jueves, 17 de febrero de 2011

Mientras el mundo gira al revés



Me contemplo en un espejo y no reconozco a
la figura que veo reflejada enfrente, es un
desconocido, un descosido, un feo aborto que para
nada representa cuanto siento en mí. Es por
eso que odio los espejos, hacerme fotos, no
soy capaz de identificarme conmigo mismo, soy
otro el que quiero ser, es a otro a quien quiero
idealizar conmigo… Es tan pesada esta pena
como apenada es la fosa que me cobija, y por
más que intento querer a esa triste sombra
atestada de dudas y verrugas me es imposible,
me es hasta el límite de mi sensatez fuero
inútil por componer, convirtiéndome cada día
que pasa en este triste, amargado, huraño,
transfigurado en su propia miseria, pues en la
cara se me refleja el estado de ánimo y,
sinceramente, por más que quiero, este no pasa
de ser tiro de línea para perecer en la guantera
del lamento que tan bien tengo aprendido;
siguiendo el curso que mantengo, no tengo más
remedio que, o claudicar y ser marchito en
vida, o empezar a vislumbrar un cielo menos
gris que me haga merecedor de una vida
más cálida y apenas parva; seguro de no
estar seguro de más seguridad en materia
de segundas oportunidades, debo procrear una
valentía para posturas con más gallardía,
dándose por buena la costumbre de optar
a la reconciliación del uno por el todo,
queriendo entender que el todo es merecedor
de una prima que revaloriza la mera
cuantía del temor a sufrir tal calvario
por sentir miedo al fracaso. Sigo mirándome
al espejo y sigue sin gustarme el tipo con
el que me encuentro enfrente. Debo
tragar saliva y estudiar mis facciones,
dar un respiro a mis cualidades y mandar
a tomar por saco mis irregularidades;
respiro hondo y empiezo a tocarme,
sigo sin gustarme. Esto empieza a aburrirme
y la desidia hace acto de presencia. Si
no ha de ser, no ha de ser. Quizás el
mundo pertenezca a los guapos y la tierra
a los feos. Quizás me pertenezca un trozo
de lejana y terca memoria que borre toda
esta basura que me corrompe. Quizás
fuera más productivo cargando pesadas
mesas de cristal a 10 dólares el camión
de reparto. Quizás fuera más feliz en
México junto al mezcal. Quizás me viste
bailar y te enamoraste de mí solo que no
recuerdas donde. Quizás sólo soy producto
de tu fantasía. Quizás quiera morir
tranquilo mientras el mundo gira al revés.

Antonio Jiménez

1 comentario:

  1. Quizás todo sea así, pero es, únicamente, en tu imaginación. Menos mal que no todo el mundo mira a través de tus ojos, siempre hay otros puntos de vista, siempre hay alguien que se pone boca abajo y hace el pino para verlo todo diferente...

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