sábado, 9 de octubre de 2010

Chau


Te dejo con tu vida
tu trabajo, tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.

Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.

Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.

Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.

Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.

Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.

Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.

Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.

Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red

esperando tus ojos y mirándote.

Mario Benedetti

5 comentarios:

  1. Ayyy como duele... si es que no tienen arreglo las despedidas... malditas sean todas.

    ResponderEliminar
  2. El dolor te hace sentir que estás vivo, no lo olvidemos.
    Por cierto, que no conocía yo este poema de Mario Benedeti, me gusta, y mucho, si hubiera sabido de él antes, yo también lo habría puesto en my space hace algún tiempo.
    Estamos contigo Antonio. Stella.

    ResponderEliminar
  3. Si, Lisset, no son gratas las despedidas... Besos...

    ResponderEliminar
  4. Gracias, Stella. A mí tambien me gusta Benedetti. Tengo que ver en tu Facebook esos poemas que haces referencia. Besos.

    ResponderEliminar
  5. Mecachis, que está en tu Myspace ahora que lo he mirado bien....

    ResponderEliminar