martes, 13 de julio de 2010

La escuela Cínica



La llamada escuela Cínica recibe su nombre del vocablo “perro”. Esto lejos de descalificarlos, lo consideraban un honor. Según Diógenes Laercio, todo procede del hecho de que Antístenes –comúnmente estimado como el “fundador de la Escuela”- daba sus enseñanzas en el Cinosargo, un gimnasio de las afueras de Atenas. El sentido peyorativo que la palabra adquiriría posteriormente se debe, en parte, al desprecio que tenían de los Cínicos en las conversaciones sociales, y en parte a los adversarios de la escuela, sobre todo desde que algunos de los miembros abandonaron el rasgo ascético y se inclinaron a formas más hedonistas. Pero, en general, el Cínico era aquel a quien las cosas del mundo les eran indiferentes.

Se ha discutido mucho sobre quiénes fueron los fundadores del Cinismo. La opinión tradicional es que hay una línea de transmisión del pensamiento Cínico que va desde Antístenes a Diógenes y de éste a sus discípulos, tanto directos como indirectos. Esta línea fue seguida por los Cínicos de los siglos III y II antes de J.C. Tras una cierta interrupción, el Cinismo (siempre considerado como la “Escuela Cínica”) resurgió a fines del siglo I y durante el siglo II después de J.C. Otros discípulos han destacado la importancia de Diógenes, considerándole el auténtico fundador de la Escuela, frente a quienes se lo atribuían a Crates de Tebas.

Independientemente de quién fuera, ello no hubiera sido posible sin Sócrates, ya que fue él quien demostró que un ser humano no admite ser reducido a “animal social”. Fue por la admiración hacia la independencia del modo de vida Socrático por lo que los Cínicos llegaron a proclamar al individuo aislado como de la máxima importancia, mientras que los convencionalismos de la sociedad no son sino vestigios inertes de un remoto pasado que han de ser tenidos en poca consideración por cualquier individuo, ya que carecen de importancia. Antes que una corriente filosófica, el Cinismo consiste en una forma de vida que surgió en un momento de crisis en el mundo antiguo, un mundo amenazador para las libertades si se atienden a los temas clásicos de las diatribas Cínicas, lleno de exilios, esclavitud y, cómo no, falta de libertades. Y es para afrontar esa crisis por lo que los Cínicos renuncian a la acción y declaran que lo ideal es la pasividad absoluta; pero como esto no es posible, dedican toda su energía en una única dirección: mostrar su desprecio por todo lo convencional criticando toda forma existente en la sociedad de la época.

votar

2 comentarios:

  1. Buen artículo, si lo conectas con otro sobre el estoicismo obtendrás algo parecido a mi personalidad!!!

    beXotes

    Xim

    ResponderEliminar
  2. jajajajajajaja, no, si tenemos muchos puntos en común tu y yo, jajajajajajaja

    ResponderEliminar