lunes, 14 de febrero de 2011

Filosofía a 5 céntimos



Un solo envite entre mis aguas y la sed
del hombre, solo una vez lo pido para
poder comprobar cómo derivan unas piezas
del concilio por ser mi vital huésped de
real virtud pensada a rectitud de cien
huraños con vicios extraños pensados por la
mente del ser que declina mi líquido por
imaginarme en esas investiduras tan propias.

Un arrogante arbitrio entre las vestiduras de
mi propia senectud elevándose hasta cotas más
cercanas a los peñascos, si entendemos la lentitud
de mi carisma como realismo entre soledad y vicio
solventado entre tragos de hinojos perpetrado
por un fuero que hiere mi sentido hasta donde
el basta se hace sigue, siguiendo adelante por
queridos brotes de sangrantes vértices clamando
al cieno ni un pañuelo donde refrescar mi honra.

Cuando declino mi mirada al cielo y veo un
amanecer tan rojo como las entrañas que atraviesan
mi cuerpo, siento una paz que me inunda como el
agua ante el aceite y quiero responder en jirones
de colores, mezclando el Duero con el Ebro, sabiendo
a luz de tomas que los síntomas de esta efímera
locura son propios de una enajenación informal en
anormal disolución, siendo el misterio que me
abraza un torrente ante el cual solo deseo compasión.

Y posponemos el librado del milagro a ocasiones
más especiales, pues las supuestas conclusiones de
estas elucubraciones pueden dar al traste con ecuaciones
de más renombre usadas en el pasado. Siempre nos
fijamos que el camino nos sea leve sin pensar
en el tiempo que nos concierne para ese deje,
pudiendo el reparo de algunas incertidumbres dar
compás de espera a retiros menospreciados. Sea
como fuere el hecho de entender una filosofía
aplicada al simple resigno de respirar, vivimos
fugaces esta vida tan dispar y aprendemos a
tolerar esa muerte como el principio de algo indefinido.

Simplemente usamos la razón para esperar la desazón.

Antonio Jiménez  

3 comentarios:

  1. Tu filosofía barata, y lo de barata lo digo por lo de los 5 céntimos y no por lo que escribes, me ha calado hondo, en especial los últimos versos...

    "Siempre nos
    fijamos que el camino nos sea leve sin pensar
    en el tiempo que nos concierne para ese deje,
    pudiendo el reparo de algunas incertidumbres dar
    compás de espera a retiros menospreciados. Sea
    como fuere el hecho de entender una filosofía
    aplicada al simple resigno de respirar, vivimos
    fugaces esta vida tan dispar y aprendemos a
    tolerar esa muerte como el principio de algo indefinido."

    Eres fantástico. Besos.

    ResponderEliminar
  2. Como siempre te digo, gracias por tus palabras

    Besos

    ResponderEliminar
  3. Nah, no me des las gracias, son baratas :) como mi filosofía :) pero yo la vendo de un caro que no veas :))) besos.

    ResponderEliminar