Es el silencio dueño señor de mis palabras
en dicho de recto verbo causando espanto a
vírgenes sin himen preñadas de barro. Los dólmenes
que atrás en el tiempo sirvieron de espacio
al negro responso, hoy son vistos como tres
peñascos formando una entrada tomada por efecto
que el sentido quiera profesarle, ya sea como estado
o estadio, da igual, las piedras no hablan,
mientras mis dedos vomitan estigmas de versos.
Quisiera verte otra vez, enfrentar mi vista
a la tuya y encerrar mis ojos en los tuyos,
calmando mi sed con tus lágrimas mientras
soplo tus pestañas y tú peinas mis legañas.
El vacío que me inunda se hace pleno por
momentos cuando leo los ripios de aquellos
que rieron sus verdades a medias juntando
sus mierdas en voluntades ciegas que pueblan
los estantes por millardos. Es lastimoso ver
como la voluntad de todos las guían unos pocos.
Quisiera olerte otra vez, enfrentar mi nariz
a tu piel y dejarme nutrir por tu fragancia
de mujer. Es tu olor tan peculiar que ni
las ninfas del paraninfo cruzando polen,
abrigando sustancias, inventando fragancias serían
capaces de acercarse ni un átomo a tu frescor.
Te siento, me nutro de ti y doy gracias
por permitirme amarte a través de mis sentidos.
Antonio Jiménez
Es increíble lo lejos que se puede viajar con un olor... al menos, esa forma de viajar, es grátis... algo nos queda. Besos.
ResponderEliminarAmiga mía, si te paras a pensar, todo lo agradable de esta vida lo podemos conseguir gratuitamente, podemos hacer música, podemos ir a bibliotecas a leer libros gratitamente, podemos bañarnos en el mar, oler, saborear, tocar, sentir, hacer el amor, besar, todo es gratuito, y sin embargo seguimos empeñados en cosas futiles y fulanas que nos amarguen la vida e hipotecarnos de por ella misma. Así de imbécil me siento, por eso te contesto ya a lo del encabezado nuevo. No solo es por hacer alusión a los textos de Charles Bukowski, es que me siento un necio por pertenecer a las masas que nos engullen a diario.
ResponderEliminarBesos.