domingo, 10 de octubre de 2010

No soy consecuente


Las fuentes de la fortuna
me son esquivas
pues miserable es mi dicha
y disoluta mi conciencia,
pero a sabiendas
de pertenecer al club de enmiendas,
procuro estar presente en las malas
para ser ausente
cuando ahuyente
la buena nueva.
En los posos del café suelo mirar
no mi futuro,
sino si queda azúcar,
ya que no creo en adivinanzas
ni cábalas banas
de analizar futuras chanzas,
soy de presente adyacente
aunque con la mente
siempre en el pasado,
como si de algo me sirviera
ser cabecera
de pretéritos ritos;
soy consciente
de que en mi mente
solo se baraja el pesar de un malestar
ya decidido, y he de mirar
a un futuro no predicho,
pues las tornas son tomas
de contacto en tacto de lecturas
por saber encontrar un pasatiempo
donde alojar mi tiempo.
Leí cuando estaba en Proyecto Hombre
que para formar un presente
había que tener presente
la vista en el futuro,
pues no es de arriesgados planificar
tu saber estar
con tiempo
para llegar a buen puerto.
Me digo y me maldigo
por no ser consecuente
con dedicarle más horas al oficio
de la escritura,
ya que veo con soltura
que es un don el otorgado
a mi persona
en el noble arte de las letras,
y lo tengo desperdiciado por no dedicar
el suficiente espacio
a su despacio
pero gratificante empeño diario.
Voy a ser consecuente con mi lado turulato
y desde hoy decido dedicarme a ser literato.

Antonio Jiménez

2 comentarios:

  1. Me parece estupendo que explotes un poco más ese don que sin duda viene innato en ti y que un día, podamos disfrutar de tus obras y nosotros comos tus primeros lectores, afortunados sin duda, podamos decir, yo le conocí cuando casi nadie le leía, cuando aún no había ganado el premio planeta, cuando no había que hacer cola para recibir su autógrafo en un corte inglés o en fnac :))) Mucha suerte y mucho sudor para poner en marcha tus deseos. Un fuerte abrazo, enletrado.

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  2. Pues me parece que exageras una jartá, mi querida amiga, pero bueno, ya he empezado trayéndome el mejor sillón ante la mesa del ordenador, el que da masajes. Si antes pasaba todo el día ante el ordenador, ahora pasaré día y noche. Besos

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