A internetazos con el amor

Bueno, no sé cómo empezar a hablar de mí. En serio, es tanto el tiempo que he estado fuera de circulación creativa en lo que se refiere a la escritura que me siento más perdido que una alpargata en una leprosería. Pero alguien que no se si era muy sabio pero se constata que al menos era coherente a la hora de crear frases, dijo que para comenzar, siempre hay que hacerlo desde un principio. Y a eso me limito. Sigo un principio, voy desarrollando un desarrollo y terminaré con un final, valga todas las redundancias que he utilizado. Y eso va a ser una constante para esta nueva serie de escritos sobre cosas que, de alguna manera, tengo dentro y quieren salir al exterior.

Hoy os hablaré de mi nulo éxito de conseguir ligar a través de internet. Soy un negado, lo doy por hecho. Ya no me vale la escusa de no estar al lado de alguien y molestarle la vista con mi ruina en lo que se refiere a mi apariencia física (me estoy empezando a cuidar ahora, llevaré seis meses de un régimen no severo del cual habré adelgazado unos seis kilos, uno por mes), pero he de matizar que en tres años me abandoné bastante a la buena de San Críspulo, creando un chasis bastante lamentable. Con esas debo quererme y en ello estoy, trabajo arduo difícil porque a mí me gustaría ser otro, no el que se ve reflejado en el espejo, pero santa paciencia, en tus manos estoy. Sigo hablando de mis peripecias ligonas.

En un principio lo intente por “Terra Chat”, chat propio del canal terra, que tiene mucha aceptación entre los salidos de esta pobre tierra yerma de caballeros. Cordobesas no encontraba, y cuando las encontraba, no les interesaba porque soy de Lucena, a 70 kilómetros de la capital. Descartadas las cordobesas, las demás eran muy inseguras, preguntonas, querían saber hasta dónde te hiciste la partida del nacimiento, en que trabajabas, cuánto ganabas… etc. Claro, al llegar aquí y decir que soy pensionista pero con pretensiones literarias, todas me mandaban a paseo. Yo, que tengo un alma más débil que las migas de una magdalena, me sentía atropellado y poco escuchado, y todo esto hizo que dejara de escribir y escuchara y usara más poses góticas, leyera literatura de ese tipo y me volviera más huraño si cabe.

Al tiempo, mientras las telarañas se iban confinando en mi espectro, me llego un correo de una web gratuita para encontrar el amor de tu vida….. La web, con el sugerente nombre de “Amor en línea”, me llamó la atención, conocí la página y me registre, como no, aunque parezca mentira, la esperanza es lo último que pierdo. Vuelta a lo mismo, pero esta vez viendo (o no) la cara de la persona a la que quieres conocer, todo dependiendo de si ha puesto foto o no. Yo tengo una foto de hace tres años, cuando aún estaba guapo (vaya tramposo, no?) He conocido por lo menos a 30 mujeres y me quedo corto. Casi todas que soy un buen tío, pero que bla, bla, bla, bla… Eso suele significar que vivo muy lejos o que no trabajo y no soy lo que le interesa o vaya usted a saber qué.

Que me he cansado ya, que lo dejo, que le digo au revoire al amor desde internet. Hala, ya he escrito como el que no quiere la cosa lo de hoy. Prometo mejorar la escritura con el paso del tiempo.

Antonio Jiménez