En apariencias, solo en apariencias
puedo parecer portador de espécimen
en grado humano, pero la desconfianza
me torna gris y taciturno. Son tantas
las horas que me he debatido ante
la miseria de mis organismos que entre
tanto sudor de escarcha puedo oler un alivio
por sentar cabeza en esta pradera. Puede
ser momento de relatos y pasar página
a lamentos que ha previsto disfrazarme
de gusano. Debo alimentar mi parada con
pócimas de légamos para prevenir próximas
aproximaciones a la demencia que no vería
con buenos ojos. Siento como la cordura
siempre quiere alentar mi compás de
regla y desplante, pero también noto
como las fuerzas no son las de antaño
y por años que pasan voy bajando escalas
hacia el cadalso. Dicen que aparento
buena salud y envidiable fortuna, pero
se de buena tinta cuales son las fatigas
que endosan mi calma con próstatas de
nalgas. Siendo como soy, el único varón
de familia cuya progenie se vio anulada
tras mi nacimiento, lamento de veras que
mis padres vean como lucho entre sombras.
Antonio Jiménez
Me importan tus lamentos aún cuando siempre creo que tienes tantísimo que ofrecer que no cabrían en realidad esos lamentos entre tanto verso. Busca fuerzas de donde creas que no las tengas y sigue el camino que por derecho has de recorrer, escritor amargo. Te deseo, cada día, la mejor de las suertes. Un abrazo.
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