martes, 11 de septiembre de 2012

El poder ni para el notario




Somos inestables como estado y entidad, nos sobran políticos por los cuatro costados y no estamos más que metiendo mano al más pobre para estrujarlo bien estrujadito y así suelte hasta la última gota del líquido de sus huesos, porque de los huevos no tienen ya porque inflados están, pero de tanto como le han tomado el pelo. Y yo me explico cómo se va solventando esta puñetera crisis que está haciéndonos sombra en nuestras espectrales vidas y tiene visos de nunca acabar, Cómo sobreviven los pobres parados de larga duración con sus ridículos 400 euros que cobran para alimentar y pagar lo indispensable al mes. Si, ya lo sé, con las ayudas de sus padres que como buenamente pueden van alargando la pensión hasta límites impensables para los alemanes. Y quieren recortarnos más cosas, como si fuéramos un recortable de nuestra niñez y se nos pudiera quitar esto y añadir este impuesto por aquí o acullá. Resulta vergonzoso que con lo que se mueve en dinero negro en esta piel de toro, el gobierno prometa un reducimiento de la pena de un noventa por ciento y solo se haya incautado poco más de 25 millones de euros.

Y la Merkel no haciendo más que exigir una deuda cero para que pidamos un rescate y su estado se beneficie de ello. Nos tienen cogidos por los cojoncillos. Si estuviéramos fuera de Europa a la que Aznar nos metió en su día con el blanqueo de todo o casi todo el dinero negro en el boom de la construcción, otro gallo nos cantaría ahora. Hubiéramos devaluado nuestra pesetilla y con ello habríamos atraído los mercados que nos estarían comprando como si de chinos nos tratáramos. Pero no, a seguir los mandatos de los países más emergentes, los que menos tasa de paro mueven y a conseguir millones de euros para dar como capital a los bancos que se quedan con ellos para pagar los sueldos millonarios de sus directivos y no para mover capital como foco de inversión para crear empleo.

Es vergonzoso vivir en un país de pandereta donde sales a la calle y ves todas las terrazas llenas de gente con su cervecita y su vinillo mientras desahucian a miles de personas a la calle por no poder pagar su súper inflada hipoteca que firmaron cuando los dos tenían empleo, dedicando uno a sufragar los gastos de dicha hipoteca. Las colas en Cáritas y la Cruz Roja cada vez están más llenas de personas que buscan alimentos porque no pueden permitirse pagar ni siquiera su manduca. Es infrahumano ver los límites de pobreza que estamos alcanzando cuando casi a diario se destapan casos de corrupción de tal concejal o consejero o portavoz o conductor o su puta madre de puestos que hay como subdelegado, delegado, y enchufado del primer pastor de la iglesia pastafari. Es vergonzoso que las huelgas generales se las pasen como tomillo por su polla, cuando es el clamor del pueblo en contra de lo que está haciendo el gobierno, supuestamente puesto en la zarzuela  por el pueblo y para el pueblo, no para hacer lo que les venga en gana.

En conclusión, todos los derechos que han ido ganando los trabajadores a lo largo del siglo XX, lo estamos perdiendo nada más empezado el siglo XXI, la patronal nos da por el culo sin vaselina y los sueldos son cada vez más ridículos y dando más horas, y quéjate, que hay cinco millones detrás de ti.

Qué lástima que lo único que me atreva a matar sea moscas, cucarachas y mosquitos.

Antonio Jiménez

1 comentario:

  1. Amén. (Perdón que por ahí arriba hay un post antiteología. Quiero decri: Así sea, o estoy contigo.)

    ResponderEliminar