domingo, 11 de julio de 2010

Que ruina de coche



Jajajajajajajajajajajajajajajajjajajaaja, ay que me meo, resulta que soy millonario y yo sin saberlo, jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja, me explico, leyendo en un blog voy a dar con la dirección de una web que valora tu blog o page o web o lo que tengas, valoro este blog y el pobrecito mío no llega ni a los mil euros, pero valoro el musical y ahí viene lo gordo, ¡me lo han tasado en 2,73 millones de euros!!! Jajajajjajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajaja, ay, que me da el patatús, estoy en el puesto número 615 de las webs españolas y en el puesto número 9472 de las webs mundiales y yo sin saberlo. Ya mismo tengo aquí al Bill Gates con sus matones desmontándome el chiringuito por competencia innoble como en un episodio de Los Simpsons, jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja, ay, que me meo toa….. Los de la coctelera, el host donde tengo alojado el blog, me tienen que pagar unas coca colas como mínimo, por ser uno de los blogs que más valen del planeta, jajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja, y es que llevo partiéndome el culo desde que hice la consulta, y hará ya por lo menos tres horas…. Bueno, pongámonos serios no sea que realmente esté creando algo sin parangón y me vayan a meter en prisión, pffffffffffff jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja, si es que me sale sólo, soy un jodido guasón…..

En otro orden de cosas, hoy quiero hablaros de una cosa que estuvo viviendo conmigo varios años. Mi coche Lada Samara 1.5 cuatro puertas y para de contar. Creo que peor coche que ese no ha existido en la vida. Era un tanque, sin dirección asistida, sin aire acondicionado, no era por inyección, era por carburación, hecho que lo hacía consumir gasolina a lo bestia, sin cierres centralizados ni elevalunas eléctricos sin radio cassette…ah, pero la rueda de repuesto no era de juguete, era de verdad, una como las otras. ¿Cómo fue a parar dicho elemento a mis manos? Porque mis padres se quedaban parte de mi sueldo y cuando tocó comprar el coche, mi padre quería uno que rondara el millón de pesetas, con cuatro puertas y nuevo, y sólo existía ese coche ruso. Yo no lo quería ni regalado, pero entre las ganas de coche y las ganas de picadero que ya tenía a mis 22 años, no vi más solución que esa. Y lo compramos. Y empezó una pesadilla que duró cinco largos años. Como no tenía cassette, lo compré en el Prica en Córdoba, y como siempre iba más pelao económicamente que el culo de un mandril, dije de instalarlo yo mismo. Ni que decir tiene que la chapuza, que se quedó el cassette sujeto por unos alambres puestos que vibraban a cada acelerón, aguantó como pudo los cinco años, eso sí, la calidad del puto punto azul se trago por lo menos veinte cassettes que a la tercera que se tragó original, ya fueron todas grabadas. Ir de Lucena a Fuengirola y volver me suponía llenar el depósito entero que en 1993 me costaba 5000 pesetas. Un disparate, tragaba más que un Tiranosaurio. Los asientos no se reclinaban del todo, y mi primera ex y yo que los dos somos del metro ochenta para arriba no las veíamos y deseábamos para joder allí. Para colmo en invierno se empañaba los cristales y el coche carecía de calefacción, con lo que nos teníamos que pelar de frío para desempañar los cristales. Gracias al coche no se quedó mi ex embarazada pues fueron tan pocas las veces que lo hicimos que no hubo peligro de un prematuro embarazo. Gracias Rusia. Otro episodio que me pasó con el coche es que mi amigo Liza, que es un tapón pues medirá un metro cincuenta y poco, en invierno y con el coche lleno se tiró un pedo que tuve que parar el coche en la calle de las tiendas y bajarnos todos de él porque nos íbamos a asfixiar. Detrás del coche se formó una hilera de autos pitando y yo mientras gritando que si tenían huevos ellos de meterse en el coche, que lo quitaran. Por mi santa madre que estuvo el coche con las puertas abiertas por lo menos cinco minutos dando el espectáculo. Liza, mientras, descojonado de la risa. Otro día éramos seis y se metió el Liza en el maletero que era bien grande. Cuando íbamos por la calle El peso, a la altura de un bar conocido como “El barriles” que estaba hasta la bola de gente en la puerta tomándose unas cañas, empezó a dar puñetazos en el maletero y a gritar –“Abrirme, hijos de puta, que me ahogo”- Me tuve que bajar del coche y abrir el maletero ante la incredulidad de los allí presentes. Sacó el Liza la cabeza y empezó a respirar y a decir-“Hijos de puta, me estaba ahogando”. Otro día se metieron detrás diez personas y los llevé de la discoteca al instituto que había una fiesta. Por el camino empezaron a despelotar al Liza, como no, mientras gritaba -“Si queréis ver mi polla, decirlo y me la saco”- Cuando llegamos al instituto la gente flipaba viendo salir a diez personas de la parte de atrás de un coche rojo y como colofón final sale un medianía con los pantalones bajados y la polla fuera mientras decía –“Que, hijos de puta, ya tengo la polla fuera, ahora a ver quién me la chupa de todos vosotros”. Y podría estar horas y horas contando anécdotas, como cuando fuimos a la alpechinera (lugar donde se tira los despojos que sobran de la fabricación del aceite de oliva, súper contaminantes) que hay en la carretera de la Sierrezuela, rodando un cortometraje mi amigo Paula, el sempiterno Liza, mi exmujer y un servidor, el coche servía como grúa para hacer un travelling en el que estábamos rodando una secuencia en la cual Liza hace que tira un hombre a la alpechinera. Cuál fue nuestra sorpresa cuando vemos a un moro que hacía footing llamar a la policía porque estábamos tirando un cadáver. ¡No tuvimos que dar explicaciones!; y llegó protección civil a buscar el cuerpo y se encontró unas bolsas de basura enrolladas con una cuerda formando el cuerpo de una persona. No veáis que sermón nos dio la policía con el tema de que había que pedir una licencia para rodar cortometrajes, permisos a las autoridades pertinentes, que teníamos que estar localizados siempre, en definitiva, que debíamos de contar con una serie de requisitos que rodar el corto suponía un verdadero coñazo, y nosotros ya habíamos rodado por lo menos cinco sin pedir más permiso que una cerveza al camarero del bar. Recuerdo una vez rodando uno en las canteras de la sierra que llegó un trabajador de las escombreras todo chulo y con ánimos de pelea pidiéndonos que nos fuéramos de allí, ya que aquello era un lugar privado, a lo que Paula que por aquel entonces tenía un enchufe en el ayuntamiento llamó y así nos lo hicieron saber. Yo que soy un tocahuevos sin remedio, cogí la cámara y mientras hacía que grababa le dije que si tenía huevos que me la quitara, que todo lo que estaba grabando iba a salir por el canal subbética en un programa ecológico como denuncia del daño medioambiental que estaban haciendo. Se fue todo enfadado al camión, llamó por el móvil y yo mientras haciendo el paripé con la cámara sin grabar nada por no gastar batería. Algo le dirían que se subió al camión, nos intentó atropellar y se fue. Nosotros seguimos con lo nuestro. Y de allí salió “Blues de la ruina”.

2 comentarios:

  1. jajajajaja,jajjajajaja, si de algo estoy segura, es que tendras miles de anecdotas que contar, en el que nos partiremos de risa al leer y me da que tu al contar jajjaa, oye y referente a lo del cadaver, ahora te ries pero aquel dia no se yo las caras que se os quedaria jjaja y ya te costaria desprenderte de ese coche por todas las historia que has vivido, en fin ya seguiras contando que yo seguire por aqui para leerlas, que me hace mucha gracia, besos antonio. Marya Jose

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  2. Pues claro, ya iré desgranando todo mi anecdotario particular

    Un beso, Marya Jose

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