Al amanecer en mi resignación
voy ocultando la soledad que acompaña
toda mi ruina y comprendo además
que la velocidad otorgada a mis lecciones
morales son más aceleradas que bruscas,
sintiendo el moaré del desierto levantar
mi silueta para encontrar la nada envuelta
en papel de regalo, aquel que recibí de ti
cuando nos separamos en igualdad de emociones.
Antonio Jiménez
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