domingo, 11 de abril de 2010

Continuación 7.0

Hoy me he levantado a las 9:10. No sabría decir a ciencia cierta porqué, pero he estado todo el día tristón. Al principio lo he achacado a que es Jueves Santo y que iba a estar todo el día en casa. Pero luego he descubierto que ha sido como una especie de premonición al leer un comentario que ha dejado mi segunda ex en el otro blog, en la entrada “Fuera de juego”, que es un resumen de mi vida al lado de las “tragaperras” que hice para la asociación hace ya más de un año. En él me dice que miento, que cuento las cosas a mi manera, que soy un peliculero y que pase de una vez la pensión a mi hijo. Vayamos por partes. Todo lo que cuento es absolutamente cierto, que para eso lo he vivido, y de nada me sirve mentir. Además, todo el que lo lea sacará la conclusión de que no es precisamente para sentirse orgulloso. Por supuesto que cuento las cosas a mi manera, es la forma que sé. Si supiera contarlas a la manera de, por ejemplo, Edgar Allan Poe, seguramente estarían descrita de forma distinta. Me gusta el cine, me considero cinéfilo aunque hace tiempo que lo tengo un poco abandonado. Posiblemente mi forma de contar las cosas se ajuste un poco al lenguaje cinematográfico por las influencias que voy bebiendo. También me asemejo a otros autores que no voy a describir ahora, pero eso es hasta que con el tiempo vaya perfilando un estilo propio. Pero a mi hijo no le ha faltado su pensión alimenticia mes alguno. Es más, cuando ha llegado reyes o su cumpleaños, le hemos mandado de más para que le compraran algún regalo de nuestra parte. Pues esa lindeza por parte de mi ex me ha tenido sumido en la cama toda la tarde, preguntándome que es lo que vi en ella para casarme. Evidentemente tengo una respuesta tan usada que casi la tengo desgastada: Que estaba escrito que mi hijo Jon debía nacer. Pero hoy no hallaba consuelo en dicha respuesta. Al principio de nuestra relación, cuando fui por primera vez a Madrid a conocerla, la primera noche que pasamos juntos, se puso a llorar diciendo que no podía olvidar a un bombero que le había propuesto sexo virtual por internet. En ese momento tuve que darme cuenta de que pié cojeaba y mandarla a la mierda. Pero en vez de eso, sentí lastima de ella le di amor e hice que se olvidara de el. Si ella lee estás líneas, lo negará todo o dirá que es fruto de mi imaginación o que es mi versión. Me da igual. Sé que sucedió así, y por todos los antidepresivos y ansiolíticos que tome, ninguno de ellos tienen la facultad de distorsionar la realidad. Ojalá. A las cuatro horas de estar en la cama, he mandado todo a la porra y le he escrito un email. No puedo ir para atrás, no me lo puedo permitir. Si pudiera, le prendería fuego a la cama, pero he de descansar por las noches en ella. Debo ponerle un candado mentalmente durante el día que me impida acceder a ella, y que todos los ataques que me inflijan no me lleguen a dañar tanto. Estoy seguro que contestará a mi mail con saña. Creo que no fue un error mandarle las direcciones de los blogs, yo no me tengo que esconder de nadie. Tengo que ser honesto conmigo mismo y con los demás. Solo tengo que trabajarme el esconder tanto la cabeza, como dice mi madre. Ella dice que tengo inclinaciones de esconder la cabeza debajo del ala cada vez que voy a la cama. Y tiene razón.

Hoy quería ver una adaptación que han hecho de un cuento de Poe, “Ligeia”. Previamente leí el cuento, buenísimo a mi parecer, como todo lo que escribió este hombre. Luego me dispuse a ver la película pero mi DVD no reconocía el formato. La estoy convirtiendo a formato Divx que si lo reconoce y mañana la veré, a ver que adaptación han hecho. Ya os contaré.

Con el libro voy bien también, pero hoy creo que no va a haber entrada en el señor tomillo. En fin, veré si aunque sea un poema como ejercicio…

Bueno, se despide vuestro seguro servidor
AJJ

Música que escuchaba mientras elaboraba la entrada:

Unwound - Leaves turn inside you (2001)

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