Quiero ser paloma libre,
no depender ni de mis pensamientos,
y volar donde me lleve el viento,
incluso
hasta las costas de Liberia,
ya que el propósito es el
de permanecer
más impuro
a los intereses
del huérfano rencor
que intenta frenar mis pies
para ser por siempre
estigma de mi vida,
destinado
a ser reclutado
para bajar por la avenida
del tedio
con mi banderín
por medio,
causándome lástima
y pensando interiormente:
quiero ser libre como paloma al viento;
mientras mi cordura
me lo permita
en la cola de la desgracia
eterna.
Antonio Jiménez
Muy buena. Un canto a la libertad.
ResponderEliminarSaludos.
La paloma, en realidad no es libre, depende del viento :) del sol, de los árboles, de otros animales... Amigo, la libertad, me temo, es un ideal que no recuerda que en realidad todos tenemos simbiosis con algo o alguien. La libertad está de cabeza para adentro. Besos.
ResponderEliminarGarcibañez, no tengo ni idea de lo que me hablas, sin embargo en tu blog he hecho aplique de mi nuevo avatar para que se te cambie. Espero que con eso se te haya solucionado tan problemática visión hacia tu blog.
ResponderEliminarPero es libre en su vuelo, puede elegir por donde ir, no se lo dicta nadie. A eso me refería.
ResponderEliminarA ti nadie te dicta por donde ir :))) tampoco. :) Eres tú quien te limitas :** Las señales en las calles son mera decoración para quien tiene claro el fin de su camino, su meta última. Mira hacia allí y olvida lo demás. Besos.
ResponderEliminarOjalá, Lisset, ojalá fuese tan sencillo como bello lo has descrito.
ResponderEliminarBesos