viernes, 17 de diciembre de 2010



Los paradigmas del sentido
me hicieron
partícipe en un rumor
curtido en el tiempo,
tomando del cuerpo
derramado
en mil gotas
que quise absorber mientras
observaba
el tumulto de aquellos que
oscilan el aliento
a puertas del templo;
mientras,
mi camino
sigue borrado a huellas de un silencio
que inunda el eco
de salvajes
sacudidas
entendidas como entradas
a la cueva marchita
de la conjurada edad maldita;
sean estas piedras
alimento del entendimiento
mientras consiento
el vicio
de la humillación
reinar mis huesos.

Antonio Jiménez

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