domingo, 13 de febrero de 2011

Dos más dos siempre serán seis


Mi gran amiga Lisset, me ha reprendido cariñosamente pero con toda razón que deje de echarme mierda encima, práctica a la que soy particularmente adepto. He de reconocer que he estado perdiendo el tiempo una barbaridad estos últimos años y que ya va siendo hora de ponerse a partir la pana, como diría Rebesco del Merchendaising vuelto pa tras. He estado un par de días malo a rabiar con un maldito virus que se anquilosó en mi barriga y me la puso patas arriba. Y me he dado cuenta de dos cosas las dos noches que no he podido dormir rabiando del dolor y otras deposiciones fisiológicas propias del susodicho tanto bucales como anales, y es lo que estamos hartos de repetirnos a nosotros mismos o a los demás como verdad absoluta y que no va más allá de ser una verdad pura y dura: estamos en esta pantomima tres días mal contados, con quince horas para dolencias, una para comer, diez para dormir y media hora para joder o follar o lo que quieran ustedes suponer, ya sea con semejante, igual o la mano (en mi triste caso (vaya, lo de la mierda encima, que es un lastre del que difícilmente me voy a librar)). Así que me he cansado de buscar princesas con boinas en páginas de contactos porque a la vista está que ninguna se merece la suerte de estar a mi lado, me voy a dejar de idioteces de estar a la que salta en las salas de chat porque ninguna está a mi altura. Estoy seguro que si ha de llegar algo, llegará por sí solo, no he de buscarlo, me he cansado de ello. Ni cambie mi foto ni cambie mi nick ni cambie de forma de ser, yo soy como soy y a eso me he de adaptar, con eso me he de quedar, esa es la síntesis que figura en grandes letras por encima de mi ego, SOY COMO SOY, y ante ello, no hay más vueltas de hoja. Por supuesto que voy a adelgazar, pero para gustarme más y por cuestión de salud, no para gustar más a las mujeres, ya que valorar un amor a una mera cuestión física es como alimentar un canario con pedigree pal, una locura propia de superficiales.

Antonio Jiménez

2 comentarios:

  1. No sabes la alegría que me da leerte así, comprendiendo que por muy duros que sean algunos días, que sí, que van a venir, vale la pena quererse un poco más, aceptarse como uno es y el que se quede al lado, porque nos quiera de verdad. No vale ir acomodándose a lo que los demás esperan, porque esos que fingen todo el tiempo para agradar, no son ellos mismos. Si hemos de tener algún compañero de viaje, que lo sea a sabiendas de lo que somos y precisamente por lo que somos y nosotros tenemos que hacer lo mismo. El que aceptemos como copiloto será un ser igual de imperfecto que nosotros, pero tiene que tener ese algo, esa chispa, ese pegamento que nos une y nos mantiene unidos por muchos años. Amigo, las princesas y los príncipes no existen en la vida real, pero sí los reyes, nosotros. Dueños y señores de nuestro mundo. Besos y por todas.

    ResponderEliminar
  2. Osú, como te explicas, niña. Eres un prodigio. Gracias por ser quien eres y por darme esos ánimos que me das.

    Besos

    ResponderEliminar