jueves, 2 de septiembre de 2010

¿Me acompañas?



Hoy tenía motivos más que suficientes para odiar al 76,8 % de la humanidad, pero he llegado a mi piso, he puesto buena música indie y he conseguido apaciguar mi pobre alma fustigada por tanta ignorancia representada ante mis propias narices. Si es que no me puedo ni tomar una puta Coca Cola en un jodido bar solo. Joder y joder y joder y joder, copón ya. Mecago en la ostia puta ya, coño. Cuando el mayor problema de la humanidad se resume en sintonizar “El clan de los rompehuesos” o “Dos policías rebeldes” ya nos pueden dar bien por el puto ojete. Y esto sin contar como se les caía la baba a los parroquianos viendo como a un notas por 50 dólares se dejaba experimentar con un pelotazo en los huevos a una velocidad de 120 kilómetros hora para ver a cuántas revoluciones por minutos se le ponía el corazón. Si, señores, así de simples somos el género humano. Como ya he dicho, he tranquilizado mis nervios escuchando música, mi salvación en estos casos suigéneris. Vivo en un puto barrio de obreros y me siento una jodida rara avis. Juro y perjuro que no me gustaría experimentar estas sensaciones, que me gustaría pasar de lado por la vida, pero me resulta sumamente dificil. Mis padres engendraron a un jodido sensible y así me va. Bueno, así son las cosas y ya es tarde para enmendarlo. Gracias a todo esto he conocido a gente muy interesante y a gente ingrata. Supongo que todo se trata de lo mismo una y otra vez porque es lo que me encuentro ídem de ídem.

Hoy he tenido todo el día a mi hija conmigo y le he enseñado nociones de informática. El rato que estaba a solas con el ordenador yo estaba con los auriculares escuchando música, como siempre. Mientras, estaba pensando, para no perder costumbre y he dilucidado que no voy a dar más problemas que los que tiene a la mujer que amo, por eso no voy a hacer más referencia al asunto de cómo me encuentro ni nada por el estilo. Todo me lo voy a tragar para mis adentros. Miento, si digo esto, miento. Si me lo trago, seguramente reventaré. Lo comentaré con alguien de confianza. ¿Quien? Por supuesto la persona con la que más confianza tengo en este mundo, un hermano para mi. Pero solo recurriré a él si las circunstancias así lo requieren. Si puedo aguantar por mi mismo, lo haré. He leído lo que he escrito y me parece incoherente. A lo mejor es que me siento así. No lo sé. No sé a ciencia cierta cómo me siento. La verdad es que mejor no hablo, porque me conozco.

Las cosas no es que sean complicadas, en realidad lo somos nosotros. En diez años que me he tirado perdido por andurriales sin sentido no he hecho más que meter la pata una vez tras otra pero por que así lo quería. Nadie me obligaba a ello. Recuerdo que una vez hace ocho años me llamaron al móvil equivocadamente y se quedó la chica tan prendada de mi voz y mi personalidad por el móvil que según ella se enamoró de mí. Por aquella época tenía el móvil de tarjeta y ella me lo recargaba. Como siempre me pasa, me dejé llevar y me cautivó de alguna manera que creí ver algo más que una simple relación telefónica. Me dijo que venía a verme y el día antes me fui a Sevilla con el coche sin permiso de conducir porque lo tenía retirado por dar positivo en un control de alcoholemia. Llegando a Sevilla entré a una sucursal de Argentaria (recuerdo que aún se llamaba así el banco) y saqué ciento cincuenta mil pesetas. Era el puto rey de Roma. Ese día llegué a comer avestruz, le compré a una prostituta de la alameda en el Factory una minifalda y una camiseta, vimos una película en un cine que hay por la alameda de Hércules al lado de un bingo y no recuerdo su nombre, me bebí treinta whisky con coca cola, no me follé a la puta por que no podía de lo ciego que iba, pero ella me dijo cariñosamente que me cuidara, que no bebiera tanto, perdí el coche y me lo robaron, viajé en un taxi en el cual el taxista me ofreció coca y deseché su ofrecimiento, hablé con dos secretas que me querían llevar a comisaria, le entré a una tortillera, un notas me llevó a un prostíbulo y pasé la noche en un novotel donde me pegaron una clavada que aún me duele el culo. Por cierto, en su váter vomité hasta mi primera papilla. A la mañana siguiente cogí un ave y me planté en Córdoba, sin saber donde estaba el coche (aún desconocía que me lo habían robado) y me quedé como un pasmarote esperando a la chica, que por cierto no lo he dicho pero era de Tarragona, de un pueblo llamado Lä Bisbal del Penedés. Como no llegó en el tren de la mañana, incrédulo de mí, pensé que a lo mejor llegaba en el de la tarde. Mientras, fui al hospital a que me inyectaran Priperam por la vía rápida y a llorarle a la médico porque tenía un problema con la bebida. Con mis lloros conseguí una receta de Orfidal, un ansiolítico que necesitaba como el comer. Cuando encontré una farmacia y la compré me metí entre pecho y espalda media tableta. Se me olvidó hasta el día en el que estaba. Huelga decir que en el tren de la tarde tampoco llegó la chica. Con el tiempo me enteré que estaba casada. Me tengo que plantear que tengo un problema con las féminas de ese tipo, Cuando llegué a Lucena mis padres me preguntaron por el coche e inmediatamente me dijeron que sabían que había estado en Sevilla porque los habían llamado la policía local de allí diciendo que habían encontrado un coche con la ventanilla rota y los documentos esparcidos. Al día siguiente fui con mi padre todo acojonado sin decirle que no tenía permiso. La policía no me preguntó por él. Puse una bolsa de plástico en el cristal roto y nos dirigimos a Lucena. Fin del periplo.

Con el tiempo mis padres se han llegado ha enterar de todas mis historias porque yo se las he contado. No me siento orgulloso de ellas pero debo seguir adelante. He derrochado en la década del 2000 lo que no está escrito. No me ha quedado más remedio que perdonarme para seguir adelante puesto que si no lo hacía no levantaba cabeza. No se si mis líneas las leen personas con problemas pero me gustaría que así fuera para que se den cuenta que es posible rehacerse si se pone empeño. Cuesta trabajo, no lo pongo en duda. A mí me han dado como caso perdido, no lo cuestiono, pero han sido personas que no me querían. Los que me quieren han apostado por mí y al final han visto que detrás de esa fachada de descontrol absoluto se escondía un ser sensible que pedía a gritos ser amado. Sólo he fallado en las formas, pero mi constancia parece que al final cogerá sus frutos. No soy quien tiene la última palabra, pero si soy quien ha apostado por la vida. ¿Me acompañas?

15 comentarios:

  1. Creo que hoy sobrará todo lo que te diga, total ya conoces lo que pienso y sé que no te podrás callar lo que sientas, porque el dolor es a veces más fuerte de lo que podemos soportar y la única forma es sacarlo y nosotros, lo hacemos escribiendo... pero sí, te acompaño y apuesto por la vida. Y lo voy a hacer a lo grande... siéntate :)

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  2. Muchos años después, él se acordó de ella.

    Quizá decir muchos es decir demasiado, pero para él, ciertamente, lo era. No recordaba con exactitud la última vez que la había recordado. Su rutina no cambiaba y ella no formaba parte de ella desde hacía mucho tiempo. Las cosas que le quedaban de ella, estaban guardadas en una caja de cartón en un armario y su perfume, hacía mucho tiempo que había dejado de ocupar el aire que él respiraba y que hacía años necesitaba para despertar.

    Ya se sabe cómo son las relaciones. Los primeros meses siempre son los mejores. La excitación inicial, las risas fáciles, las despedidas infinitas, los ruegos, los besos eternos, las miradas de duración indeterminada en las que se espera descubrir algo nuevo cada vez… y luego llega, el principio del fin. Paralelamente, cuando terminan, son los primeros meses los más duros, pero el paso del tiempo, por fortuna, se nota, y el dolor siempre acaba por hacerse más llevadero.

    Eso debió pasarle a él, que un buen día se dio cuenta de que casi la había olvidado. Cuando volvió a su mente, lo hizo sin sentimientos negativos. No había ningún reproche, no había tristeza ni lamento. Ella, recordó él, era una de esas mujeres que le sacaban siempre una sonrisa, y también si se terciaba, lloraban juntos entre risas. Incluso él, habitualmente gris y solitario, se había vuelto una persona diferente. Al menos, mientras duró. Ella le trajo nueva vida y ganas de hacer cosas que no había hecho con nadie.

    Es inevitable, llegados a este punto, preguntarse por qué acabó una relación en la que sonaban campanas de boda, un proyecto de vida en común, de hijos deseados…o eso pensaban. A veces hay motivos claros, infidelidades, incompatibilidad, exceso de tedio. Los hay que dicen “se nos acabó el amor de tanto usarlo”, cosa que a él siempre le había hecho mucha gracia, por cuanto lo consideraba casi tan ridículo como falso. Él tendría amor suficiente para ella siempre, o eso pensaba mientras la besaba. En su caso, no hay explicación alguna, no llegaron a dar el siguiente paso…simplemente llegó a su fin, y probablemente nadie se habrá preguntado el por qué tantas veces como él. Salvo ella, pues ella nunca le comprendió…a su rompecabezas le seguían faltando piezas.

    Sencillamente, un día todo acabó, por miedo. Para ser honestos, su breve relación había atravesado momentos maravillosos, únicos, buenos, mejores e inmejorables, pero también peores. Nunca llegaron a tener una crisis, sus discusiones siempre eran por lo mismo… ¿Qué hacer a continuación para estar juntos para siempre? Tenían planes de futuro, recuerdos del pasado y pasión para enfrentarse al presente, pero algo falló.

    (fin I parte)

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  3. cada vez que vengo, me ha borrado la segunda parte o yo al menos no la veo y ya no sé cómo publicarla :)

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  4. Pues es una lástima ya que me voy a quedar con las ganas de saber como termina la historia. A continuación, viene una mía.

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  5. 2da parte.

    Lo cierto es que, al recordarla, a él se le ocurrió que le apetecía verla de nuevo. De hecho era un deseo urgente el tenerla entre sus brazos. Quizá su imagen le había insuflado de algún modo una dosis de optimismo, o bien simplemente le entró prisa por recuperar el tiempo perdido. No habían vuelto a hablar desde aquella despedida por teléfono, que triste terminar así, sin poder ver la cara del ser amado, pero él sabía dónde podía encontrarla. Después de todo, ella siempre había sido una mujer de costumbres. Escribía como loca todo los sentimientos que le pasaban por el corazón en aquel blog que un día fue morado, blanco, lila y lavanda y después de su rechazo, era todo negro, blanco y gris, cantaba a todas horas y si no lo hacía, lloraba las canciones que a él le recordaban…leía el poema que juntos leyeron una madrugada…dibujaba tonterías que él le decía que nunca le pagarían nada por ellas, pero ella siempre estaba ahí, a una llamada de distancia, a un email de distancia…pero él nunca la llamó.

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  6. Final-
    Él había pasado todo este tiempo descuidado, sin rumbo. Adquirió ropa adecuada para la ocasión, una camisa lisa y verde como sus ojos, como a ella le gustaban. Se afeitó, se recortó la barba bien cortita, se despeinó el pelo, como a ella también le gustaba. Incluso le compró flores…, Phalaenopsis (orquídeas mariposa), sus flores preferidas. Habría optado por algo más romántico, como rosas rojas, pero conociéndola, no valía la pena llevarle la contraria. Hoy iba a ser un día para ella, y el resto del mundo quedaba fuera.

    Cuando estaban juntos, él se dedicaba, principalmente, a satisfacer sus deseos. Y los suyos propios, que no eran otros que estar con ella. Hoy sería así de nuevo, volvería a estar con ella.

    Pero el escenario, esta vez, sería distinto.

    Ella
    1971 – 2010

    Arrodillado frente a la lápida, pasó el resto del día junto a su amada, esa con la que no se atrevió a vivir el resto de sus días. Y que hoy sabía que no volvería a tener...

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  7. La primera vez que quiso entrever que conoció el amor lo contrarió mucho pues estaba en esos momentos a punto de casarse. Él estaba seguro que no quería a la que quería desposarlo e hizo cuanto estuvo en su mano para no llegar al altar, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. La chica de la que se quedó prendado la conocía desde el instituto y había vuelto a coincidir con ella gracias al teatro. La sedujo como mejor sabe seducir a las mujeres, por su voz y a través del teléfono, pero sin ser esa su intención. Él acudía a ella como un refugio para soliviantar sus penas por lo que se le avecinaba. Pero las cosas fueron rodando y surgió el flechazo.

    Juntos opositaron a correos y se la prepararon entre los dos para pasar más tiempo entre ellos. Él faltaba a su trabajo para escapar a su encuentro e iban al piso donde compartiría vida con mujer ajena para vivir su pasión. No llegaron más allá del simple beso y millones de abrazos porque él no es de condición más infiel que esa. Seguía intentando por activa y pasiva dar fin a su relación pero todo era infructuoso, todo el mundo estaba en su contra, él era el equivocado. Dejó escapar a alguien con la que no estaba predestinado pues ella encontró en Madrid al amor verdadero. Él con el paso del tiempo cree que las cosas tienen su propio origen y final porque todo está predestinado. Ahora mismo se siente seguro y puede ser que haya encontrado su entero. El tiempo lo dirá.

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  8. Joder, Lisset, que bello y que triste a la vez... puñetas, me has emocionado, pero como no me emocionaba en años. Oye, no será una despedida, ¿no?, que no me entere, ¿eh?. Un besazo enorme.

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  9. La historia de los opositores, me suena cercana, dolorosamente cercana y conocida. Ya no sé si estamos predestinados o no a alguien. Siento a veces que no es uno quién se equivoca, sino el resto del mundo...

    El Mundo se equivoca

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  10. Me alegro que te haya gustado y no, no es una despedida...Besos.

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  11. Me alegro de que no lo sea. Por cierto, no se como haces el tema de poner el enlace directo al video del youtube. Yo no veo por ningun lado como hacerlo. En fin, te los seguiré mandando a la antigua usanza. Besitos vespertinos.

    http://www.youtube.com/watch?v=YsChXtwcCEg

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  12. Hola Antonio, sólo es un poco de código html básico, pones texto que quieras poner

    Copia y pastea. Puedes buscar en google, código html y ahí puedes ver cómo poner cositas graciosas, negritas, subrayados, etc. Y si no lo encuentras te aclaras te lo envío yo por email que a eso me dedico :) entre otras cosas.

    Besos nocturnos...

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  13. Te lo envío mejor por email, aquí coge directamente el código, no puede evitarse :)

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  14. Este relato por cierto, es una obra original de otro escritor, X, que es maravilloso, desconocido y misterioso y que modifiqué a mi antojo porque eran mis sentimientos, mejor escritos que los míos. Puso voz a mis pensamientos, y supongo que a los de otros amores inconclusos. Deberías leer su blog, a veces es realmente sorprendente. Hice algo parecido como lo que hice con aquella entrada tuya de la cual te robé un párrafo y amplié a mi gusto en mi comentario. Obviamente no publicaría algo así con mi nombre como autora ni en una entrada, pero como comentarios, bueno, es divertido coger la obra y ampliarla al gusto de uno, incluso escribiendo algo totalmente opuesto o del punto de vista del otro. Te recomiendo que hagas lo mismo con tus entradas o con lo que yo escribo alguna vez. Ponerse en los zapatos de otros es curioso. Besos.

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