domingo, 12 de septiembre de 2010

Una estrella en el firmamento



Inicio un nuevo “experimento” con las poesías y lo voy a trasladar a la prosa también. Se trata de que hace poco remodelé un poco mi habitación. Tengo un pedazo de equipo musical de cuando estuve casado la primera vez allí y he puesto encima mi televisión de 14 pulgadas con un DVD para ver las series que descargo. En él escucho los viejos Cd’s con unos auriculares inalámbricos de los mejorcitos del mercado. Yo cuando me mojo, me mojo. Me quedé el equipo de música porque lo compré antes de casarme y al disolverse la sociedad era comprensible que lo de un servidor se iba con él. No lo tengo en el salón porque allí tengo un Home Cinema que quita el sentido. Todo esto lo he contado no para presumir, que lo haría si fuera petulante, pero no es el caso, os lo digo para que conozcáis cosas de mi vida privada y porque he descubierto que recostado en la cama, con los auriculares puestos escuchando música y escribiendo en una libreta a la vieja usanza lo hago potablemente, así que hasta que me canse del nuevo sistema, seguiré con él.

El martes empezó la feria real de la muy ilustre y mariana ciudad de Lucena. Se la conoce como feria del Valle porque está erigida a tal virgen. Yo guardo buenos y malos recuerdos de ella y como soy masoca, vamos a empezar por los malos, que fueron los detonantes de la recuperación que ha hecho que hoy por hoy sea quien soy. Vayamos por partes y contemos tan linda historia.

Hace dos años acababa de pulirme 6000 € en alcohol, tragaperras y compras varias en menos de un mes. Aun me quedaba un crédito de 1000 € de un total de 1200 que tenía en una tarjeta Visa pero debía reponer lo que gastara dentro de los cinco días primeros del siguiente mes sin comisiones. Una noche de feria fui a un salón de juegos que hay en la misma calle donde vivo (para que poner la tentación más lejos) y saqué con la tarjeta 100 € en monedas. Empecé con los cubatas de Barceló y a jugar a las tragaperras cuando se me acercó un rumano diciéndome que en una máquina que se llama ruleta se podía ganar más de 3000 € en una noche, que él lo había visto. Decliné su oferta y seguí a lo mío. Cuando me gasté los 100 € me había bebido 10 cubatas y pedí 100 más jurándome a mí mismo que serían los últimos, que de ahí a mi casa. Cuando acabé con ellos ya eran 18 los cubatas bebidos y un cabreo de mil pares de cojones porque la tragaperras que escogí aquella noche si apenas había escupido 30 €. Mis cojones empezaron a mandar y decidieron sacar 100 € más. Pero ahora me acordé del rumano y decidí hacerle una visita. No estaba jugando porque estaba sin un céntimo. De hecho nadie estaba jugando a la ruleta en aquel momento, pero yo había visto otros días salir de aquel espacio que estaba un poco escondido de miradas ajenas, a jugadores con las manos a rebosar de monedas. Entre el ciego que llevaba y la codicia decidí darle mi miserable capital a aquel desconocido para que jugara por mí. Recuerdo como si fuera ayer a pesar de la borrachera que 600 € se fueron por el desagüe en cuestión de 15 minutos. Ya solo me quedaban 200 € de crédito y mis cojones decidieron jugárselos a todo o nada. Me guardé 20 € y le di el resto. Apenas duraron 3 minutos. A continuación me lié a patadas con la máquina e intenté volcarla. Mientras el camarero del local llamó a los dueños del mismo. Entre brumas no recuerdo si llegué a volcar la maquina. Recuerdo que llegaron los dueños y me recriminaron que no se esperaba esa conducta de un tipo como yo. A continuación me invitaron a no volver a pisar su local. Desde que estoy en la asociación firmé unos documentos donde solicité que se me prohibiera el acceso a Casinos, Salones de Juegos y Bingos de toda España. Con solo presentar mi DNI, requisito indispensable si quieres acceder a esos sitios, consta mi número como registrado en una asociación de rehabilitación de la ludopatía y me restringen el paso. Soy adicto a todo tipo de sustancias y cuestiones accesibles de ser adicciones. Lo tengo así de jodido. Lo que pasa es que cuento con una serie de recursos que me permiten controlar dichos accesos. Con los 20 € y a las 3 de la madrugada mis cojones decidieron ir a la feria. Aun estaba medio ciego. Los 20 € me supusieron 6 cubatas más. Ya si me puse como las perras. Recuerdo como si estuviera montado en el látigo que me subí encima de una barra de cualquier caseta de aquellas que hubieran aquel año y me puse a hacer el gorila al son de sepa usted que mierda de pachanga veraniega. De ahí el próximo recuerdo es dar camballadas de un lado para otro zigzagueando todo el ancho de la calle. El próximo recuerdo es verme tumbado en el césped de la plaza Prudencio Uziar. Ahí he dormido muchas monas.

Todo esto son conductas impropias de una persona como yo. Quien me conoce personalmente sabe que doy impresión de serio, aunque en el fondo soy un cachondo mental sin remisión ni condición de cambio. Cuando bebía me transformaba cual Jeckyll en alguien que a todas luces desconozco. Nunca he sido agresivo, pero si desagradable. Hace tiempo dejaron de hablarme mis amistades por sentirse avergonzados de mí. Con el tiempo los he ido ganando poco a poco. Bueno, amistades no son. Solo tengo dos amigos, y uno es primo hermano. Los demás son colegas.

Poco después de ese episodio ingresé en la asociación Alsubjer. Ya llevo casi 2 años sin jugar. Sin beber no llevo ese tiempo. He sido más débil en ese campo. Los que me leéis de hace tiempo sabéis desde cuando no bebo. Los que no, yo os lo digo. La última que pillé fue el 12 de mayo. Leer las entradas de ese mes y os enteraréis como fue.

Con el paso del tiempo no puedo decir que este arrepentido de lo hecho. No se trata de eso. Arrepentido estoy y mucho. Pero me he tenido que pedir perdón, he pedido perdón a los que he hecho daño y sigo hacia adelante. Unos días estoy con la cabeza más alta y otros días estoy con el ánimo más bajo. A pesar de todo el perdón que me he dado no dejo de preguntarme cuánto daño he hecho y por mucho perdón que haya pedido el dolor se ha sufrido y el único culpable he sido yo. Esta es mi carga y es muy pesada. Mis padres solo han podido tener un hijo y desde que mi madre me dio a luz no han podido vivir tranquilos. Quiero que se sientan orgullosos de mí pero mis opciones se ven trabadas por la parca preocupación que han demostrado por los méritos de su hijo. Los campos donde he demostrado algo de valía han resultado ser poco transitados por ellos. Lejos de venirme abajo me crezco con cada palabra que surge de mi alma, pero os aseguro que cada vez que los miro a la cara y no les veo semblante de felicidad no dejo de culparme por ello, no dejo de culpar a mi enfermedad por impedirme cualidades más gratificantes a la condición mundana y no dejo de culparme por no haber sabido hacer frente a quienes me dañaban por el simple hecho de llamarme diferente. Hoy me vanaglorio de ello pero mis padres siguen ignorando el porqué de mi actitud. Quizás nací estrella en un mundo donde casi todos son planetas.

Sin tí moriría

7 comentarios:

  1. Chiquillo!!! no se como lo haces, pero a pesar de todo lo que te ha pasado en la vida, lo relatas de tal manera que me haces sonreir. Si te sirve de consuelo (una profe mia que me tenía manía me decía, mal de muchos consuelo de tontos, por lo tanto, tonta) la mayoría hemos caído, subido, bajado, tropezado, hemos hecho locuras, hemos sufrido adicciones... y hemos causado daño (yo también tengo padres, pobrecitos lo que pasaron conmigo desde los 14 hasta que me casé, y luego me divorcié... y... lo que les queda)
    En fin, que la vida es así, y sino, la hacemos nosotros. ; P.

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  2. Si, somos eso, carne de suplicio para nuestros padres hasta que cojamos el relevo de nuestros hijos. En fin, la vida. Un beso

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  3. Admito que he pasado por muchas cosas, que la vida me ha tirado ladrillos a la cabeza de vez en cuando.... mis problemas sin duda, han sido otros distintos a los tuyos, pero aquí estamos, que hoy nos podemos reír de todo aquello y aún cuando algunos días, un poco de melancolía nos invade, somos capaces de levantarnos, mirarnos al espejo y mirar de frente a ese superviviente que aún sigue con ganas de dar guerra, de amar y volar. Besos, de esos que saben al amor sin sus alas.

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  4. Por supuesto, Lisset. Yo siempre me digo que si no hubiera vivido lo mío otro lo hubiera hecho. Así que me ha tocado a mí. Y no me arrepiento de ello. Solo que me da pena y pido perdón por todos los que han sufrido a mi lado, simplemente eso. Besos.

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  5. Perdónate de una vez, que ya has sufrido lo tuyo y lo de otros. Y sí, pide perdón a aquellos que crean que se lo merecen o lo necesitan oír de tus labios, eso siempre está bien. Ayuda a sanar. Besos.

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  6. Diablos !!! Alguien dijo un día... Si la vida te da palos, hazte una cabañaaa. Polonius Tu has construido todo un imperio. De que nos quejamos, que necesidad tenemos de vociferar pamplinas sobre chorradas de diario, y no saber apreciar cuando un sujeto como tú, es capaz de asumir tanto peso, ya no es reconocer errores, sino saber disculparse a sí mismo, de besar a tus Padres pidiendo perdón en silencio. Polonius en el universo efectivamente hay planetas, nunca olvides que más estrellas hay que ellos, la cuestión es que encuentres la dichosa galaxia en la que reposes tus andanzas.
    Sinceramente, leerte me "mata", y me "jode" con gusto y lo mejor de todo me emociona, (ya te pasaré el ticket de los kleenex).
    Thormento

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  7. jajajaja, Thormento, te pagaré encantado dichos kleenex.

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