viernes, 25 de junio de 2010

De Clubs y fútbol



“Vivimos en un mundo sobre explotado que necesita a gritos una tercera guerra mundial”. Así se imagina mucha gente el final del discurso de inauguración de la última reunión del supuesto secreto pero a la vez archi conocido Grupo Bliderberg. Voy a decir a grandes rasgos quienes son para los que desconozcan a estos sujetos. Es un Grupo que se fundó en 1954 por mediación de un tal Joseph Retinger, emigrante judío polaco y consejero político, preocupado el pobre hombre por el fuerte antiamericanismo que existía en Europa occidental tras el Plan Marshall. Invitó al Príncipe Bernardo, de los Países Bajos, al que le gustó la idea, promoviéndola junto al primer ministro belga Paul van Zeeland. La lista de invitados sería confeccionada de modo que hubiese dos asistentes de cada nación, cada uno de ellos para representar el punto de vista conservador y progresista. El éxito de la reunión hizo que se convocara una reunión anual que presidió el propio Príncipe hasta su muerte en 2004. Hay mucha leyenda negra detrás de este Grupo. Que si pertenece Botín, que si pertenece la Reina Sofía (demostrando o que es ella la que lleva los pantalones en casa o que el rey pasa de trivialidades conspiradoras), que estuvo Zapatero en Sitges sirviendo los cafés, que fueron los culpables de las últimas guerras, que asimismo han sido los culpables de esta maldita crisis que nos está asolando a nivel mundial, etc, etc… Yo, que me leí un puñetero libro que iba sobre el Club de marras, que quieren que le digan, mucha paja y poco fundamento. Especular es gratuito y más sin aportar datos. Supongo que a los creadores de los libros que existan sobre el asunto les ha venido bien que pardillos como yo, con un mínimo de interés por ver quién maneja los hilos en la sombra, compraran los mismos, así se han llevado sus buenos cheques. Hará unos seis años que leí el libro en cuestión y en serio, me pareció la tomadura de pelo más grande que me habían hecho en vida. Aun peor que el puto diario de un skin, que si tengo ganas, ya hablaré otro día sobre él. El libro tendrá unas doscientas páginas (ni me molesto en averiguarlo, ese es mi rigor cultural) y se podría haber resumido en tres. He leído el artículo de la Wikipedia y he de admitir que le falta datos, pero casi sobra con lo expuesto. El Club no es más que una excusa para que los dirigentes de los países se reúnan con los banqueros en un plan distendido y puedan contarse sus cosas. -Que, ¿Cómo está tu mujer? - Bien, gracias a Dios y cosas por el estilo son las que hablaran mientras se toman unos aperitivos a base de patatas fritas y olivas, unos ganchitos y unas almendras mientras esperan el consomé y el pollo al ajillo. No hay porqué alarmarse ni porqué inventar paranoias de unas buenas personas que a duras penas llegan a fin de mes, como todo hijo de vecino. La reina sin ir más lejos, dijo un día que a veces tenía que limpiar dos veces la escalera porque los vecinos no paraban de pasar mientras ella limpiaba y es que por lo visto como son pocos vecinos en el inmueble, limpian ellos mismos la comunidad y así se ahorran pagar a una limpiadora. Por favor, dejemos en paz al Club Bilderberg. Voy a crear un espacio en Facebook en apoyo a ellos y lo voy a llamar “Me siento orgulloso de que Bilderberg no sea una marca de cerveza”.

Ahora que está todo el mundo (literalmente) revolucionado con el mundial y España pese a su crisis ha vendido más camisetas de su selección que condones la farmacia de guardia del sábado, me siento un bicho raro pues el fútbol me la suda. Nunca en mi vida he visto tantas banderas de España colgar de los balcones, lucir en los escaparates o menearse de un lado para otro en diversas webs. Los que me leéis sabéis que no creo en banderas y por cierto, que la banderita española me ha parecido siempre espantosa. Soy de natural republicano y su reseña me gusta, al menos no repite colores. Si hay algo que no soporto son los polos (las camisetas que se llaman así) que llevan los bordes con la banderita bicolor… Aagggghhhhhhhh, que espanto, hay que ser hortera y malaje para llevar eso. Como los pantalones cagaos o el jersey sobre el hombro o los pantalones piratas en los hombres o enseñar los calzoncillos… vamos hombre… yo no digo que haya que vestirse clásico, pero tampoco hecho un fantoche. Y el remate, pintarte la banderita en la cara, ya sea la de España, Francia, Inglaterra, China o Japón, da igual, identificarte con algo es de borregos. Ser seguidor de algo te obliga a llevar unas pautas que yo no asumo por nada del mundo. Recuerdo a principios de los noventa que unos amigos míos se fueron a ver a la selección jugar en Sevilla y se llevaron una sábana blanca a la que le pegaron un parche rojo grande para que simulara la bandera de Japón. Creo recordar que jugaba contra Suecia o Noruega o un país de esa zona. Yo lo vi televisado porque evidentemente la cámara grabó a los cuatro energúmenos moviendo la sábana japonesa en pleno España Suecia. Así son mis amigos, para que os hagáis una idea. Por suerte esto del mundial es temporal, pero al poco tiempo empiezan los torneos veraniegos y después la liga. En un mundo de pandereta abocado a una guerra mundial si quieren los ricos más beneficios y un pringaete se queja por que emiten fútbol. Que razón tenía mi abuela cuando decía que si mis padres hubieran criado tres cochinos en vez de a mí, ya estarían millonarios.

2 comentarios:

  1. ja,ja...no te habrán pagado los del bilderberg para que hables bien de ellos, verdad?.
    Bueno, yo tambien creo que no es para tanto,la gente, en general, padece de sicosis conspiratoria,que si los extraterestres estan aliados con los gobiernos,que si el secreto de fátima,que si no se sabe de cuantos gobiernos en la sombra...lo que si se es que son los grandes grupos financieros los que manejan el cotarro.
    Por cierto, vaya con tu abuela,si pensaba asi seguro que hubiera sido una empresaria de exito,escrúpulos no le faltaban.Seguro los cochinos serian mas rentables,pero no les habrian dado tantas emociones a su vida como tu,ja,ja.

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  2. Pues si, mi querid@ anónim@, la peña está muy susceptible con buscarse paranoias hasta debajo de las suelas y no, no me pagan un céntimo, jajajajajajajaja. y mi pobre abuela pasó conmigo más que Marco buscando a su madre. Ya seguiré contando historias pues tengo infinidad de ellas. Un saludo.

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