domingo, 11 de abril de 2010

Continuación 11.0

Hoy me he levantado a las 8:30. He desayunado un actimel, una barrita de cereales y un café como ya indiqué en una entrada anterior que me preparo. Luego pasé por el baño, donde siempre leo “El Jueves”. Si, tengo un revistero en el cuarto de baño lleno de esa revista humorística que conforme va pasando los años va perdiendo fuelle en cuanto a lo mordaz, pero que sigue siendo la única publicación en formato cómic que se edita semanalmente. Bueno, más bien es la única que se edita, aunque no estoy del todo seguro si aun se edita Wet Cómic, Di que si, Penthouse Cómix que, aparte de ser de contenido pornográfico (incursión en cómic que no me hace excesiva gracia, me gusta más la pornografía en la literatura), son mensuales. Aquí en Lucena no se venden. No se en el resto de España. Por internet desde luego no he encontrado nada. Bueno, a lo que iba diciendo, que “El Jueves” es el único cómic con tirada semanal y por eso lo compro. Llevo desde el año 1991 comprándolo casi todas las semanas. Estos últimos meses dejé de comprarlo porque era tan poco el dinero que tenía que prefería gastármelo en alcohol que en otra cosa. Pero como ya no estoy bebiendo alcohol, pues he retomado comprar “El Jueves”. Después me vestí y salí a andar, tal como tenía programado. Para ser el primer día, he andado hora y media, lo que creo que no está mal. Por el mp3 he escuchado el disco de los niños mutantes “todo es el momento” y el de petróleo “viaje al fin de la noche”, los dos buenísimos a mi gusto. He andado por la vía verde, que no es más que la antigua vía de ferrocarril reformada en camino exclusivo para ciclistas y viandantes. Me gustaría decir que durante el camino me he impregnado del olor de las amapolas y la malvarosa, pero confieso que de olores soy un negado, y mis conocimientos en botánica se reduce a las rosas, las ortigas y los olivos. Lo demás está en mi imaginación. Por el camino olía a un frenesí de olores, pero no sabría reconocer que era lo que olía. Por desgracia, una boñiga de vaca si se como huele.

He seguido leyendo “Un mundo feliz”, y me está enganchando un montón en su lectura. El libro para estar escrito en 1932 utiliza muchos términos de hoy en día, y no iba para nada mal encaminado en lo que a las fecundaciones se refiere. En fin, cuando lo lea, haré una crítica. De “Asfixia”, el libro que leí anteriormente, solo deciros que es una novela de perdedores para perdedores, o sea, muy adecuada para mi. Es impactante como relata la relación materno filial, o cómo se llega a creer que es el segundo advenimiento de Jesucristo, o su trabajo en un parque temático simulando una colonia en el siglo XVIII. Engancha de la primera a la última página. No sé que más decir, no soy crítico literario, no he estudiado ninguna carrera universitaria, por Dios, si ni siquiera terminé el bachillerato. Escribo porque me gusta hacerlo. Creo que se me da bien. Bueno, haré una cosa, me leeré páginas y páginas de críticos literarios parta ver si se me pega algo y así poder hacer críticas más potables. En cine se me da mejor. Pero es que el cine son aguas mayores. Del cine he leído un montón. He aprendido de Mr Belvedere multitud de cosas. En fin, esas es otra. Desde que vi 500 días juntos no he visto nada. Tengo pendiente la segunda temporada completa de True Blood. Tantas cosas…

Ayer cumplí dos semanas de mi abstinencia. Esta es la tercera que emprendo. Y debe de ser la definitiva, por aquello de a la tercera va la vencida. Hoy he pensado en el Whisky, pero no con ganas de beberlo, sino como bebida que me ha llevado tantas veces al límite. Una vez, hace ya cinco años hizo la borrachera que me cayera de un muro de cabeza al suelo. Recuerdo que tras el golpe perdí el conocimiento. Cuando lo recuperé me vi rodeado de municipales y volví a perderlo. Después lo recuperé nuevamente y estaba en la camilla de una ambulancia mientras una médica o ATS me gritaba que no volviera a cerrar los ojos. Me desvanecí nuevamente y recuperé el sentido al día siguiente ya en la cama del hospital. Me salió un chichón tan grande que parecía que tenía una pequeña cabeza saliendo de la mía. Conforme se iba deshinchando el chichón, el vendaje se iba menguando en la cabeza hasta quedar sobre ella como uno de esos sombrerillos que llevan los judíos en la coronilla. Bueno, una anécdota más en mi haber.

Por cierto, agradecer a un seguidor sus palabras de apoyo que me ha dejado en los comentarios. Decirte que todo lo que escribo es real y me ha pasado en la vida. Si puedes leer mis relatos de ficción en mi otro blog. Visita: http://elanillodelsrtomillo.blogspot.com/.

Termino por hoy haciendo alusión a un artículo que trae hoy el País digital. En él, habla un doctor, Andrzej Szczeklik, de que el arte y más concretamente la literatura es un buen medio para curar enfermedades. Espero que mi retornamiento a la lectura me facilite las cosas en pos de la curación a mi depresión.

Sin más, se despide este vuestro seguro servidor
AJJ

Música que he escuchado mientras elaboraba la entrada:

Estereotypo - Join The Electro Funky Party (2008)

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