Por qué no celebro estas jodidas fiestas
Todo en esta vida tiene un por qué, y por supuesto, hay varios frentes que denomino de origen común que me han llevado a no celebrar estas fiestas. Los voy a enumerar por puntos, por simple curiosidad de ver cuántos me salen:
1. 1. Provengo de sangre atea. Tengo antecedentes ateos en mi familia y eso ha derivado en que algunos de sus descendientes los seamos.
2. 2. Sería irónico no creyendo en un nacimiento de un mesías por estas fechas, lo celebre, ya que ni creo en mesías, ni en su nacimiento ni mucho menos en todas las barbaridades que se celebran además, ya sea los santos inocentes, el día de año nuevo (para mí no deja de ser un día más, y está claro que todo lo que empieza acaba y ha de volver a empezar si es cíclico. Celebrar eso es de necios, bajo mi punto de vista, una palpable consecuencia más del vorágine consumista. Se sabe de todas, todas, que el uso de la uva fue por una sobreproducción acaecida en las viñas Tarraconenses y para evitar una más que posible ruina a los caciques del sector, a un publicista de la época, que fueron a quienes acudieron como última salida dichos caciques, se le ocurrió como bendecida la idea de las doce campanadas con su sempiterna uvita) Como ya he dicho, todo tiene una explicación.
3. 3. A mí, como buen lector, me gustan los cuentos, pero para disfrutarlos y sacar una moraleja de ellos, si el autor ha filtrado tal compensación. Los cuentos no me los creo. Está más que demostrado, desde ilustres pensadores del Siglo XVII (vamos, que la cosa viene de largo como para que se obvie tan descaradamente) que los antiguos y nuevos testamentos cristianos son una vulgar copia de los mismos editados bajo la religión brahmánica, hace de eso la friolera de 8.000 años. No es una casualidad que el nacimiento de Jesús se celebre a partir del siglo IV de nuestra era el día 25, día del solsticio de invierno y, por ende, día muy celebrado en todas las culturas y religiones denominadas paganas.
4. 4. Es todo una suma de factores, un dos más dos, un tres más tres. Ahora viene lo más divertido de la inecuación numérica católica. La mayoría de las personas se consideran Católicos no practicantes. Más o menos es decir que me quedo con la mejor parte de su ideario o mandatos a seguir, que es, menos ir a misa los domingos, todo lo demás. Bien, luego la comunidad cristiana se vanagloria de unos números dentro de sus sectarios que no se corresponde con la verdad, pero que a su vez, no dejan de ser verdad. ¿Complejo?, no, ni mucho menos, tan solo nos asomamos a una de las evidencias más practicadas por cualquier religión en forma, momento y estado: Hipocresía.
5. 5. Y como soy un fiel impartidario de la hipocresía, no la puedo mostrar en mis actos, lo que me lleva a ser consecuente con la esencia misma de mis pensamientos y obras, o sea, no celebro estas fiestas.
6. 6. Y por supuesto, y para terminar, porque no me da la real gana, ea.
Antonio Jiménez
Amigo, con las fiestas has topado :))) Da igual lo que crean unos u otros. A una fiesta se apuntan todos.
ResponderEliminarYo no provengo de una educación religiosa, pues en Cuba eso estaba prohibido en mi infancia y en los colegios no se fomenta tampoco y aún así, las celebro. Lo hago de una forma atípica pero lo hago desde hace 7 años y la razón es sencilla: hija maravillosa llena de ilusiones, fantasía, generosidad en el corazón, esperanzas en que el mundo puede ser mejor, sonrisas, sueños, la creencia de que hay algo mejor y más poderoso que se acuerda de ella y la compensa por ser tan buena, lista, estudiosa, alegre... en total, que a través de sus ojos he aprendido a ver estas fiestas de forma distinta y aunque hago cosas raras por así decirlo, las celebro y lo hago muy contenta. Creo que ella tiene todo el derecho de elegir en lo que crea cuando sea mayor. Siempre le digo que ver, lo que se dice ver, no vemos a simple vista muchas cosas, ni hadas, ni a Papá Noel, ni al niños Jesús, ni a muchas otras leyendas, pero que no sabemos ciertamente si existen o no, pues tampoco podemos ver el aire y resulta que existe, que está ahí. No podemos ver los sentimientos y están ahí. Muchas cosas, "lo esencial, como decía el principito, es invisible a los ojos" :)))
Te dejo con algo viejo, pero que a mí me sigue haciendo reír año tras año. Un fuerte abrazo y te guste o no, feliz año nuevo :)) Besos.
Para hacer reír a un buen amigo, carta a Papá Noel