viernes, 7 de mayo de 2010

Mejor solo que mal acompañado



Sé que lo que voy a escribir ahora es un absurdo, pero necesito desahogarme de alguna manera. Yo soy una persona que no he hecho más que meter la pata reiteradamente a lo largo de mi vida. No lo digo esto como un acto de auto compasión o para dar pena. Lo digo por que es una realidad pura y dura. Mis dos matrimonios han sido un fracaso, el segundo mayor que el primero, puesto que si el primero duró 4 años y medio, el segundo apenas si duró el tiempo para dejar embarazada a mi ex. Pero vayamos por partes. Mi desahogo, lo que necesito sacarme de encima viene a colación de algo que paso ayer. Ayer recibí por la mañana una llamada de mi primera ex. Ella tiene un puesto fijo como auxiliar de enfermería en un ambulatorio y está casada con un abogado. Yo estoy enfermo, pensionista y con una pensión que apenas sobrepasa los 700 euros. Bueno, pues mi hija, la que nació de nuestro matrimonio, por lo visto necesita llevar durante un par de años un corrector dental, los archiconocidos “brackets” y cuestan 2000 euros. Bien, pues no ha hecho otra que pedirme la mitad de su cuantía, a mí, que al mes pago la hipoteca del piso, que tengo suerte y no es muy alta, 240 euros, internet y tfno. Fijo, 42 euros, comunidad, 30 euros, luz, 70 euros, móvil, 12 euros, manutención de hijos, 250 euros, prestamos, 214 euros, cruz roja, 10 euros, gimnasio, 6 euros, cuota de asociación Alsubjer, 30 euros, gasolina, 30 euros, más butano, agua, seguros, contribución, comer, gastos varios… No, no me salen las cuentas, ni pagando una cuota de 50 euros al mes como me ha pedido. Pero luego por la tarde me dice mi segunda ex por e-mail que no cumplo el régimen de visita a nuestro hijo que fijó la fiscal en nuestro convenio regulador de una vez al mes y que me lo recordará todos los meses por e-mail. Bien, yo vivo en Lucena, una ciudad a 70 kilómetros al sur de Córdoba capital y mi hijo vive en Durango, Bilbao. Ya me dirán como puñetas voy todos los meses a verlo. Más ganas que tengo de verlo, abrazarlo, oír sus risas, sentir su respiración, jugar con el… pero me tengo que joder a 850 kilómetros de distancia que es lo que nos separó la vida. Su madre frente a un problema actuó como una cobarde y yo no se lo perdoné. Y quien discuta esto que me lo diga a la cara si tiene huevos o clítoris. Y este es el precio que me ha tocado pagar. En fin, supongo que no he nacido para ser padre a jornada completa y tampoco para estar al lado de nadie, que mi compañía ha de ser la soledad puesto que no encuentro a nadie que esté mínimamente cualificado para aguantar a un prepotente, egoísta, mentiroso y mil cosas más que me han definido. Sé a ciencia cierta que ya he puesto el listón muy alto y que prefiero la soledad a una pared, pero es cierto que no encuentro a nadie en el género femenino que me rete cultural y mentalmente hablando. Si le gusta la literatura, son de libros muy poco profundos, libros para la masa, pero de música no entienden, si entienden de música, son de las radioformulas, de ahí no las saques, si entienden de cine, son de películas pastelosas, no les hables ni de Truffaut, ni de Kurosawa, vamos, ni de Hitchcock… Es una pena, pero mi panorama es así… Por internet conozco en los foros y en blogs mujeres que son cultas y que entienden de muchos temas, pero o son muy jóvenes, o están casadas, o viven lejísimos o dejémoslo estar. En fin, que lo dicho, que me veo avocado a la soledad. En fin, soy hijo único, así que preparación previa tengo. Lo que si es verdad es lo que dice aquel, “Mejor solo que mal acompañado”…

1 comentario:

  1. No sé si te servirá de mucho, pero no te vuelvas a involucrar en asuntos de faldas, o mejor pásate a nuestra acera, aquí siempre serás bienvenido!!!

    Besotes

    Xim

    ResponderEliminar