domingo, 11 de abril de 2010

Continuación 3.0

Hoy me he levantado a las 8:30 que en realidad son las 9:30 en la nueva hora. Como ayer dije, es el cumpleaños de mi hija y estaremos toda la tarde celebrándolo con mis tíos, mis primos y sus respectivos hijos. La cuadrilla que siempre nos reunimos. Los hijos de mis tíos, que en realidad son mis primos, son los más cercanos en edad a mi hija, ya que tienen 12 y 10 años cada hijo. Los de mi primo son más chicos, cuentan 6 y 2 años respectivamente. Seguro que mi hija lo pasará bien, que de eso se trata. Yo intentaré hablar un poco más de lo habitual en mi en los últimos tiempos. Sé que empezarán por la inevitable pregunta: ¿Cómo estás?. Me encantaría contestar que estoy mal, muy mal, que estoy bien jodido, que no encuentro salida por ningún lado, que hace tiempo la luz se apagó y no veo el interruptor por ningún lado, pero me conformaré con un: voy tirando. Es otra mentira, lo sé, pero me cuesta horrores contar la verdad, aunque la verdad lo que creo es que prefiero decir una mentira piadosa antes de ser alarmista. Son las 11:28 y aquí estoy escribiendo la entrada diaria del blog. Por ahora voy cumpliendo, eso es bueno. Hoy os voy a contar un pequeño secreto mío. Con el tiempo he perfeccionado la manera de prepararme el café y me sale un café con leche digno del más sublime de los paladares. El café es mi debilidad, y como he de dejar de ir a los bares, pues he probado varias recetas hasta que he dado con la perfección absoluta. Y os lo digo en serio. Bueno, es la siguiente. Lleno un vaso y lo deposito en el microondas 2 minutos exactos a 750 W de potencia. Mientras se va calentando tomo una taza grande, de 33 cl y le echo 2 cucharadas de café marca Nescafé (obligatorio). Después van dos cucharadas de azúcar. Ni una más ni una menos. A continuación le echo dos cucharadas de preparado de café capuchino. Éste puede ser de la marca que sea. Y para rematar la obra, un poco de leche condensada, no mucha, que queda empalagoso. Mi medida ideal es un apretón al bote y ya está. A continuación le echo el agua caliente hasta la mitad de la taza, lo remuevo todo muy bien y termino rellenando la taza con el resto del agua. Vuelvo a remover bien. E voila, un café de primera. A lo mejor os parece un procedimiento largo, pero tardo mucho menos de lo que tarda el agua en calentarse, y mientras tanto voy disfrutando pensando en la delicia que estoy a punto de tomarme. En serio, está delicioso. Ni punto de comparación con los que sirven en los bares. Ya os avisé de que soy un perfeccionista.

No creáis que esto lo escribo del tirón. Voy teniendo muchas pausas a lo largo de la entrada. Soy muy nervioso. Ya me levanto a coger una cosa, ya me pongo a buscar un blog, ya me voy al salón a ver mi colección de libros y cómics, ya busco música para escuchar… hago mil cosas. No paro. Soy muy activo, aunque de la sensación contraria. Otra cosa que he ido haciendo a lo largo de esta mañana ha sido poner los diferentes relojes que tengo en hora. Es un poco coñazo tener que realizar cada 6 meses la misma tarea. Deberían ser como los ordenadores o algunos móviles, que se cambian automáticamente. En fin, no debería quejarme porque yo soy uno de los que abogo por una armonía entre nuevas tecnologías y usos artesanales. No me gustaría que se perdiera los oficios antiguos, aunque tal como van las cosas es inevitable. Yo lo que más me gusta visitar de una ciudad que conozco por primera vez es su casco antiguo. Esa es una de las cosas que critico de Lucena, que se dio cuenta muy tarde de cuidar su patrimonio, y aparte de su feísimo velón y cuatro formas de alfarería, poco más. Al menos se han cuidado de conservar varias fachadas edifícales. Algo es algo. Ah, que no se me olvide su sacrosanta semana santa, que me pegan. En los pasos hay piezas de imaginería dignas de mencionar, pero la forma de sacar el santo que tienen aquí, que parecen los santeros pichones con esa exacerbada papada, me echa para atrás.

Le he regalado a mi hija un libro infantil, de la serie Tea Stilton, hermana de Geronimo Stilton. Es un libro de aventuras muy ameno intercalado con muchos dibujos y con una escritura muy cambiante, o sea, que no es para nada lineal como la de este blog, Una veces simula ser una bajada sinuosa, otras veces aparece impresa en un periódico, etc. Con esto espero que se interese un poco más por la lectura. La verdad es que mi intención va a ser en su edad infantil regalarle por reyes un juguete o juego y para su cumpleaños un libro. Cuando crezca cambiaremos el juguete por otra cosa, pero el libro para su cumpleaños se va a mantener en la misma tónica mientras viva.

Hoy cumplo una semana sin beber. Es una ocasión especial para celebrarlo. He tenido ganas de beber, mi cuerpo me ha pedido alcohol en estos siete días, pero me he tranquilizado haciendo crucigramas, escuchando música, bebiendo té o café, cualquier cosa que me hiciera no pensar en el alcohol. Cuando me ponía más nervioso, cogía el Word y me ponía a escribir, siempre cosas inconexas y sin significado, pero me calmaba, que era lo que buscaba. Cuando el nerviosismo se convertía en irascibilidad, si estaba solo, me masturbaba. Con la subida de pulsaciones, me calmaba. Si estaban mis padres, cogía la NDS y me ponía a jugar a un juego que se llama “Puzzle League” en el cual has de estar muy concentrado combinando piezas para evitar que se te complete la pantalla, y descargo adrenalina. Como dice Juan, hay que buscar soluciones. Quedarse parado no es una solución, es un error.

Bueno, por hoy se despide su seguro servidor.
AJJ

Música que he escuchado mientras elaboraba esta entrada:

The Dirties - First Present (2010)
Zoé - Reptilectric Revisitado (2009)

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