viernes, 10 de septiembre de 2010

Un flujo en constante movimiento



Al final mi viaje no ha sido tal. Los prodigios de las nuevas tecnologías me ha permitido conservar internet hasta que llegue el técnico de la nueva compañía y me haga el cambio. Hasta entonces sigo en la brecha. Stella, una fiel seguidora, me ha pedido que cuente como conocí al que considero hoy por hoy el amor de mi vida. Como es una historia inocente pero con involucrada perseguida, voy a obviar algunas cosas pero la esencia queda como testimonio de lo que fue el inicio de una de las cosas que ahora mismo más está inundando mi mente. Va por ti, Stella.

Hace tiempo, no mucho en cuanto lo plasmas en un almanaque, pero cuando los sentimientos pasan a un primer plano parece que ha pasado una eternidad, este blog se distinguía por otro nombre que hacía alusión a una enfermedad que no intento padecer pero por desgracia poseo. Se llamaba “Voy a salir de la depresión” y contaba con muchísimos menos visitantes que en la actualidad. Este blog nació en abril de este año cuando un buen día estaba frente al ordenador y se me ocurrió crear una sección diaria en un blog que creamos para la asociación Alsubjer Juan Redondo, Rosa de la Torre y un servidor. Cuando lo creamos contaba con una contraseña como administrador del mismo. Cuál fue mi sorpresa cuando fui a crear una sección diaria a dicho blog cuando metí mi contraseña y vi que no servía. Con el tiempo me enteré que Juan Redondo borró a todos los administradores y se quedó solo él. Lejos de inquietarme el hecho, cree mi propio blog y lo bauticé con el nombre que iba a poner a la sección. Ya sabéis cuál es. Lo cree en un servidor de blogs que era un coñazo y a las dos semanas más o menos decidí crearlo en blogger, lugar donde estoy hoy por hoy.

Al principio bautizaba mis entradas como “Continuación 12.0, 13.0…” cosa que cambió con el tiempo. También empecé solo hablando de mí. Posteriormente fui introduciendo diferentes secciones hasta quedar el blog como lo conocéis en la actualidad. Quise darme a conocer como fuera a cuantos más lugares mejor, y empecé listándome en Paperblog, de ahí en varios directorios de blogs, he visitado blogs donde he dejado comentarios y así poco a poco. Pero los otros blogs no me llenaban, me parecían vacios. Poca alma en su creador. Conocí a un chico gay que creía muy majo pero en realidad estaba falto de amor y también vacío. Corté mi comunicación con él porqué empezó a inmiscuirse en terrenos pantanosos que no le importaba para nada. He conocido blogs muy interesantes, si digo lo contrario, miento. Uno de ellos es el de mi amiga Lisset. Otros, ya iré contando.

El único que comentaba en mi blog era el chico que he descrito antes, pero un buen día apareció de la nada una desconocida. Me dijo que eran muchos los que me leían y que no me preocupara. Aquel comentario me llamó la atención. Quién era ella (porque firmó con su nombre pero he de obviarlo por razones de intimidad) y sobre todo cómo sabía que me leían tantos. Pasó un tiempo y me puso otro comentario. Ahora decía que le gustaba como escribía. Un buen día hablé de una publicación que salía trimestralmente hace sus buenos años en Lucena sobre literatura donde he publicado alguna que otra cosilla y gracias a ese comentario me enteré que es de Lucena. Pasado otro tiempo donde siguió comentándome de vez en cuando se me ocurrió lo de publicar una novela por entregas y di mi mail por si alguien aportaba ideas yo la incluía en ella. El tema de la novela lo tengo apartado por falta de constancia. Soy así de desastre. Ella me escribió un par de mails y yo la incluí en mi messenger. Ella aceptó mi invitación y un día coincidimos y nos dio las tantas chateando. Seguimos y seguimos hasta que un día surgió en la conversación el tema de su marido, el cual yo conozco y algo que yo sabía que había hecho y ella desconocía. Inmediatamente me pidió el móvil y me llamó. Hemos hablado horas y horas por móvil, nuestro único hilo de contacto. La factura del mes pasado asciende a 150 €. Este mes no puedo llamarla tanto. De hecho ya he agotado mi tarifa plana con ella y ya no puedo llamar más. Cuando leas esto, cariño, sabes el motivo de no llamarte. A mí no me cuesta gastarme el dinero. Lo malo es que por desgracia y debido a mi mala vida mi padre controla mi cartilla. Y cuando el mes que viene vea la cantidad, me va a abroncar pese a mi edad. Aun tengo que llamar a la compañía que me explique lo del fin de semana gratuito porque yo no lo he visto reflejado en la factura. En fin, cosas de piratas.

Un buen día, martes, lo recordare siempre, me propuso quedar el viernes a su salida del trabajo a tomarnos algo en un bar que hay enfrente. Luego resultó que nos tomamos una lata de coca cola en un parquecillo durante 20 minutos. Nos hemos visto físicamente ocho veces más. No puedo dar más detalles. No hemos pasado del simple beso.

Tenía claro que es el amor de mi vida por una serie de factores que te van dando señales que reconoces como inequívocas. Me dijo que no cree en el amor para toda la vida y ese día sentí como si una daga se me clavara en el corazón. A decir verdad, prefiero la sinceridad que los escondites, pero dar por hecho que el mundo es triste por no haber conocido más que tristeza en tu vida es contraproducente. Ojo, no es más que un ejemplo. Para mí la década del 2000 al 2010 debería ser la más alegre de mi vida pues me ha dado dos hijos como dos robles pero me he intentado quitar la vida seis o siete veces, no las llevo contadas. Ha sido la más desastrosa de mi vida pues no he hecho más que cagarla una vez tras otra pero lo estoy solucionando. Ser un animal de costumbres es tan malo como decir que no se puede cambiar porque el que nace lechón muere cochino. El mundo está en constante movimiento y nosotros junto a él. No somos más que flujo en forma compacta que se modela constantemente. Nos influye todo. Así que deja de creer que el amor es una utopía y déjate caer en mis brazos y vive de una vez por todas, que te lo mereces.


La mitad de nuestras vidas

7 comentarios:

  1. Boig per tu

    Amada de Polonius, ríndete al amor, a SU amor. El error más grande no es encontrar fin a un amor en un momento determinado, que puede llegar. El error es nunca tener el valor de una vez haberlo encontrado, abrazarlo, cuidarlo, mimarlo, hacerlo crecer y disfrutarlo. Ver marchar un amor por miedo al qué dirán, al qué pensaré yo de mi misma... es una muerte en vida.

    Espero que te guste la canción, a mí, me encanta.

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  2. Ay Lisset, te adoro!!! me encanta esa canción y además en catalán, es preciosa.
    Perdon Polonius, deberías ser tú el primero a quien hacer referencia en este comentario. Primero de todo, mil gracias por contarme tu historia, no puedo evitar sentirme identificada con tu historia. Ya sabes, yo estaba casada, vivía consumida en mi matrimonio, sin saberlo, pero conocí a alguien que me abrió los ojos, que fue mi paño de lágrimas, mi cobijo, mi refugio, el que me hizo resucitar... de hecho el pobre aún está curando mis heridas, santa paciencia.
    Pero querida amada de Polonius, yo me rendí al amor, a pesar de las consecuencias, a pesar del qué dirán, y no sabes cuanto estoy disfrutando, sentirse viva, amada, es maravilloso.
    El concepto utopía designa la proyección humana de un mundo idealizado que se presenta como alternativo al mundo realmente existente.
    Yo también pensaba que lo que podría vivir, era una utopía, pero ya ves, mi mundo ahora es real, pasé de vivir en una "cajita de cristal", a una casita con vistas a la libertad.
    Gracias de nuevo Antonio por satisfacer mi sana curiosidad. Un besazo. Stella.

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  3. Gracias a la dos por vuestros comentarios. La canción es preciosa, Lisset. Ya te dedicaré alguna en catalán, otro día, puede que en tu blog. Me alegro, Stella, que estés viviendo un momento pleno junto a tu amado. Bien hecho por apostar y seguir viva. Un beso a las dos.

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  4. Stella, gracias. Es una canción que me conmueve profundamente y me trae muchos recuerdos. Tengo otras también en catalán, que lo mismo me traen vida que me llevan a hundirme pero eso no puedo evitarlo. Son esencias de recuerdos contenidos en esas partituras y viviré siempre con ellas a mi lado.

    Polonius, andas breve...nada generoso con tus palabras, espero que bien... Besos mil.

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  5. No es que sea breve, Lisset, es que algunos comentarios se me quedan cortos pues no son para extenderlos mucho. Otros sin embargo si. Depende de cada uno de ellos. Y no te preocupes por mi, que he sobrevivido a epidemias peores. Un beso.

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  6. Lo siento, soy una egoísta. Soy avariciosa con tus palabras, siempre quiero más. ¿Qué le vamos a hacer? :) Besos.

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  7. Pues este fin de semana no te quejarás en cuanto a entradas, porque he sido prolífico como nunca. Besos

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