domingo, 21 de noviembre de 2010

Ángeles y marineros (Jim Morrison)


Ángeles y navegantes
chicas ricas
bayas de jardines
tiendas de campaña

Sueños mirándose
entre ellos estrechamente
suaves y exuberantes coches
chicas en garajes, desnudas
fuera para coger licor y ropas
medio galón de vino y seis paquetes de cerveza
saltado, llevado a cuestas, nacido para sufrir
hecho para desarroparse en la tierra salvaje

Nunca tratare mal
nunca empezare ningún tipo de escena
te diré todos los sitios y personas donde he estado.

Siempre un profesor de campo de juego, nunca un asesino
siempre una dama de honor al borde de la fama o sobre
el manipulo a dos chicas para entrar en su habitación de hotel
una una amiga, la otra, la joven, un nuevo extraño
vagamente mejicana o puertorriqueña

Pobres muslos de chico y nalgas cicatrizadas de cinturón de padre
ella trata de hablar
historias de su novio, de drogados adolescentes juegos de muerte
chico guapo, muerto en un coche
confusión
sin conexiones
ven aquí
te amo
paz en la tierra
¿Morirás por mi?
Cómeme
de esta manera
el fin

Siempre te seré sincero
nunca saldré, ocultándote cosas, nena
sin tu tan solo me enseñas La Lejana Arden otra vez.

Me sorprende que la hayas podido levantar
el la azota ligeramente, sarcásticamente, con cinturón
¿No he pasado por suficiente? ella pregunta
ahora vestida y yéndose
la chica española empieza a sangrar
dice que es su periodo
es el cielo católico

Tengo un antiguo Indio crucificado alrededor de mi cuello
mi pecho en fuerte y moreno
tumbado y manchado, miserables sábanas con una sangrante virgen
podemos planear un asesinato
o empezar una religión

Jim Morrison

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