martes, 20 de julio de 2010

Mi razón de ser



Llegaste un día en el que los cielos
arreciaban esperanzas fútiles de gráciles
escondites, que fueron nuestros siempre
que apretábamos nuestro compás con descaro.
Desviábamos las miradas insolentes de los demás
con el grácil desparpajo que producía la unión
de nuestros cuerpos, húmedos y latientes
siempre en búsqueda de una pasión que desatara
la furia del mismísimo Hades, nuestra matemática
se resumía a uno sólo, pues en uno nos convertíamos,
pues en uno dejábamos volar el mito de Casandra.
Pero tal como el pájaro vuela del nido, tú anidaste
de mis brazos en busca de menos palabras y más plata.
No es rencor lo que te profeso, es lástima,
no por ti, pues eres libre de vivir como te dicte
la razón, es porque fruto de nuestros breves
pero intensos roces surgió una de mis razones
de ser, aquella que su único delito ha sido crecer
a tu lado y no poder elegir bando.

6 comentarios:

  1. Tristes y realistas palabras, muy mona la nena a pesar de lo borrosa de la imagen, y el papá también, joer killo que casualidad, hoy nos ha dado por colgar fotos, je, je, je...

    http://poptafolio.blogspot.com/2010/07/surgiendo-del-estiercol.html

    y no te rías que te veo venir!!!ja, ja, ja, ja, ja...

    beXotes

    Xim

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  2. No, de esta foto hace ya seis años, asi que imagínate, pero yo he cambiado poco. Y de ti que me voy a reir, carajo. El mundo que se ha perdido un buen modelo. No me estraña que ligues tanto, joío. Hala, que la envidia me corroe...

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  3. Ah, menos mal que has opinado por aquí, ja, ja, ja, ja, es que allí no has dicho nada y me he quedado en ascuas jodío... uf!!! que susto me llevé.... ja, ja, ja, ja, ja....

    beXotes

    Xim FaTaL

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  4. preciosa la nena,y duras palabras

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  5. No sé que contestarte, Marya Jose, escribo lo que me sale del alma, y en ese momento me salió eso.

    Besos

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  6. Yo también tengo una razón de ser como esa tuya y es por la que hago elecciones difíciles cada día. Soy mujer ante todo, pero de vez en cuando tengo que olvidarlo, para ser una buena madre. Sé que a pesar de mis buenas intenciones, necesitaré ser feliz yo primero, para poder hacer feliz a esa pequeña extensión de mí, aún así, sigo pensando primero en ella antes que en mí.

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