viernes, 19 de noviembre de 2010

Las cobardes del anonimato


Hoy he de admitir que me han tocado los cojones a base de bien. Ante la cobardía que da el anonimato han tenido la poca vergüenza no de ponerme a caldo, que eso me la suda, sino de meter a trapo a una compañera bloguera, y por ahí no paso. Y como soy el puto dueño de este blog y hago lo que me sale de la punta del nabo, siendo cortés en todas mis palabras, he mandado a tomar por culo el derecho a comentar. Ea, así de claro. Queréis arroz, pues dos tazas vais a tener, porque, aunque os escudéis bajo la innoble capa del anonimato, habéis dejado constancia con vuestras faltas de ortografía y vuestro penoso uso de los acentos de dos cosas, la una que lo estudiado le ha servido de bien poco, aunque siga preparándose oposiciones (y se defenderá en el hecho de que las estudia en euskera y no utilizan tilde) y la otra, que tanto lee, le sirve de poco pues asimila más bien poco lo leído. Así que como tengo un blog y puedo hacer lo que me salga de las pelotas, pues os jodéis y vais a replicarle al puto papa de Roma, que os hará más caso.

Por cierto, que os den bien por el culo a las dos (más quisierais) si estáis resentidas por algo, y, por favor, déjame ponerme en contacto con mi hijo, ya que tener la custodia no te da derecho a abusar como lo estás haciendo.  

Antonio Jiménez

No hay comentarios:

Publicar un comentario