domingo, 19 de diciembre de 2010

Escritos de un necio incoherente



Se acaba el camino, llegamos al fin de una era mientras nos sorbemos los mocos escribiendo paridas como esta, que serán  leídas por algún que otro internauta pero que no hace sombra ni al más pútrido de los átomos que compone una mierda anónima. El martes el congreso de diputados votará la ley Sinde y mandará a tomar por culo una forma de sentir la vida. Lejos de paliar una realidad, que se supone es seguir enriqueciéndose los satélites que pululan alrededor de un artista, servirá como cataclismo a todo un sentimiento de libertad que habíamos sentido dentro de los bits atemporales que viajan a sus anchas por el hemisferio mundano. Demos las gracias a nuestros gobernantes, que sin ellos no podríamos resolver un cerote con indigna consideración. Seamos magnánimos y pensemos que las libertades se reducen al templo de tu cuarto de baño, cuando cagas, que es el único momento donde nadie quiere molestarte. Amén, hermanos. Mientras, seguiré por aquí promoviendo la cultura, y si tienen cojones de cerrarme el chiringuito, abriré tantos como las epopeyas de los ecos lingüísticos de nuestros maestros me aconsejen, dejando claro que el débito de mi cordura se debe a la locura de sus verbos.

Antonio Jiménez

1 comentario:

  1. No tienen nada que hacer, amigo Antonio. Si hay algo que se aprecia de Internet, es que no es como la televisión, que hay cabida para todos, que se puede intercambiar información en libertad, para lo bueno y lo malo, como la vida misma... Si hay algo que me ha unido a esta red desde que tecleé por primera vez un http://www.... era esa misma sensación de libertad, de escribir lo que quería, leer lo que me apetecía, hablar con cualquiera por muy distante que estuviese, por muy arriba que estuviese en la cadena alimenticia o muy abajo en el averno. Internet es libertad, es lo que significa para mí y si es lo que quieren, tendrán ciberguerra. Besos.

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