Cada vez siento más la pérdida
de una noción sentida como auténtica
pero remitida a minúscula salida
tras el devenir de una nación rica
que maneja nuestros designios a golpe
de consumismo para nuestro derroche.
Si uniéramos nuestras manos
sentiríamos nuestros golpes
dados a ritmo de sudor pobre,
caído a consecuencia de un pagaré
que nos hicieron firmar sin mirar
nuestra condición de nobles.
Pero a conciencia incierta
podemos doblegar nuestra ciencia,
aquella heredada de los futuros
pobladores de un mundo sin flores,
pues es el cemento el líquido con
que se riega los cimientos del poder.
Y nuestra ciencia es la savia
de un nuevo despertar sin
rabia, de un vivir sin nostalgia,
de un querer con deber y un
poder de corazón, pues es la virtud
la que mueve nuestra magia.
La solidaridad puede motivar
incluso al más débil si lo
requiere, ya que lo más divino
no se esconde en lo imaginario,
sino en lo palpable tras la
plausible labor de un voluntario.
Antonio Jiménez
Bueno, este poema tiene una explicación, y es que lo voy a mandar a un concurso en el que el único premio es si sales o bien ganador o dentro de los dos finalistas, es que te lo publiquen en su web. Como leéis, voy a empezar por un concurso poco atrayente en la cuestión pecuniaria, pero por algo hay que empezar. Ah, antes de que se me olvide, el tema central del poema debía versar sobre lo solidario, de ahí lo pintoresco de él. Gracias por su atención.
Qué tengas suerte!!
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Gracias DANYGIRL. Buen fin de semana para ti tambien.
ResponderEliminarEs muy bueno, Antonio. Ya sabes que siempre te deseo la mejor de las suertes y el tema es bueno, el despertar de la conciencia humana, el dejar fluir algo que en realidad es innato en nosotros aunque la mayoría se empeñe en lo contrario, la generosidad. La generosidad que no viene dada por dar nada material concreto, sino por brindar nuestro tiempo, nuestra voz y nuestros sentimientos en ayudar a otros. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarTe agradezco tus palabras de apoyo, Lisset. Ya se verá en que queda el concursillo de marras... Besos
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