domingo, 31 de octubre de 2010

El arte por el ojete


Hay versiones trovadas y cantos rodados
de una misma cuestión hilada en fino;
tal merecimiento de atención es dado
a quien por nombre es un tal Ambrosio Rufino
López Rifado, merecedor en pretéritos tiempos
de mejor guisado, pues ahora está muy maltrecho
por ver su corazón deshecho en un amor cribado en lienzos
de amargura  composición.  Por esta cuestión está en el lecho
siempre llorando una pena por sentir
el abandono de una dama que no quiso
asentar aplomo por él, dando su vivir
en prestas agonías de pútridos días de martirio
vacuo, pues nadie mas que él sabía de su calvario.

Pero un día quiso su lucidez poner fin a tal virtud
de ser fiel a quien no le es cautiva, y presto
a un futuro incierto, se juró aprovecharse sin quietud
de toda mujer que en el mundo yaciera, pues es cierto
que si su condición ha sido ir de víctima y por el culo
le han dado, si va de macho dominante, puede verse
su cruz cambiada por tratar a las mujeres con oscuro
trato de indiferencia y hacer uso de sus escasas dotes
en cuestiones de inteligencia, pues si algo le ha enseñado
la vida, es que pierden el coño por presta polla inhiesta,
más que al romanticismo y la galantería, cuestiones a dar de lado
cuando un cipote entra en contacto con su silueta.

Desde entonces nos encontramos a un Ambrosio
sano y feliz, pues no para de hacer deporte
con tanto sexo con mujeres sin ganas de lio,
ya que en la edad de él se encuentra el porte
de cientos de divorciadas sin ganas de más hombre
que para un rato de cama y saciar su hambre.
A tomar por saco el amor en nombre del dolor
que han sufrido todos los enamorados
por sentirse vacíos en noches
de quebranto duelo. Más vale decir las cosas por su nombre
que no esconder la cabeza en hipocresías dictadas con renombre
casto. No hay más cuestión que estipular sencillez donde apriete
el arte de mezclar lenguas, orejas, dedos, tetas, polla, coño, cuello y ojete.  

Antonio Jiménez

3 comentarios:

  1. Y es que a falta de un buen amor, el sexo es de lo mejor que hay y sí, le deseo a Ambrosio, pan y coños hasta reventar, que si el amor no corresponde, por el ano le han de dar. Besos proscritos.

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  2. Solo he querido hacer entender que aunque triste y dolorido, sigo teniendo mi sentido del humor intacto.
    Besos taciturnos

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  3. Hablar de amores dolientes
    y acabados
    mejor de tristes y abiertos ojetes
    reculiados
    Porque de amar y entregar
    nada se saca
    Pero de dar por el culo a buenas hembras
    siquiera pinga feliz, uno saca

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