluso me oigo.

23) ¿Lloraste con Titanic?
Por favoooooooooooor. A otro perro con ese hueso. Soy más de Mafalda.

24) ¿Te has emborrachado alguna vez?
Millones de veces.

25) ¿Olvidaste el cumpleaños de alguien querido?
Hace poco confundí el día del cumpleaños de mi hija, así que imagínate, con los demás ni te cuento.

26) ¿Te has quedado en blanco en un examen?
No, si estudiaba me lo sabía y si no, me sonaba. En blanco, nunca.

27) ¿Has viajado en barco?
Hice la mili en la marina. ¿Tú qué crees?

28) ¿Has dado o recibido una patada en los huevos?
Dado, nunca. Recibido, un balonazo.

29) ¿Te han robado la cartera?
No. Una vez, cuando jugaba a las tragaperras y para justificar el dinero perdido, engañé a mis padres diciéndoles que me la habían robado. La eché al buzón y como mi padre trabajaba en Correos antes de jubilarse, me la trajo a los tres días.

30) ¿Has pasado una noche en un calabozo?
Para mi desgracia, si. Dos veces. Una por conducir sin permiso y otra por, según ellos, escándalo, pero no hice nada.

31) ¿Te has desmayado alguna vez?
No, nunca. Tengo una constitución fuerte.

32) ¿Te fuiste sin pagar en algún bar o restaurante?
Jamás, siempre he tenido muy en cuenta eso. Soy una persona muy decente, pese a lo vivido.

33) ¿Has escrito cartas de amor?
Pues claro. Todos hemos sido jóvenes y eso va con la edad.

34) ¿Pagarías por sexo?
Ese no es el tiempo verbal correcto. Es que ya he pagado por sexo. Y varias veces.

35) ¿Morirías por amor?
Me he intentado suicidar por amor, pero visto desde la distancia era más culpa del alcohol que llevaba y las pocas ganas de vivir que he tenido a lo largo de toda la década del 2000. Ya ha pasado todo.

lunes, 28 de junio de 2010

Enthymēma



No quiero ser como los demás pues
el sonido de la franqueza les agobia
el dolor de lo vivido les asusta
la libertad de las letras les incordia
el sudor de las entrañas les repugna
el color taimado les perpleja
y el calor desinteresado les abruma.
Una cosa es segura y no es otra que
con el abandonado deambular
de las horas que marcaron
el válido funeral
que todos me quisisteis apostar
no hicisteis más que darme alas para
remontar un vuelo que a todas luces
pedía a gritos
y por los valles esculpí mi alma
dándole el valor
que siempre le negué.
Gracias a todos los ingratos que habéis
inundado mi vida ya que sin vosotros
me habría perdido un mundo
que a todas luces pertenezco
pues soy un solitario con vocación,
pues soy un mundano sin devoción,
pues soy un clérigo de lo racional
de lo sufrido y lo pasional.

Mónica




Julián iba conduciendo por una carretera comarcal hacia su pueblo. Estaba cansado de viajar durante todo el día por malas carreteras y no veía la hora de llegar a su casa. Ya le quedaba poco para estar cómodamente relajado en las burbujas de su hidromasaje. Sólo un par de kilómetros más. Ya hacía rato que la noche había hecho acto de presencia y sus párpados cada vez luchaban más tenazmente por mantenerse abiertos. A lo lejos le pareció ver una figura andando por el arcén. Qué raro, pensó. A esas horas le pareció extraño que alguien hiciera autostop y más aun que anduviera por esa carretera tan solitaria. Conforme se iba acercando logró distinguir lo que era una silueta femenina, y cuando pasó a su lado cayó en la cuenta que la conocía llegando incluso a pronunciar su nombre. Por su indumentaria era innegable que estaba ejerciendo la prostitución.

El siguiente día era festivo, y Julián estaba en una terraza tomándose una cerveza con unos amigos. Uno de ellos le explicó que Mónica, una antigua novia de Julián, estaba saliendo con un conocido ladronzuelo del pueblo, y todos se echaron a reír. Julián calló en aquel momento que la noche anterior la había visto en la carretera en busca de algún cliente. La conversación derivó al instante en un tal Pedro, un compañero de la época de la mili de uno de ellos al que le pusieron el mote de “polla tortuga” porque tenía el pene tan pequeño que en la ducha al contacto con el agua le retrocedía hasta desaparecer. Todos rieron con la anécdota. Siguieron bebiendo cerveza y cada uno contaba sus cosas.

Al anochecer, Julián cenó con su esposa pero esa noche estuvo más callado que de costumbre. Estaba como ido, como pensativo, como en otro lugar. Su mujer no le hizo caso. Hacía tiempo que no le importaba lo que su marido hiciera. Su profesión de representante hacía que pasara muchas horas fuera del domicilio conyugal y ella se acostumbro a él como si fuera una figura espectral. Entre los dos retiraron la mesa y limpiaron los enseres. Vieron un rato la televisión y se acostaron en el más absoluto de los mutismos. Esa noche, Julián no podía conciliar el sueño. Había algo que lo perturbaba, y ese algo estaba en el kilómetro uno de la comarcal 324.

Silenciosamente se levantó de la cama, fue a la cocina y apareció en la habitación con una sartén con la que le dio a su mujer en toda la cabeza. Dejó caer la sartén en la cama y se vistió. Puso otra vez el utensilio en la cocina y cogió las llaves del coche junto a las de la casa y salió a la calle. Se montó en su coche y puso dirección a Mónica. Una vez llegó a su altura, bajó la ventanilla del coche y echando la cabeza hacia atrás, como en un acto reflejo para que ella no lo reconociera, le preguntó cuánto. Ella contestó que treinta euros y él le respondió que de acuerdo. Se montó en el coche y le dijo que en el coche no lo hacía, que había que ir a un cortijo abandonado a unos quinientos metros de allí, que ella le guiaba, a lo que él le respondió que de acuerdo. Arrancó el coche y siguió las indicaciones de ella. Al llegar al cortijo se bajaron y entraron. El cortijo estaba medio derruido, con el techo prácticamente desaparecido. En lo que él supuso que sería la estancia principal encontró un colchón viejo y lleno de manchas. -¿Hay no querrás que me tumbe, no?-preguntó Julián a lo que contestó Mónica que no se preocupara, que no iba a hacer falta. Él se quedó extrañado ante la respuesta cuando de una estancia adyacente salió su novio con una navaja en la mano amenazándole con que le diera todo lo que llevaba encima o le rajaba de arriba abajo. Julián se quedó atónito, pero reaccionó plantándole cara, más que nada porque recordó que se había olvidado de sacar del maletero su cartera del trabajo y en ella había por lo menos tres mil euros. Forcejearon durante un rato y el proxeneta le asestó una puñalada en todo el corazón que mató en el acto a Julián. Cuando lo vieron caer, cogieron su cartera, las llaves del coche y se fueron con él de allí.

Tardaron dos días en encontrar a Julián. Su mujer se despertó al día siguiente con un fuerte dolor de cabeza, pero se tomo un ibuprofeno pensando que era una de sus jaquecas. Al no ver a su marido pensó que se había ido al trabajo sin despedirse, como era su costumbre en los últimos años. Cuando no llegó por la noche, llamó al trabajo por si había ido lejos e iba a pernoctar fuera. En el trabajo sin embargo lo que hicieron fue preguntar por él, puesto que ese día no había ido a trabajar. Al día siguiente un hombre que salió a pasear por el campo y entró al cortijo a hacer sus necesidades se encontró de bruces con el cuerpo. Llamó a los municipales. Fueron ellos los encargados de dar la noticia a su mujer, y ella sólo dijo un: -Ah, vale. En cuanto a Mónica y su novio, dicen que lo han visto por el pueblo vecino.

Amor en Afganistán



Hoy quiero hablar de una cosa que me ha sido esquiva siempre y ahora parece que no echo en falta como en anteriores etapas de mi vida. Estoy hablando del amor, una sensación química que el ser humano necesita a lo largo de su vida para manifestarse como más completo. Al menos siempre se ha denominado “encontrar mi media naranja” al encontrar a la persona con quien compartir tu vida. Analizándolo desde la perspectiva que me da la sabiduría de haber sobrevivido con creces a dos matrimonios y sus respectivos divorcios y a cinco relaciones de pareja con sus separaciones os diré que no tengo ni la remota idea de que es el amor. Suponía estar enamorado pues me sentía a gusto con la persona con la que habitaba. Lo pasaba bien con ella, reía, inventaba nuevas historias que contarle, pero siempre tenía la sensación de un vacío, como si algo me faltara. Cuando ella no estaba, no la echaba en falta y sin embargo cuando la relación se rompía, me venía abajo cual martillo pilón y creía morirme. Ahora lo miro desde la distancia y el vacío que sentía era que nunca compartían mis aficiones. Siempre he sido un rara avis para ellas, pues me gusta horrores la literatura, la música, el cine, los cómics y todo lo que tenga que ver con un mínimo de expresión artística. Las mujeres con las que he estado, menos una que fue mi segunda mujer que le gustaba la literatura y para de contar, no contaban con ninguna de mis aficiones. ¿Y cómo salía con ellas? Porque siempre me he infravalorado en lo que físicamente se refiere y con la primera que me hacía caso, con ella me quedaba. Me daba igual sus aficiones, con tal de que fuera feliz a mi lado, me conformaba. Pero todo era un autoengaño. Al final no me llenaban y me deprimía, condición que terminaba por traspasar a ellas y hacer que la relación abocara al fracaso. Ahora que me falta menos de un mes para cumplir los treinta y nueve años y se supone que más agobiado debería estar por verme solo, es cuando más tranquilo estoy. Me he planteado que si no encuentro a nadie afín a mí, me pueden ir dando por saco. Ya está más que demostrado que lo otro no funciona. Lo que tenía que hacer, ya está hecho pues he traído al mundo dos hijos más guapos que un San Luis. Lo demás no me importa. En serio. Como dijo tito Woody “no te metas con la masturbación, es hacer el amor con alguien a quien quiero”

Mañana voy a cambiar de registro otra vez y voy a escribir un relato. Hace tiempo que no lo hago. He escrito uno muy corto y he publicado en el blog relatos del otro blog, pero no nada nuevo y me apetece. Al final escribí la poesía y parece que ha gustado. Tengo mucho que decir, pero a veces no encuentro las palabras para expresarlas. Escribiendo en primera persona es mucho más fácil pues te expresas tal como hablas. Muchas veces me pregunto como con tanto dolor he aprendido a sobrellevarlo, y es lo que me dice la psicóloga. Hace mucho tiempo levanté un recinto amurallado a mí alrededor por el que no dejo pasar las cosas, pero lo malo es que no dejo pasar a las personas tampoco. El martes tengo cita con la psicóloga de adiciones y ese va a ser un punto a tratar. Espero que me ayude a ir retirando poco a poco los adobes y vaya quedándose el Antonio sin más recubrimientos que su blanca piel moteada de lunares. Y mi pelo, ojo, que se conserve mi pelo por muchos años. Son las 2:44 de la madrugada. Esto de escribir tan tarde lo he de rectificar ya que luego por la mañana tengo un sueño que me puede. Tengo una amiga en Tenerife y con el cambio horario me da las tantas chateando con ella. Es culpa mía por aficionarme a escribir de madrugada. Antes escribía por la tarde y no tenía ningún problema, así que a partir de mañana cambiaré de horarios. Todo sea por un bienestar que me merezco, que caray.

Por lo visto en Afganistán han encontrado un importante yacimiento de minerales entre el que se encuentra el litio, muy valorado ya que es el material con el que se fabrica las baterías de casi todos los artilugios de última generación. Sé que la noticia no es reciente, pero la abordo porque ya olía tanto tiempo como llevaba Estados Unidos en aquel país con la única escusa de los talibanes cuando siempre han ido por intereses económicos. Y me diréis que en Vietnam fueron a combatir el comunismo. Pues, mis queridos cebollinos, los servicios secretos de la época creían que si Vietnam se hacía comunista se iba a hacer un frente oriental comunista contra el que no podría hacer nada, por lo que quisieron atajar el problema de raíz, con el resultado que todos conocemos. Bueno, la espera les ha servido para algo, pues me juego mi cojón izquierdo que los yacimientos no los va a explotar empresas afganas. Y es que cuando el rio suena, el mal espanta.

domingo, 27 de junio de 2010

In vino veritas



No encontraba la inspiración por ningún lado. El periódico esperaba un artículo mío para el dominical y no sabía de qué iba a escribir. Las puñeteras musas me habían dado de lado y por primera vez en mi vida no sabía configurar un texto con vida propia. Miraba y miraba libros en casa pero tenía la sensación de estar leyendo hojas en blanco. Navegaba por internet en busca de alguna chispa que iluminara mi albo trabajo pero todo era en vano. Lo que encontraba me sonaba y no quería ser un segundón, escribir sobre lo escrito. Quería realizar algo nuevo. Joder, nunca había tenido problemas. Hasta ese día, nunca. Entonces me dispuse a salir a la calle en busca de algo de inspiración.

Fuera, la misma rutina de siempre, gente anónima caminando en busca de su definición de vida, coches circulando envenenando el aire que respiramos, perros defecando en la acera como si de un amplio WC se tratara, niños jugando en maltrechos reductos que delimitan su pueril imaginación, mujeres gritando haciendo ver que existen, taxistas en busca de ilusos a quien perder por la urbe, vendedores de ilusiones perdidas, gentío insulso a fin de cuentas.

Iba por la plaza de los exiliados cuando reparé que en una esquina había un hombre de edad avanzada pidiendo. Era la primera vez que lo veía. Rebusqué entre mis bolsillos en busca de algunas monedas para ejecutar mi buena acción del día y me dirigí en su dirección para depositarlas en un vaso de plástico que llevaba en su mano derecha.

-Aquí tiene, buen hombre-le dije mientras depositaba las monedas en su vaso.
-¿Cómo sabe usted que soy un buen hombre?-me preguntó.
-No lo sé, solo lo intuyo-le contesté algo sorprendido por su pregunta.
-¡Ah! No debería hacer usted juicios de valor sobre todo de personas que no conoce-dijo a su vez.
-No le comprendo. No sé a dónde quiere llegar. Sólo le he depositado unas monedas y ya está.
-No solo ha hecho eso, si no que ha emitido un juicio de valor. Y no me diga que miento porque lo he oído con estas dos orejas.
-Oídos, me ha escuchado por los oídos. Las orejas no oyen-le corregí.
-Encima se cree con propiedad de corregirme. Sepa usted, Don señor culto, que he sido una eminencia del saber.
-No se lo discuto. Ahora, si me perdona, voy a seguir por mi camino.
- Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
-Vaya, Machado-observé yo
-Ya le he dicho que he sido una eminencia, lo que pasa es que los derroteros de la vida me ha llevado por los oscuros pozos de ella, y ahora me veo en estas condiciones, pero sepa usted que he recitado poesía ante embajadores y reyes, ante doctores y eruditos, ante príncipes y ministros, y no solo me han aplaudido, si no que me han apoleado hasta las más altas instancias de la vida cultural del país.

Vaya, un loco, pensé para mí. El hombre presentaba todos los aspectos de un viejo alcoholizado. La nariz llena de venillas, los mofletes rojos, los labios hinchados, los ojos hundidos. Iba a emprender mi camino cuando me paró con su mano temblorosa y me preguntó:

-¿Usted cree en Dios?
-No sabría qué contestarle.
-Eso no es una respuesta, o se cree, o no se cree. Esa mierda de creer a medias que se han inventado los agnósticos, se la pueden meter por el culo.
-Bueno, si le soy sincero, no creo, no.
-Lo sabía, se le ve en la cara. ¿Sabe usted que tiene cara de ateo?
-Vaya, no creía que eso fuera algo que uno fuera enseñando sin querer.
-¿Sabe usted que es para mi Dios?
-Supongo que el padre de todos nosotros, ¿no?
-Para mi Dios es este cartón de vino.

Y me enseñó un tetra brick de vino que llevaba guardado en uno de los bolsillos de su chaqueta.

-No le comprendo-espeté con toda mi incredulidad.
-Yo se lo explico, joven. Dios es verbo y virtud, todas las cosas buenas que nos suceden, y se puede materializar en cualquier cosa, ¿no?, pues para mi todas esas cosas es un cartón de vino. In vino veritas.

Y se largó. Y la verdad es que me vino bien hablar con aquel tipo, porque me hizo escribir el artículo para el dominical; y no es otro que el que acaban de leer.

Nada



Soy un trozo de nada
un trozo de la nada
perteneciente a un todo.
¿Has buscado en tu interior
el significado de mi soledad?
Seguro que no has encontrado nada
ya que soy parte de ella
ya que soy nada.
Ese pedazo de nada
que intenta ser
pero siempre ve fraguado su esfuerzo.
Esa es la nota de dolor
pero el dolor en nada
es nada...
...o al menos eso crees.

Ereh un flojindango



Hoy me había propuesto escribir una poesía y no hago más que darle vueltas a la cabeza pensando como redactarla. El tema, no me preocupa, pero si su contenido, no tengo ni idea de cómo empezarla. Supongo que previamente debería pensar sobre que hablar y luego esbozar algo y así poco a poco dejar fluir las palabras. Como estoy acostumbrado a ponerme a escribir y automáticamente me salen las palabras, pues pensaba que con el poema me iba a pasar igual, pero ni por asomo. Se me está complicando. Hoy he estado casi todo el santo día solo en el piso ya que mis padres se han ido a su casa a pasar el día y lo he pasado todo frente al ordenador leyendo entradas de otros blogueros que publican en Paperblog. Me he encontrado de todo, desde autenticas bazofias que no decían nada hasta cosas bastante buenas pasando por las que ni fu ni fa. De las buenas me quedo con unas entradas de una tal “Una mama (contra) corriente” sabe expresarse y contar historias sin aburrirte. De los demás, ni me acuerdo, por hacerles un flaco favor a ellos. Ojo, que no estoy diciendo que el menda sea bueno ni mucho menos, que aun me queda mucho por escribir y pulir.

Como anteriormente he dejado una pedazo de entrada contando todo mi devenir frente a las tragaperras, no voy a contar más batallitas por hoy. También he escrito un minúsculo relato, pero esta vez en serio, no como el de ayer que era tan surrealista que con el sueño hasta me equivoqué de nombres. Menos mal que mi amigo Xim me lo puntualizó en un comentario y lo corregí, que si no con lo despistado que soy a lo mejor ni me entero. En fin, cosas de la vida. Ya llevo sin beber alcohol desde el incidente que casi me cuesta perder la virginidad anal y de eso hace por lo menos tres meses y pico. Bueno, espero que esta que es si no recuerdo mal la tercera vez que dejo el alcohol en plan serio sea la definitiva. No voy a salir con la consabida frase de a la tercera va la vencida aunque ya la haya dicho por ser una soberana soplapollez. Como decir no hay dos sin tres (porque si se cumple me espera un tercer hijo, no picha, no) o no decir de esta agua no beberé. Son frases hechas que la gente recurre constantemente y que las considero una bobería. Para eso cuento con una imaginación prodigiosa y me sirvo de ella, para inventarme frases. Siempre estoy liado con eso. Pero ahora no se me ocurre ninguna. Lo siento.

Creo que ayer hizo un año que Jacko la palmó. No me hagáis mucho caso y como siempre, paso de buscarlo en google porque es algo que me la trae al viento. Lo que quería comentar es que debía de ser un “flojindango”, como dicen en mi pueblo, ya que con tres comprimidos y medio va y se muere. Yo han sido cinco las veces que me he intentado suicidar las cuales me he tragado cajas y cajas de antidepresivos y aquí estoy aun. El porqué, no lo sé, pero sigo aquí. Recuerdo un sketch muy bueno de los Muchachada Nui en el que Robert Smith, el cantante de The Cure se fue a una urbanización privada secreta donde estaban viviendo todas las estrellas del Rock de incognito porque estaban hartos de su vida famosa y no se dejaba convencer por el vendedor para que simulara su muerte y se fuera a vivir allí con Jim Morrison, Elvis Presley, Sid Vicius, Janis Joplin y suma y sigue. Supongo que Michael Jackson estará viviendo allí también, alejado de los focos mientras practica felizmente su inocente sexualidad.

Bueno, sigo sin saber cómo escribir el poema pero mis cojoncillos me dictan que tengo que escribirlo. Pues nada, termino con esto y me pondré manos a la obra. El resultado del mismo no sé cómo va a ser. Sólo sé que son la 1:09 de la madrugada y las musas se han ido de parranda.

sábado, 26 de junio de 2010

Balada de los cinco peniques



¿Oyes? Es el silencio que nos habla en esta tórrida noche desde el rincón más pérfido de nuestro escondite. Sacas una mano con la esperanza de que algún rayo de luz te la ilumine porque no eres consciente de la negritud que nos rodea. ¿Recuerdas cómo vine al mundo? Yo sí, me trajeron entre maderas en una procesión majestuosa bajo el manto de la fina lluvia que repiqueteaba sobre mí. Lo que no alcanzo a recordar es cuándo te iluminaron. Seguramente estaría en labores más acordes a mi rango que presenciando nuevas incorporaciones. Pero no llores, que a todo se acostumbra uno. Sólo es cuestión de hacerte a la idea de que estás muerta.

Fuera de juego



Hola, primero haré una presentación del narrador que os va a contar su historia durante unas páginas. Me llamo Antonio y voy a narraros todo lo que ha sido mi vida alrededor de las máquinas de azar o “tragaperras” como se bautizaron allá por los años 70.

La primera vez que eché una moneda a una máquina (denominación que voy a hacer uso desde ahora hasta el fin del relato) fue cuando tenía 8 años en un bar de mi calle, puerta con puerta con la entrada al bloque de pisos de L’Hospitalet del Llobregat. Yo creía que cada botón servía para parar la ruleta de combinaciones y que en eso consistía. Ni que decir de la riña de la dueña del bar al verme echar el duro en la máquina. Me quedé todo colorado hasta que se me olvidó el incidente.

Quiero hacer hincapié en una cosa: Nada de lo que aquí estoy contando lo saben mis padres, así que esto viene a ser como una expiación por todas las veces que he estado al frente de una máquina. Espero que no se lo tomen a mal.

La próxima vez que jugué ya estaba viviendo en Lucena y tenía 17 años. Fue en un pub que ya ni existe. Ahí tuve la mala suerte de que me tocaran 2500 pesetas. Que fácil lo vi. Dinero al instante. A partir de ahí fui echando los cambios a ver si tocaba algo y he de decir que me conformaba incluso con 250 pesetas. Para mí era premio fácil e instantáneo y encima me lo pasaba bien.

Siempre he sido una especie de solitario. Cuando mis amigos estaban en la discoteca yo me iba al bar que había frente a la guardia civil que ahora es una tienda de motos, a comer algo. Allí había una máquina de bolas consistente en meter una serie de ellas por los números que indicaban para hacer combinación y me toco una vez 5000 pesetas. Ni que decir que prefería estar los sábados echándole a esa máquina en vez de pasármelo bien en la discoteca a partir de que me tocó el premio.

Entonces vino la mili y yo ya llevaba el demonio en el cuerpo. Los tres primeros meses los pasé mal porque era mandarme mi padre dinero y gastarlo en tres días en las máquinas y quedarme sin nada. Mi padre siempre se ha preguntado por qué he gastado tanto dinero en la mili.

Ya sabes la respuesta. Después a partir del cuarto mes ya me asenté en un destino fijo y me hice muy amigo de cuatro chicos. Entonces empezaron las juergas y terminaron lo que fueron las máquinas durante un largo periodo. Ahí se me fue el dinero en fiestas. Durante el resto de mili no eché ni un chavo a las máquinas. Me licencié y tampoco, hasta que un buen día, a los 20 años me acerqué a una, le eché y me tocaron 5000 pesetas. Volví al redil. Me jugaba unas 3000 pesetas como máximo al principio, pero estuve cinco años jugando ininterrumpidamente una vez por semana. En ese periodo, lo que me tocaba, lo cambiaba y me iba tan feliz a mi casa. Luego llegaría lo peor. Pero eso aun no lo sabía.

A los veinticinco años me casé con una mujer que hacía tiempo dejé de querer. No hay que agregar que el matrimonio desde un principio hacía aguas. Por aquel entonces jugaba más veces a la semana y hasta 5000 pesetas de un tirón. Ya no era solo jugar, sino que también bebía. En la empresa para la que yo trabajaba, allá por el año 1999, decidió pagarnos por semanas. Por aquel entonces cobraba 30000 pesetas a la semana. Un fin de semana me los gasté enteros en una máquina y le expliqué a mi mujer que no tenían dinero para pagar. Se lo creyó porque fue la primera vez. A la quinta ya desconfiaba. A la décima se enteró.

He estado tan enfermo que con mi abuela en cuerpo presente en el tanatorio he estado jugando a la máquina y emborrachándome como un poseso. Y el día del entierro de mi abuelo llegué el último a la hora de sacarlo de su casa para llevarlo a la iglesia por estar jugando en las máquinas. Lo que no entiendo es la baja autoestima o el bajo control de impulsos que debía tener porque las dos veces lloraba como una magdalena pero me veía incapaz para dejar de echar dinero.

Durante mi matrimonio se apoderó el impulso de jugar y de beber cada vez más y se produjo una separación de mutuo acuerdo. Estaba nuestra hija aun muy pequeña y no queríamos que sufriera con nuestras cada vez más frecuentes peleas. Capítulo aparte habría que añadir a mi exsuegra, que se encargó desde siempre de bajarme la moral calificándome de todas las cosas menos bonito. Cada vez que tenía un encontronazo con ella, al rato me iba a jugar. Durante el matrimonio no dejé deuda alguna. Sólo cree malestar a mi ex y durante la separación alegría a mi exsuegra. Que si, que no he visto a mujer más contenta como ella en aquellos días.

La separación fue un cambio muy drástico en mi vida, sobre todo el hecho de volver a casa de mis padres y el no poder ver a mi hija crecer todos los días. Me quería morir. Me fui una temporada a Albacete a ver si el cambio de aires me venia bien pero allí seguía con la adicción y me volví a las dos semanas. Corría el año 2002 y tuve un accidente de coche, donde gracias a mi constitución no me hice nada, pero mi coche quedó para el arrastre. Me mandaron a salud mental en Córdoba unas semanas y volví nuevo, que parecía otro. Duró el bienestar un año.

A finales del 2003 me integré en un grupo de separados que salían a cenar los sábados aquí en Lucena. Todos tenían sobre los cincuenta para arriba menos tres, dos chicas y un chico que junto a mi hicimos un grupillo aparte. Se nos agregó una muchacha de Rute que tenía muchos problemas y yo que a los problemas no le hago ascos, me enamoré de ella. Fue una cosa muy rara. Ella quería la separación, su marido no se la daba, y para colmo salíamos juntos. La relación fue muy tortuosa y terminó fatal. A partir de la experiencia volví a las máquinas y a beber (no sabría distinguir que hago antes, si jugar o beber)

Un día con mucha ansiedad llegué a Puente Genil a ver una película para ver si me calmaba (era 2004 y todavía no teníamos cine en Lucena). En vez de entrar al cine, entre al “Alimón” un bar que hay cerca y empecé a jugar y a beber. Al rato me querían echar del local por escándalo (?) y llegaron miembros de la seguridad del centro comercial y al rato veo que me esposan los municipales y me tiran a la furgoneta, como si fuera un saco de esparto. Yo los reprendía con la palabra y uno de ellos paraba, se bajaba de la furgoneta y se liaba a ostias conmigo dejándome la cara hecha un puzzle. Cuando llegué al cuartel de la guardia civil de Puente Genil solo deseaba que me quitaran del medio al “bicho” como llegué a denominarlo.

Detrás del “incidente”, llegó el hospital, ya que tuvieron que hospitalizarme por un pequeño derrame que me crearon en la cabeza de tantos golpes. A la salida del hospital vino mi periodo en proyecto hombre. Allí estuve desde febrero del 2004 hasta agosto del mismo año. Ni que decir tiene que en todo ese tiempo estuve limpio. Me salí del proyecto por agotamiento mental.

En octubre del mismo año conocí a una chica que fue clave para mi recaída. Ella bebía y, por asociación de costumbres, volví a la bebida y al juego. Con ella bebí mucho pero jugué menos. Un día se dio cuenta de que le faltaba 100€ del bolso y al no estar yo supo al instante que había ido a jugar. Puso en alerta a mis padres y mi padre me encontró en un bar que le dijo ella, pegándome un collejón y diciéndome: “¡No te da vergüenza!”, largándose tras decir esas palabras. Yo me enfurecí como nunca me he visto y fui a casa de mis padres a buscar pelea. Me encontré las puertas cerradas y les di cuantas patadas pude para intentar abrirlas, pero no lo conseguí. Me fui a mi piso y me encontré a mi madre en él. Me puse a vociferar como si el diablo se hubiera apoderado de mí y la eché del piso. Allí estaba mi hija que la impresión hizo que se meara encima. Esa noche lloré como un descosido, y he de admitir que aun no me he perdonado el hecho de que mi hija me viera en aquella situación y se lo llegara a hacer encima.

Por esas fechas tenía la cuenta mancomunada con mi padre pero llegué a falsificar su firma tan bien que sacaba dinero cuando más ganas tenia de jugar. La relación con la chica terminó, y yo, solo otra vez, jugué como si me fuera la vida en ello. Ya no tenía la sensación placentera de ganar, ya jugaba por jugar. Me tocaba en una máquina y cambiaba a otra (porque ya existían en Lucena las salas de juego). Yo solo quería jugar. Estar las horas frente a la máquina, aunque aun manejaba poca cantidad de dinero para que el tiempo que empleara a su lado fuera muy grande. Como todo esto me desbordaba y encima lo de la ruptura de la chica y que seguía bebiendo alcohol, decidí suicidarme con una ingesta masiva de medicamentos antidepresivos y ansiolíticos. Sobreviví gracias a mi madre que está muy pendiente de mí. A partir de ahí decidí pasar página y me recuperé sin alcohol ni máquinas.

Recuperé salud, me encontraba muy bien y chateando conocí a la que fue mi segunda esposa. Ni que decir que estos días fueron muy buenos para mí, estaba enamorado de nuevo y tenía mucha ilusión por salir adelante. Me desplacé a Madrid para vivir con mi nueva novia y busqué trabajo allí. Me salió uno de operador en una fábrica de productos farmacéuticos genéricos. Me encontraba a gusto con mi trabajo. Trabajaba en turno de tardes. Mi novia, por aquel entonces, trabajaba por la mañana de teleoperadora y estudiaba las tardes del lunes al miércoles en la facultad. Apenas nos veíamos y para más inri vivíamos en una habitación en un piso compartido. En esas condiciones nos casamos en Noviembre del 2007 en el ayuntamiento de su ciudad, Durango (Vizcaya). Y nos volvimos a Madrid como marido y mujer. Al poco tiempo se quedó embarazada y cambió de forma de ser. Yo, tras su cambio, me refugié de nuevo en las máquinas y empecé a gastar lo que la familia nos dio en la boda. Ella se daba cuenta de que el dinero desaparecía muy rápido, y como ya le informé de cómo había sido en el pasado, sospechó enseguida de que estaba jugando. Ahí debo creer que empezó a debilitarse nuestro matrimonio, porque ella no me ayudaba en absoluto y no se lo contaba a mis padres, sólo les contaba que algo no iba bien. Al menos beber no bebía.

Un buen día tuve una discusión muy fuerte en la empresa, y me quedo con mi versión, en fin, que discutimos encargado y mi persona. Luego se retractó el encargado, pero yo tenía tanta ira en mi interior que a la salida empecé de nuevo a beber como un cosaco. Al día siguiente no fui a trabajar sino que me quedé jugando a las máquinas y bebiendo. Cuando llegué al piso compartido me la encontré de morros porque habían llamado la empresa (me había dejado el móvil en el piso) y así se enteró de que no había ido a trabajar aquella tarde, y para colmo la pestuza a alcohol que llevaba y el olor de monedas en mi mano, vamos, que se dio cuenta de todo. Me irrité como un niño, y como tal me metí en la habitación a tragarme cuantas pastillas pude. En aquellos momentos me llevaban los demonios. Resultado: ella se lo dijo a una compañera nuestra que era A.T.S. y llamó a la policía municipal que es el protocolo en Madrid. Con tanto alcohol que llevaba perdí el sentido y no me acuerdo de nada más hasta el día siguiente.

Del hospital Ramón y Cajal me llevaron a uno de salud mental, el Dr. Laforet y allí estuve unos cuatro días porque no aguanté más y pedí el alta voluntaria. El primer día que estuve en el hospital de salud mental llegó mi mujer y me dijo que con los días que le daban por estar enfermo, se iba a casa de sus padres. Aquello me sentó como un vuelco en el estomago, y esta vez, en vez de querer curarme, solo quería volver a estar operativo para las máquinas.

Llegué a Lucena con la baja en el bolsillo y las esperanzas de mis padres en que volvería a salir adelante. En vez de eso, me llamó al tiempo una financiera con la que ya tenía subscrito un préstamo y me preguntó si quería aumentarlo en cuantía, a lo que vi el cielo abierto y les dije que si. Me dieron 3000€ de los cuales pagué 1200€ que aun les debía y me quedaron limpios 1800€ que fundí en las máquinas al instante. A los 3 meses el cajero automático me proporcionó un préstamo por 6000€ a los que dije si sin dilación. Excepto algunas cosillas que he comprado, todos se me han ido en las máquinas y beber. Al mismo tiempo me dieron una tarjeta con 1200€ de saldo que luego tenía que reponer al mes siguiente. Todo lo gasté. Me sentía culpable de tanto derroche y no sabía cómo decírselo a mis padres.

Mi madre, que me conoce mucho, sabía que me pasaba algo pues estaba muy tristón y decaído. Me harté de valor y le dije todo lo que había pasado en los últimos meses, y me propuso que fuera a Alsubjer a pedir ayuda. Así lo hice y me veo ahora mismo escribiendo un resumen de lo que ha sido mi paso por las máquinas tragaperras instado por la psicóloga del centro.

Esto que estoy escribiendo ahora es actual. Esta especie de confesión hace más de un año que la escribí y la publiqué en otro blog que tengo pero que actualizo mucho menos. Como ahora este me lo publican también en Paperblog y puede servir para personas que tengan un bajo control de impulsos y se vean reflejados en él con todo lo narrado, lo publico corregido y ampliado. He decidido ampliarlo pues mi segunda exmujer leyó esta entrada y me dijo que soy un peliculero, que los que me han sufrido saben realmente de que calaña soy. Bueno, he de decir que según ella he sido uno de los mayores hijos de putas que existen sobre la tierra, está claro. Ella había sido monja unos siete u ocho años y cuando éramos novios me confesó estar en contra de todo lo relacionado con la Cristiandad. Que creía en Dios, pero no en la iglesia ni en su jerarquía. Un domingo que se supone que era de los pocos días que teníamos para hablar, prefirió coger una guitarra que tenía en su funda llena de polvo y olvidada tras la puerta de la habitación y empezó a cantar canciones religiosas. Confieso que aquello me sacó de mis casillas y cogí su portátil, lo tiré contra el sofá y me metí en la habitación a leer ya que no me hacía ni puto caso. Para ella aquello fueron malos tratos y así lo ha hecho saber a todo el mundo. Estuvo traumatizada con el asunto y me enseñaba mensajes que le mandaban sus amigas diciéndole que si le ponía una mano encima me mataban (y eso que eran exmonjas también). A mí me la sudaba y estaba tranquilo ya que soy pacifista e intento no ser violento. Cuando me sacan de mis casillas lo que hago es pegar o un puñetazo o una patada a la pared y el daño me lo llevo yo. Aun no sé porqué tiré su portátil. Me salió así. Todo lo que cuento en este blog que reseño como “Mi Vida” es real. La inventiva lo reseño como “Relatos”. Y no soy nada peliculero y si fiel a todo lo acontecido. Lo único jodido de mi vida, aparte de todas mis adicciones, es que nunca he sabido escoger a una mujer. Ese es mi sino. Si creyera en las reencarnaciones pensaría que en mi anterior vida tuve que ser el mayor hijo de la gran puta con las mujeres. Pero dejo esos menesteres para los crédulos.

De memorias y bolígrafos



Complico mucho las cosas y así me ha ido en la vida. Tengo que aprender a simplificar pues realmente todo es más sencillo de lo que realmente aparenta ser. Por ejemplo, siempre se me olvidan los nombres de las personas que he ido conociendo a lo largo de mi vida. Paso una enorme vergüenza cuando alguien me saluda por mi nombre y yo no recuerdo el suyo por más que intente buscar por mi desfragmentado cerebro. Un día pensando como remediar ese fallo pensé en dotar a cada persona que conociera a partir de ese momento de una clave mnemotécnica para así recordar su nombre. Dicho y hecho. Desde entonces no se me olvida el nombre de nadie. Es más fácil para mí asociar una clave a una cara que me lleve a su vez a su nombre que recordar el mismo, ergo simplifico las cosas. Esto me está sirviendo también con los grupos de música que estoy posteando al otro blog. Son tantos grupos, tantos nombres que para mí es imposible quedarme con todos. Mi memoria es más fotográfica, por lo que me sirvo de las portadas para recordarlos. Ellas son las claves que me llevan al nombre del grupo. Suena enrevesado, pero a mí me funciona.

Madre mía, estoy repasando una poesía que escribí en el viaje que hice la semana pasada y es penosa por ponerle flores. Lo mío es la prosa, y si escribo en primera persona, mejor. Trata de mi soledad y lo mucho que quiero a mis dos hijos, pero repito el dos siete veces y transmito pena más que amor y la soledad se fue por peteneras porque no la encuentro por ningún sitio. Es tan tópica que pierde el sentido de lo típico por una aproximación a lo próximo. Una vulgar mierda, vaya. Mi excusa, ninguna, pero si he de buscar sentido a lo que no lo tiene, es que la escribí a las tres de la madrugada de un día agotador y mis musas las dejé a 900 kilómetros de allí. Ea, ya está. Y una leche está. Para corregir tamaño bodrio prometo escribir mañana una poesía en condiciones, aunque el tema sea las infantitas de limón.

Hoy se la he jugado a mi padre. Como apenas he hablado de él, deciros que es de natural tacaño y cabezón como él solo. Fuimos al Lidl a comprar agua embotellada ya que la del grifo es imbebible y la que venden allí es buena y económica. Sólo compramos agua, bitter, aceitunas rellenas, garbanzos y judías en tarro, maíz en lata y pimientos en lata. Siempre los mismos productos pues son los que mi padre ve que son más baratos que el mercadona. Pero hoy se la he jugado pues soy un fanático o coleccionista, lo dejo a vuestra elección, de los bolígrafos y me he comprado cuatro sticks que contenían once bolígrafos que han sumado ocho euros y pico a la cuenta. Cómo se ha puesto mi padre. Que si los caprichos del niño, que si voy a tener que hacer como los moros y poner una manta en el suelo y vender todos los bolígrafos, libros, cómics y cd’s que tengo, que si ocho euros gastados de más en la compra, que para que quiero tantos lápices (eso dijo), etc, etc, etc…. Yo intenté convencerlo argumentándole que ocho euros me los gastaba en un minuto a las tragaperras, pero no había manera. Parecía que se lo habían llevado los demonios. Y ahora necesitarás otro bote para meterlos… seguía ladrando mientras metíamos la compra en el coche. La verdad es que he contado los lapiceros que tengo y son veinte llenos hasta la bola y casi todos modelos distintos. Por cierto, no hizo falta comprar otro lapicero, me bebí una lata de Coca Cola y con ella me lo hice.

Me apetece terminar con algo de literatura, así que os voy a deleitar con un cuento corto. Estoy viendo que soy uno de los más leídos en la sección diario de Paperblog, pero no se si es por meritos propios o es por las veces que me visito. Mañana no me voy a visitar y veré si esta entrada está también entre la más leída. Como sea así me voy a poner más ancho que largo. Bueno, os dejo con otra de mis paranoias que voy a denominar con el sugerente nombre de:

Sin titulo

Esto era una vez un pueblucho de mala muerte en el que vivían tres personas que no eran vecinos y sin embargo no se conocían. Matías, el pescadero, vendía serruchos en temporada de caza menor pues en la mayor se casó con uno de provincias. Sebastián, el taxista, vendía chucherías en el mercado de la plaza central del centro céntrico centrado centrífugo medio delantero que existía en las noches de alba lina. Tomás, el cerrajero, dormía en el granero del granjero que habitó un solo día pero fue suficiente para casarse con la hija del alcalde. El censo pues estaba completo con los tres y en cada votación se abstenían pues el candidato era extranjero. Un día, Matías decidió irse a conocer mundo y así fue como conoció a Sebastián. De Tomás no supieron nada pues seguía dormido. Al año se certificó su muerte y tanto Matías como Sebastián lloraron su pérdida ya como pareja de hecho, hecho que fue largo tiempo criticado en los pueblos colindantes , pero a ellos les importaba un pimiento porque por encima de todo triunfaba el gusto que se daban haciendo el amor.

viernes, 25 de junio de 2010

Lo mío que sea libertad



Mi vida siempre ha sido hablar de un tema y encontrarme algo relacionado con ese mismo a continuación. Esta madrugada hablé sobre el Club Bilderberg y sus cosas cuando hoy me he encontrado en Youtube mientras buscaba un video de un grupo musical para postearlo en el otro blog (http://polonius.lacoctelera.net/) un video de propaganda norteamericano de 1948. Es todo un recital de paradigmas capitalistas. No tiene desperdicio y además está subtitulado. Os preguntareis que relación puede tener el Club con la propaganda norteamericana. Pues mucho, ya que ambos persiguen el mismo fin: someter a la población en un sistema de valores que nos tenga sometidos a permanecer con la cabeza agachada mientras producimos sus beneficios. Ahora me replicareis que los comunistas hacen lo mismo. Por supuesto. Todo sistema que necesite un pelele que está puesto de adorno para servir al money es la misma mierda. El puto problema es la banca y para de contar. Bueno, otro día me explayaré más en este tema. Ahí va esta joyita para vuestro deleite. No se lo pierdan.

Ps Al procesar el video se le quitan los subtítulos, por lo que os pongo el enlace directo a la pagina de Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=PuYKU1gotL0

De Clubs y fútbol



“Vivimos en un mundo sobre explotado que necesita a gritos una tercera guerra mundial”. Así se imagina mucha gente el final del discurso de inauguración de la última reunión del supuesto secreto pero a la vez archi conocido Grupo Bliderberg. Voy a decir a grandes rasgos quienes son para los que desconozcan a estos sujetos. Es un Grupo que se fundó en 1954 por mediación de un tal Joseph Retinger, emigrante judío polaco y consejero político, preocupado el pobre hombre por el fuerte antiamericanismo que existía en Europa occidental tras el Plan Marshall. Invitó al Príncipe Bernardo, de los Países Bajos, al que le gustó la idea, promoviéndola junto al primer ministro belga Paul van Zeeland. La lista de invitados sería confeccionada de modo que hubiese dos asistentes de cada nación, cada uno de ellos para representar el punto de vista conservador y progresista. El éxito de la reunión hizo que se convocara una reunión anual que presidió el propio Príncipe hasta su muerte en 2004. Hay mucha leyenda negra detrás de este Grupo. Que si pertenece Botín, que si pertenece la Reina Sofía (demostrando o que es ella la que lleva los pantalones en casa o que el rey pasa de trivialidades conspiradoras), que estuvo Zapatero en Sitges sirviendo los cafés, que fueron los culpables de las últimas guerras, que asimismo han sido los culpables de esta maldita crisis que nos está asolando a nivel mundial, etc, etc… Yo, que me leí un puñetero libro que iba sobre el Club de marras, que quieren que le digan, mucha paja y poco fundamento. Especular es gratuito y más sin aportar datos. Supongo que a los creadores de los libros que existan sobre el asunto les ha venido bien que pardillos como yo, con un mínimo de interés por ver quién maneja los hilos en la sombra, compraran los mismos, así se han llevado sus buenos cheques. Hará unos seis años que leí el libro en cuestión y en serio, me pareció la tomadura de pelo más grande que me habían hecho en vida. Aun peor que el puto diario de un skin, que si tengo ganas, ya hablaré otro día sobre él. El libro tendrá unas doscientas páginas (ni me molesto en averiguarlo, ese es mi rigor cultural) y se podría haber resumido en tres. He leído el artículo de la Wikipedia y he de admitir que le falta datos, pero casi sobra con lo expuesto. El Club no es más que una excusa para que los dirigentes de los países se reúnan con los banqueros en un plan distendido y puedan contarse sus cosas. -Que, ¿Cómo está tu mujer? - Bien, gracias a Dios y cosas por el estilo son las que hablaran mientras se toman unos aperitivos a base de patatas fritas y olivas, unos ganchitos y unas almendras mientras esperan el consomé y el pollo al ajillo. No hay porqué alarmarse ni porqué inventar paranoias de unas buenas personas que a duras penas llegan a fin de mes, como todo hijo de vecino. La reina sin ir más lejos, dijo un día que a veces tenía que limpiar dos veces la escalera porque los vecinos no paraban de pasar mientras ella limpiaba y es que por lo visto como son pocos vecinos en el inmueble, limpian ellos mismos la comunidad y así se ahorran pagar a una limpiadora. Por favor, dejemos en paz al Club Bilderberg. Voy a crear un espacio en Facebook en apoyo a ellos y lo voy a llamar “Me siento orgulloso de que Bilderberg no sea una marca de cerveza”.

Ahora que está todo el mundo (literalmente) revolucionado con el mundial y España pese a su crisis ha vendido más camisetas de su selección que condones la farmacia de guardia del sábado, me siento un bicho raro pues el fútbol me la suda. Nunca en mi vida he visto tantas banderas de España colgar de los balcones, lucir en los escaparates o menearse de un lado para otro en diversas webs. Los que me leéis sabéis que no creo en banderas y por cierto, que la banderita española me ha parecido siempre espantosa. Soy de natural republicano y su reseña me gusta, al menos no repite colores. Si hay algo que no soporto son los polos (las camisetas que se llaman así) que llevan los bordes con la banderita bicolor… Aagggghhhhhhhh, que espanto, hay que ser hortera y malaje para llevar eso. Como los pantalones cagaos o el jersey sobre el hombro o los pantalones piratas en los hombres o enseñar los calzoncillos… vamos hombre… yo no digo que haya que vestirse clásico, pero tampoco hecho un fantoche. Y el remate, pintarte la banderita en la cara, ya sea la de España, Francia, Inglaterra, China o Japón, da igual, identificarte con algo es de borregos. Ser seguidor de algo te obliga a llevar unas pautas que yo no asumo por nada del mundo. Recuerdo a principios de los noventa que unos amigos míos se fueron a ver a la selección jugar en Sevilla y se llevaron una sábana blanca a la que le pegaron un parche rojo grande para que simulara la bandera de Japón. Creo recordar que jugaba contra Suecia o Noruega o un país de esa zona. Yo lo vi televisado porque evidentemente la cámara grabó a los cuatro energúmenos moviendo la sábana japonesa en pleno España Suecia. Así son mis amigos, para que os hagáis una idea. Por suerte esto del mundial es temporal, pero al poco tiempo empiezan los torneos veraniegos y después la liga. En un mundo de pandereta abocado a una guerra mundial si quieren los ricos más beneficios y un pringaete se queja por que emiten fútbol. Que razón tenía mi abuela cuando decía que si mis padres hubieran criado tres cochinos en vez de a mí, ya estarían millonarios.

jueves, 24 de junio de 2010

Humedad



Dios, como me duele la cabeza, hoy no empiezo bien el día. Mierda, eso que hay en el suelo que cojones… ¿eso ha salido de mi cuerpo? Vaya pedazo de lapo. He de dejar el tabaco, pero, joder, ¿cuándo puñetas he fumado yo? Debo dejar de emborracharme en garitos sin ventilación donde hasta la madre Eufrasia de las Carmesitas alpargatadas fuma. Joder, que dolor de cabeza, entre el puto dolor y mis putos pensamientos. Cagontó, voy a cagar. Y a ver si me queda un gelocatil, un espirifen, un ibuprofeno, una aspirina o cualquier mierda química que me quite este puto resacón. Donde habrá una buena guillotina siempre que se la necesita. ¡Mierda!, que me cago.

Nada como plantar un buen pino, sí señor, oh mierda, mi cabeza, voy a mirar en la cocina, por ahí siempre hay algo. Nada, solo hay basura en los cajones: Dios, ¿quitará el dolor de cabeza el avecrem de…? ¿de qué cojones será esto?, huele raro, yo me lo tomo, por si acaso. Aaaaghhhh… esto sabe a vómito revenido, Dios, cuantas veces te nombro con lo ateo que soy. Joder que horas son, mi ex me mata, me mata….

-Ya has tenido que venir tarde como siempre, ¿no? Oh no, ya está gritando, y el avecrem se me está subiendo de mala manera a la cabeza. Que cojones será lo que me he tomado –Y como siempre el señorito callado, siempre igual, no, que no vas a sentar cabeza, el señor nunca va sentar cabeza

-Sí, para eso estoy…
-¿Qué dices?
-Nada, ¿tienes una aspirina o un ibuprofeno mejo…?
-¡Ya está!, anoche de borracheras… ¿y así quieres ser tu un hombre de provecho algún día?
-¡Joder!, por qué cojones tengo que seguir aguantándote. Dame ya los papeles que los firme y me vaya. Ya me apañare la vida.
-Espera, voy a buscarte la aspirina. No entiendo a esta mujer. Cambia como el puto índice Nikkei. Joder, ese tío del cuadro me está mirando, que coño me miras tío. Cagontó, que mal rollo. Joder, ahora me pica el rabo.
-Toma…
-Aaaagggghhh…
-¿qué te pasa, Antonio?, vaya salto has dado…
-Dios, que susto me has dado, Verónica, Mierda, ¿puedo ir al baño?
-Sírvete tu mismo, ya sabes dónde está… y dale con la escobilla y no te tires tanto rato, huevón

Si, ya sé donde está, y estaré el rato que me dé la gana, no te jode. Bastante me costó pagar este piso para perderlo ahora, que coño, voy a echar una señora cagada, sí señor, una de las mías, de las que me dejan las piernas dormidas. Aumm…. Que placer cagar. Vaya, mierda, desde que no vivo aquí, no hay comics. Pues yo tengo que leer algo…aaammmmm… ojú, esta me ha salpicado el culo. En fin, cogeré esto mismo, gel crema de ducha ultra hidratante con oliva y leche hidratante. Déjate seducir por nuevas sensaciones en la ducha Gel crema de ducha ultra hidratante está enriquecido con extracto de oliva y leche hidratante. Su rica y aterciopelada fórmula ayuda a hidratar tu piel dejando en ella una sensación de suavidad y tersura, sintiendo la sensualidad que su cuerpo necesita. Jooodeeeerrrrr, pero si me ha puesto la polla a mil… madre mía, que faltico voy que una puta etiqueta de un jodido gel de baño me ha provocado una erección, y vaya pollón que me ha puesto. Mierda, y esto no se baja, y las sienes me están matando. Y ahora como me limpio el culo, esto me molesta, choca con el váter, y de pie siempre me queda algo y odio los palominos… joder, Antonio, piensa…

-¿Te queda mucho?
-No, no, un momento.
-Conozco tus momentos
-No, no, en serio, ya salgo. Joder. Tenía que pensar en algo horroroso. La madre de Verónica…Dios, las palpitaciones, me falta el aire, ay, ay, como era, ay coño, donde hay una bolsa por aquí.

-¿Pero qué haces?, ¡no toques mis cosas!
-Annnnnssssiieedaaadddd, aahhhhh
-Antonio, estás fatal…
-Ya, ya, ya…..pero esto no se baja…
-¿Qué dices que no se baja?
Mierda, se me ha escapado
-Nada, nada, que estoy empalmado y no se me baja. Mierda, mierda, mierda, cerebro, hijoputa, donde estás cabrón.
-Jajajajajajajajajaja, eso tengo que verlo, si hace años que no se te levantaba….
-Y cómo quieres que salga, así no me puedo limpiar el culo…
-Desde luego que eres tonto, ponte de pie y luego pon tu culo en pompa, como no lo tienes gordo…
-Es por el dolor de cabeza. Joder, desde luego que estoy de un cenutrio. Esto debe ser cosa del avecrem, porque vaya vergón se me ha puesto. Voy a incluirlo en mi dieta pero ya. Avecrem, avecrem, dalo para ver como sus pollas crecen. Toma ya marketing que me marcado, y ahora al bidet a limpiarme el ojete. Je je, se me hace raro ver el cipotón armado asomar por aquí. La virgen, ¿esa vena estaba ahí? No, si hasta voy a aprender anatomía y todo…
-Terminas o qué.
-Es que esto no se baja.
-Eso tengo que verlo para creérmelo.
-Bueno, tu lo has querido, pero tenme preparado el ibuprofeno, por favor.

Lo que viene a continuación lo tengo que narrar en primera persona e intentando recordar lo acaecido, preguntándome una y mil veces si es verdad lo que allí sucedió, pero viendo el resultado final, que espero sepáis esperar hasta el ocaso del relato, no por nada, sino para mantener un poco más el suspense y de paso haceros estar pendientes de la historia hasta el final, no hay más remedio que remitirse a las pruebas y considerar el evento de una veracidad incuestionable, como dentro de poco veréis.

Resulta que la que iba a ser mi ex mujer, Verónica, la que estaba a punto de firmar los papeles para nuestra separación ya que no cumplía con uno de los mandatos del matrimonio católico que es el de concebir hijos durante nuestro enlace a ojos del altísimo, pues se quedo prendada de tal manera ante la visión de lo que yo denominé “el milagro avecremariano” que no pudo resistir probar tan inhiesta señera, a lo que yo, totalmente sorprendido porque nunca pude ni siquiera formular la palabra felación en su presencia, vi como empezó a darle besitos y a llamarla mi cosa, mi niña bonita, mi gusano malo, y después de un cuarto de hora de menospreciarme por completo salvo a la punta de mi glande que estaba a punto de reventar, de un color púrpura que le tuvo que recordar a los cardenales eclesiásticos porque no paraba de darle besos y nombrar al cardenal tarancual, cardenal gilanotro, hasta que de pronto vi como, y poco a poco, de una manera muy suave, empezó a meter muy despacito, mi erecto purpurado en su eclesiástica boca, un poquito para dentro, un poquito para fuera, pero cada vez que avanzaba más hacia dentro, más sentía yo como las hordas de prelados estaban extasiándose cada vez más. Yo, sentía que no tenía ojos, que los había perdido, en aquellos momentos lo que veía era mi hipotálamo a todo ritmo creándome millones de sensaciones. Recuerdo hasta haber visto a un grupo de aquellos cardenales nombrados por ella con el culo en pompa, delante de mí, pidiéndome que les ungiera con mi santo cirio para su salvación eterna.

Ya la iba notando por la mitad de mi recompensa y, por acto reflejo, le cogí la cabeza desde atrás. Pareció no molestarle, así que poco a poco fui haciendo que su camino fuera más penitente y conforme me fui dando cuenta que mi prepucio asomaba por sus labios, quise apretar más y más porque la excitación que me estaba consumiendo era tal que si en aquel momento, por una milésima de segundo hubiera caído que lo estaba volviendo a hacer con mi ex, quizás me hubiera distraído pensando en medallitas estúpidas ante “colegas” de barra, pero no, aquello era desvirgar de nuevo a una virgen y mi prepucio ya estaba por la mitad de su boca, y lejos de aminorar su marcha, ella pedía más castigo, más potencia. Para pagar su penitencia por primera vez, era justo reconocer que tenía la mitad del cielo ganado.

Pero no quería regarla aun con mi oleo salvador. Estaba deseoso de volver a probar su dulce coño con sabor a miel, y esta vez, nada más echar su cabeza hacia atrás y quedarse mirándome con los ojos medio idos por el placer de aquella oración, con la boca aún húmeda y abierta, no pude hacer más que besarla, y allí ya fue mía. Nada más introducir mi lengua y conjugar mi respiración con la suya noté como temblaba en pequeñas descargas de deseo. Sólo quedaba tocarle frágilmente su pecho para que empezara a gemir silenciosamente, con su lengua húmeda aún entrelazada con la mía, con nuestras respiraciones al unísono, con la escala Richter de su placer cada vez más alta, separándome fuertemente de ella y pidiéndome ser penetrada ya, pero le dije que no, que aun tenía que esperar, sufrir su agonía un poco más. Empecé a besar su cuello, y se derramó, fué superior a sus fuerzas, primer orgasmo y contando. Fui lentamente hacia abajo, recorriendo todos y cada uno de sus poros con mi lengua, haciendo especial hincapié en sus zonas más erógenas, sus pezoncitos como garbancitos que crecían a medida que mi lengua se posaba en cada uno de ellos, su ombligo, un poco salido al que le volvía loco que le diera calor con mi aliento, su monte de Venus, con los jardines muy bien arreglados, con su sabor a exquisita miel, coronado por una vulva sabrosísima que, delicadamente tomada, volvía a poner en erupción todo su cuerpo. Ya me gritaba que quería ser poseída por mí y fue el momento perfecto que buscaba, mi penetración fue como un regalo de los Dioses, como el acoplamiento de una nave espacial con la estación espacial en órbita, como el regalo de la vida. Algo tan bueno y gratuito y que la gente lo menosprecie, infravalore, desprecie… Dios que bueno es sentir unas paredes húmedas y estrechas entrar en contacto contigo. Empiezo despacio, con ella encima de mí, pero al rato ella está saltando como poseída, es el ritmo que le infrinjo sin darme cuenta. Cuando más rápido y fuerte gime más duro le doy. Ahora la pongo a cuatro patas para que sienta mis testículos en su culo, pero me pide algo, a lo que consiento. Me empieza a meter el dedo corazón por el ano. Dios, ahora sí que no voy a parar, esto, esto, siento otra vez al hipotálamo hacer de las suyas, siento a Verónica como se va a correr otra vez, siento unas llaves abrir la puerta de su casa…

-Coño, mi madre…
-Aaahhh, la ansiedad, mierda….
-Escóndete.
-Quítame el dedo del culo tía, ah no lo muevas, que me corro, que me corro…
-Mierda, esto no sale…
-No lo muevas por Dios...
-Tendré que sacarlo, ¡no! No querrás que mi madre me vuelva a ver contigo.
-Niña, ¿Dónde estás?
-En mi cuarto, no entres…
-No muevas el dedo, nooooo, ay, ay, ayyyyyyyy, que me corroooooo…….
-Y porque no voy a poder entrar aqu….

Si, ocurrió: Todo mi semen fue a parar a la cara de su madre. ¡Qué escándalo! Bueno, antes os dije que al final de la historia os contaría el por qué empezaba a contar esto en primera persona y tal. Lo primero, si os habéis dado cuenta, es que ha cambiado por completo la forma de expresarme. Desde que estoy en la cárcel me he rehabilitado y me han dejado estudiar carrera y todo. ¿Cómo termine en la cárcel? Me acusaron de violación por aquello que sucedió. Como yo era ver a mi ex suegra y me entraba ansiedad, pues… Vamos, que no me dejaron decir palabra. Aunque a lo mejor algo tuvo que ver también el hecho de que ellos pagaron un pedazo de abogado y el mío fue de oficio que al final terminó casándose con mi ex. En fin, os he contado todo esto para que veáis que no todos los que están en la cárcel se merecen estar aquí. Bueno, Federico, si. Pero es que mató a 93 personas por no escuchar la cope. Una cosa muy rara. Yo siempre que lo veo, digo que ya la tengo antenizada y me da su bendición y un arriba España. Supongo que la querrá más arriba para que de sombra, que con tanto calor hay mucho chalado por aquí.
FIN

Odio el verano



Sé que a estas alturas odiar el verano a nadie le extraña, al igual que escribir en un blog, cagar, o beber agua. Pero yo odio el verano, cago, bebo agua y, para colmo, aconsejado por una amiga, empecé hace tiempo a escribir en este blog en plan serio. Bueno, nadie es perfecto y el más imperfecto de todos, menos aun. Y el porqué de este odio canicular que me devora literalmente las entrañas… Pues ya está dicho: Diarrea. Empieza el estío y el sacrosanto líquido marrón que mi ojete libera por impulsos irrefrenables empieza hasta que decide decir ¡basta! un buen día y el chorrillo se vuelve otra vez en plasta compacta. Pero tengo más motivos para odiar el verano: la típica música que desde fórmulas radiofónicas pretenden ser la pauta bailable para una sensual sesión de erecciones a catetos pueblerinos con pasta ahorrada tras las labores típicas de temporadas más gratificantes al laboreo campestre. Hala, borreguines, a dejaros el pastizal ganado con vuestro espinazo en whisky mata neuronas mientras suena una música “enlatada” o prefabricada por cualquier programilla cutre bajo Mac o Windows mientras las parejas se marcan bailes que parecen invitaciones a bacanales romanas. De hecho, yo cada vez encuentro cada vez más parecido entre nuestro tiempo y el declive de todo grande imperio… ¿Significará esto que estaremos presenciando la caída del imperio Norteamericano? Si esto fuera posible, ¿Qué imperio lo sucedería? Todos contestareis que el asiático, ya que Napoleón Bonaparte predijo que China era un gigante dormido al que era mejor no provocar… pero China ya mismo estará en conflicto con otros países indo asiáticos, como la India, por poner un ejemplo, cuando por culpa de la subida del petróleo ambos países se culpen entre sí por haber llegado a extremos de tan execrable competencia. Claro, todo ello auspiciado por algunos cabroncetes miembros de clubs o corporaciones que no tengo ganas de nombrar, porque no se cómo cojones se las componen, que al darles nombre, ése, al menos en mi boca, suena y sabe a mierda. Por eso odio el verano, por la mierda principalmente.

La nit de Sant Joan



Unas de las cosas que caracterizan la noche de San Juan es su magia. Cuando era niño la sentía así pues en Barcelona se celebraba de una manera especial. Cuando me vine a Lucena a vivir, ni siquiera sabían que esa noche se preparaban fogatas para que la gente se reuniera a su alrededor a contemplar la iluminación del fuego al crepitar de las brasas. En L’Hospitalet aprovechábamos aquella noche para desprendernos de todos los artículos innecesarios que rondaban en nuestro hogar que fueran combustibles para apilarlos en un rincón que se amontonaba en cada calle preparados para su nocturno fulgor. A las doce de la noche se prendía la pila de cosas desechadas y todos los críos que por allí rondábamos aprovechábamos el fuego para encender una hoja previamente enrollada que nos servía como mecha para nuestros cohetes y petardos, iniciando una orquestina de pequeños truenos aquí y allá.

Hablando de magia, me ha venido a la cabeza una mujer que conocí en El Ferrol durante los dos meses que pasé allí en la mili haciendo un cursillo para ascender a cabo segunda de marinería que aseguraba ser una meiga. Era una mujer de edad avanzada, vestida de riguroso luto, con una rebeca pese a ser verano, pañuelo en la cabeza, su característica verruga en la nariz y se ganaba la vida leyendo las líneas de las manos a los marineros por la voluntad, como ella decía. Yo, que soy de naturaleza escéptica, siempre me mantuve reacio a que me leyera la mano, pero un día todo borracho accedí a ello. Hasta ahora no ha acertado ni una, pues dijo que iba a tener un solo hijo y tengo dos, que me iba a casar con la novia de toda la vida y que sería mi mujer para siempre y me he casado dos veces y divorciado las dos, que tendría un puesto de trabajo fijo y soy pensionista con 38 años. Mis creencias no son por falta de fe, sino por exceso de ella.

Hoy me ha leído la cartilla la psicóloga de la asociación. Y he de admitir que todo lo que me ha dicho es verdad. En resumidas cuentas, que soy una persona que no acepto la ayuda de los demás y que me he construido una fortaleza inexpugnable a mi alrededor por la que no dejo pasar a nadie y tiene toda la razón. No es que no acepte consejos de nadie, no creo que se trate de eso, es que lo que me dicen lo sé de sobra, y aunque me tildan de inteligente, soy la persona más imbécil del mundo, pues he tropezado no dos veces, si no un millar de veces en la misma piedra. Por supuesto que errar es de humanos, pero lo mío no es eso, lo mío es atreverme a desafiar constantemente las leyes de la física elemental. Tengo asumidos de sobra todos los consejos que se me puedan dar en el plano cívico. No hay ni uno solo que me sorprenda porque son muchos años de terapia en los que me han dicho por activa y pasiva que o no hacer. Ojo, no estoy elevando una queja. Simplemente estoy reseñando que ya no me sorprende nada, pues esta vida me enseñó un día que los hijos de puta son todos aquellos que de alguna manera me hicieron daño y por desgracia no hay lista de la compra lo suficientemente grande para colocarlos a todos.

El amor de mi vida



Andaba un hombre solitario paseando, algo encorvado, apoyado en un bastón, octogenario, de cuero envejecido y arrugado, manos venosas, dedos torcidos por la artrosis, pelo escaso y cano, cejas aún oscuras y una mirada penetrante a pesar de sus ojos cristalinos y vacuos, que estaban protegidos por sus párpados caídos y ajados, meditando sobre sus piernas huesudas, a la vera de su amada.

Mira amor, llevas muchos años acompañándome -le susurraba Pedro el anciano con mucho cariño a su eterna compañera- sin embargo espero que no me abandones, ya que la niebla de la muerte pronto me llevará lejos de este mundo inhóspito y vacío ya de contenido para mí.

Oye Pedro, no me humilles con tus quejas, recuerda cuando me abandonaste en tus años mozos en brazos de tiernas mujeres, llenas de olor y vida a las que no supiste apreciar, solo succionaste como niño de teta sus aromas, abandonándolas luego por aburrimiento y falta de amor.

Claro que te abandoné amada, una y mil veces para retozar en los brazos dulces de mujeres de carnes duras, ojos brillantes y aromas de flores. Cuánto amor les di en noches plenas de lujuria y pasión, sin embargo nunca quisieron amarme como soy, salvo tú, niña mía, ninguna quiso enamorarse de mí y permanecer fiel en entrega.

Pedro yo permanecí en lloros, siempre en espera me mantuve, para poder ser la dueña de tu cuerpo. Ansiando que sintieras la necesidad de pensar en mí, de encontrarme en ti, de buscarte y ser la dueña de tu alma y hasta que la senectud no te llegó no fuimos amantes.

Claro querida, fuiste tras de mí durante años. Pero ganaste a todas las bellas. Al fin fui tuyo cuando la belleza me abandonó, cuando la fuerza de mi virilidad se vino abajo, una a una las mujeres fueron dejándome. El pelo fue cayendo, las arrugas se fueron surcando y en todos mis días sólo a ti te encontré solícita para una tertulia, para un beso, para un abrazo.

Ay mi amor, Pedro querido, cuántos años esperé que confesaras un amor tan denodado, tan intenso y verdadero como es el tuyo por mi presencia en tu vida. Cuántas noches te observé en la penumbra muerta de celos, viendo tus labios besar mujeres bellas, tu cuerpo enloquecido en posesiones febriles de mujeres jóvenes que reclamaban tu fuego. Qué bueno es llegar a viejo para darse cuenta de que la única dama verdadera en la vida es la que siempre ha estado a tu lado.

¡Qué bello era pensar que tenía una celosa compañera que ansiaba mis abrazos, mis besos! ¡Qué dulce final tras una vida de desenfreno impúdico es tu compañía!

Y así era como Pedro sobrevivía, recordando sus aventuras juveniles. Cuando una preciosa mujer pasaba a su lado, lo que se entrevía bajo sus ropas, ese sexo ya sobado por otras manos, esos pechos hermosos dibujados por encima de una blusa exactos a los ya catados, se convertían en suyos por un instante. Cuando su compañera le sorprendía en esas infidelidades, lo abandonaba un rato hasta que él dejaba de soñar, temeroso de que ella no regresara y retomaba la conversación silenciosa siendo ella la reina de sus momentos de recuerdos, la eterna y bella compañera que no se trasmuta ni envejece, la maravillosa reflexiva amante: la soledad.

miércoles, 23 de junio de 2010

Mi psiquiatra por televisión



Dicen que la soledad es una de las peores cosas que existen, pero la verdad es que yo me siento muy a gusto en ella. Soy hijo único y desde muy pequeño estoy acostumbrado a estar solo y cuento con una imaginación prodigiosa, con lo que la palabra aburrimiento apenas carece de significado para mí. Si no tengo a mano un libro o una revista o un cómic o un tebeo o una revista de pasatiempos, me quedo mirando el suelo y voy fijándome en siluetas que se van formando con tal y tal veta si el suelo es de mármol, con tal y tal piedrecita si es terrazo o con tal y tal parche si es granito. Si es de otro material, también me sirve, a todo le busco formas, no sólo a las nubes. Esa distracción me sirve cuando estoy esperando en la consulta del médico, pues he de ir cada dos semanas a por recetas ya que las medicinas que tomo para la depresión me esclavizan a ello. Recuerdo cuando estaba en el piso compartido de proyecto hombre que le expliqué esta práctica a un chaval de dieciocho años y se rió de mi ya que él sostenía que era imposible entrever nada fijándose en el suelo o en la pared. Así les va a la juventud, que carece de imaginación. Pero es que lo mismo le pasa a los críos. Por ejemplo, mi hija de diez años está todo el santo día frente al televisor o viendo Disney channel o clan tv o neox. No sabe jugar, y si me quedo un rato mirando la televisión con ella, cuando emiten anuncios, me mareo con el ir y venir de canales a toda velocidad por arte del zapping. En mi niñez que solo existía dos cadenas, bueno, mejor dicho una y media ya que la segunda cadena emitía a partir de no sé qué hora, nos quedábamos tan tranquilos tragándonos todo lo que emitían. Ahora no veo apenas la tv. Las series las descargo por internet, así las veo sin anuncios, las películas, idem de lo mismo, los programas que emiten hoy en día no me interesa. Soy sincero, por lo que mantengo que los documentales me parecen un tostón. Los concursos, unos los veo simplones, otros avergonzantes, otros soporíferos, otros no me entero y otros ni los veo. Lo que si veo son Los Simpson pues coinciden con la hora de comer, Bob Esponja y Sim Chan. Los demás dibujos animados los descargo también ya que existe esa posibilidad.

Hoy he tenido como todos los martes terapia en Alsubjer. Os he puesto el enlace a la página web para que veáis que existe dicha asociación y que nada de lo que digo me lo invento. Todo tiene un rigor científico. Vamos, como la vida misma. Los que me seguís un poco, ya sabéis que tengo un problema de bajo control de impulsos que ha derivado en una doble adicción, alcoholismo y ludopatía, completito que es el nene y no le añadí una tercera, compras compulsivas, porque acudí a tiempo a terapia, pero ya tenía no un pie, sino que me faltaba una uña para estar de lleno en esa dependencia también. Una de las causas por la que me dejó mi segunda mujer fue por lo rápido que fundimos los casi ocho mil euros que sacamos limpios de la boda. Bueno, hay que decir que más de tres mil euros los gastó ella en pagar la universidad y el alquiler que debía. Lo demás se fueron en caprichos varios p’al nene. A ella no le importaba porque me lo gastaba en cómics y en libros, pero cuando quisimos darnos cuenta, el dinero había volado y es que Madrid aparte de estar en el centro de España, es una ciudad cara de cojones. Es que tengo que buscar justificaciones o explicaciones, como prefiráis llamarlo a todo, y con lo del divorcio, también. Claro, también está el hecho que durante nuestra separación me lié con una cordobesa y a ella no le sentó muy bien que digamos, pero estaba muy dolido con mi ex por haberme dejado y cuando surgió la ocasión del rollo, no me lo pensé. Ya hablaré de la cordobesa, pues era una multiorgásmica con la que flipaba en colores y tengo varias historias que no tienen desperdicio.

Mañana tengo cita con la psiquiatra de la seguridad social y la psicóloga de la asociación. A la primera no la trago desde que me dio por imposible y me aconsejó que cambiara de psiquiatra. Una porra voy a cambiar de especialista. Me va a tener que aguantar las neuras quiera o no quiera. La pobre cuando me ve le cambia la cara, y es que como está acostumbrada a librar con los típicos simplones alelados perdidos por culpa de la medicación, va y le llega un personajillo que le cuestiona todo y solo quiere que le rebajen el tratamiento, pues así me pide el cambio de psiquiatra. Mañana me la imagino otra vez con la preguntitas de siempre: ¿Y cómo estás?, ¿pensamientos feos?, ¿sales más a la calle?, ¿has bebido alcohol?, ¿duermes bien? A lo que me daría ganas de contestar: estoy jodido, muy jodido, con 39 años y pensionista, ¿pensamientos feos? ¿A tu edad, cacho bruja no tienes otra manera de nombrar si tengo ganas de suicidarme? No, lo pasé tan mal la última vez que se me quitaron las ganas de morirme por siempre jamás, amén. La calle la piso lo justo para ir a por el coche e ir a los sitios que tengo que ir obligado y no, no bebo alcohol, gracias y si, duermo cuatro horas de puta madre gracias a sus comprimidos, las restantes veinte horas no me como la cabeza pero me gustaría que me comieran otra cosa. Jodeeeeeeerrrrrrr, que a gusto me quedaría, pero no, seré un jodido educado y responderé: bien, no, no, no, si, fin del comunicado. Por la tarde tengo cita con la psicóloga. Es una recién licenciada que está sustituyendo a la que trabaja allí porque está de baja por maternidad. La chiquilla no tiene las tablas de la otra que nos tenía calados y se queda sin recursos, o sea, que nosotros somos más pillos que ella y la dejamos de manera que no puede rebatir nuestra postura. He tenido tres citas con ella y en las tres los consejos han sido idénticos, de manera resumida: mantente ocupado y piensa menos en tus miserias. Evidentemente es algo que hasta un crio de párvulos sabe, pero no por ello le vas a menospreciar el mérito a la chiquilla. De todas formas sólo va a estar cuatro meses. Eso si, más que va a aprender con la pandilla de mafiosos que somos en ningún sitio. Algo bueno teníamos que tener además de la desgracia que nos caracteriza.