martes, 20 de julio de 2010

Apariencias



Y me enseñaste que los recuerdos
pueden hacer daño si al recordarlos
una parte de ellos estaban huérfanos
de ecos de sirenas que elevan los
silencios de la parva melancolía
que se esconde bajo la silueta de un
recortado abalorio gris ambulante
de los sueños de un mortecino
vagabundo que malvive entre
botellas de rancio valdepeñas.
Me sonreíste al confundir mi
gastada empresa entre los flujos
de tu maquinaria vil y mezquina,
quisiste vivir tu quimera dorada junto
a un soñador de ínfulas perdidas.
Solo quería a una cómplice para
amar y lo que encontré fue a una
avarienta despensa que llenar.
Una década perdida intentando
encontrar lo que no veía reflejado
en espejos, que mostraban un gusano,
mientras gritaba compasión por
morir, piedad por acabar, silencio
para vivir, realidad que respirar.

2 comentarios:

  1. ¿Autobiográfico quizás?... oye, qué monada con el hamster, le he dado comida y he jugado con él, en casa tenemos uno de tres colores: blanco, negro y marrón, pero no es de esos que se pasan el día girando, este se pasa el día gimiendo hi-hi-hi para que le echen comida, es muy tragón... Luego están las dos tortugas de tierra y los tres perros, ah! y las gallinas, ya conoces mi zoo...

    beXotes in the morning


    Xim

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  2. Si, un poco mi vida al lado de mi primera ex. Vaya pedazo de zoo que tienes. Yo solo he tenido perros cuamdo vivía en casa de mis padres porque allí hay patio y se podian tener. Ya, nada de nada.

    Besotes

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