La littérature est morte

Esta es la penúltima entrada que escribo antes de hacer una parada de menos de una semana que son los días que voy a estar fuera viendo a mi hijo y a unos familiares. El blog se va a quedar pues huérfano de entradas durante un corto periodo de tiempo. No creo que pase nada. A lo sumo provocaré que ciento cincuenta mil de mis fieles lectores se practiquen el harakiri por no poder soportar la espera de leer lo cotidiano de mis neuras. Por supuesto el sarcasmo está presente una vez más, pues si veis mi marcador de visitas diarias, difícilmente llega a la decena diarias. Bueno, lo excelente no siempre se descubre a tiempo….

Hoy os quiero hablar de unas de mis pasiones, el cine. Más de una vez he hecho alusión a él en este reconocido blog pero hoy os voy a hablar desde una perspectiva distinta. Os voy a hablar de un proyecto que se me ocurrió el otro día tumbado en la cama pensando en las musarañas, pues ya voy controlando cada vez más lo de pensar en mis miserias. Como no tengo un duro ni financiación ni propósito ni empeño ni recursos ni nada por el estilo, lo lanzo a la red por si a alguien le interesa, se haga con él y lo realice. Ea, así de rumboso que ha salido el niño. Único requisito, que se me reconozca el guión y se me pida permiso para realizarlo. Dicho todo esto, ahí va el churro:

Escenario vacío, con un féretro sobre su soporte. Está destapado. La cámara toma un plano fijo de su costado izquierdo durante el cual suena una sinfonía de Mahler. Cualquiera es válida mientras los de la SGAE no toquen los huevos. Tras un rato, travelling de la cámara hacia el féretro. Se posa encima de él y enfoca un libro abierto que hay en su interior Sigue sonando la sinfonía de Mahler. La cámara sube un poco y retrocede hacia su posición inicial. Ahora hay un hombre con el torso desnudo al lado derecho del féretro. Está completamente maquillado. Cuando la cámara tenga encuadrado al hombre y el féretro, se para. Al rato el hombre levanta su mano derecha en la que porta un cuchillo. Con él se practica un corte bajo su ojo derecho y se echa hacia delante para dar un beso al libro. La cámara permanece todo el rato fija en el mismo sitio. El hombre se incorpora, se corta de un tajo las venas y cae al suelo. La cámara comienza a hacer el mismo travelling de antes, solo que ahora al enfocar el libro, este tiene los labios marcados y gotas de sangre. Travelling hacia arriba para que se vea el féretro y a su lado el hombre con un gran charco de sangre. Fundido en negro mientras sigue sonando la sinfonía de Mahler.