The show must go on

Hoy tengo sentimientos encontrados. Por un lado estoy muy contento, pues este blog está alcanzando más de diez visitas diarias (Yujuuuuu!!!!!!) y tengo una seguidora más (doble Yujuuuuu!!!!!), pero por otro lado tengo un cabreo de tres pares de narices, y es que hoy en las noticias, en la sección de deportes, he oído que cada jugador de la selección española se embolsará 600000 euros si gana el mundial. Bien, son veintitrés jugadores sin contar el equipo técnico, que supongo que también se llevará su pellizco, pero pongamos solamente los jugadores. Todos ascienden a un total de trece millones ochocientos mil euros, casi ná. Tiene que ser la renta per capita anual de cualquier país africano como poco. Y nos quedamos tan anchos, ea. Rebajamos el sueldo a los funcionarios, congelamos las pensiones, cada vez estamos más endeudados como país, pero podemos permitirnos ese capricho. Para suavizar un poco semejante barbaridad, han dicho que el importe no será integro para los jugadores, que una parte será destinada a una ONG. Ole que ole, ya han salvado los muebles. Joder, si es que dan ganas de que no pasen de octavos, porque si pasan de cuartos, ya empiezan a cobrar primas. En fin, cambiaré de tercio, porque si no seguiré con más mal cuerpo que Pocholo un lunes a las nueve de la mañana.

Hoy he llevado el coche al taller a que le hagan una puesta a punto y le cambien el aceite y los filtros para el próximo viaje que voy a hacer a tierras vascas a ver a mi hijo. Como no tenía coche he tenido que ir al centro médico que está en la otra punta de la ciudad a las seis de la tarde con toda la solarana. No me ha dado un yuyu de puro milagro. Llevaba de banda sonora en el mp4 a Los Punsettes, Apnea y un poco de un recopilatorio de Los Planetas. Estoy en más baja forma que un quinqui harto whisky y he de cambiar esta situación si quiero soplar al menos setenta velas en la tarta. Pero ¿quién tiene cojones de ponerse a andar con el calor que hace? Soluciones hay, eso ya lo se, con levantarme a las seis y media de la mañana y andar hasta las nueve evito el calor, pero ¿quién es el guapo que se levanta a esas horas? Si por falta de ganas no es, es por el calor, en serio…. No cuela, no….no…..no, no cuela…..

Hoy he estado en un blog que sigo y he leído la entrada sobre la superioridad sobre el resto de la aborregada gente. Me ha recordado nuevamente Proyecto Hombre. Allí me tenían puesto el san Benito de que yo era dios, vamos, que me creía una especie de dios ante el resto de los mortales. Yo les decía que no tenía culpa si ninguno de ellos me llegaba a la suela del zapato. He de matizar que de aquella época hasta ahora he ganado en humildad, aunque aun tenga mis arrebatos deidales. En una convivencia me disfrazaron de Dios y tuve que aguantar que todos los presentes me echaran en cara que qué me creía, que de que iba, que si era Dios por qué estaba allí y mil cosas más. En fin, ya he dicho que la terapia de Proyecto Hombre consiste en humillarte del todo, en destruir tu autoestima, y una vez conseguido el propósito, amoldarte a su conveniencia, un borreguito social más. No comprendían que uno tiene su personalidad y que eso va a misa. Tu personalidad estorba, es lo que te ha llevado a consumir. Los miles de factores externos, no. Si eres un ser como dios manda, irás por buen camino, que es el del rebaño del señor. Si las propias escrituras lo dice, rebaño, camino… la senda del borrego, amén.

Ya está aquí el puto verano con todo lo que ello conlleva. Es la estación que más odio. A mi me gusta el frio, que se haga pronto de noche, que llueva, el olor a húmedo, abres la ventana y te inundas los pulmones de frescor. Ahora tienes la ventana abierta y te falta el aire, por no hablar de las moscas cojoneras y los mosquitos de los cojones. Y siempre sufro de diarreas. Es matemático. Y tengo que acostarme con el ventilador en la cara porque si no me puedo olvidar de coger el sueño. En la terraza del piso hay unas casetas que no se para que están pero que me subo encima para tumbarme y ver la estrellas. Tiene su peligro porque si se te va el cuerpo caes desde una cuarta planta al suelo. Pero en verano es donde mejor se está. Solos la inmensidad del cielo y uno, minúsculo, tumbado sobre la casetilla. Un lujo.

Vosotros, que surgiréis del marasmo en el que nosotros nos hemos hundido, cuando habléis de vuestras debilidades, pensad también en los tiempos sombríos de los que os habéis escapado. Cambiábamos de país como de zapatos a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella. Y sin embargo, sabíamos que también el odio contra la bajeza desfigura la cara. También la ira contra la injusticia pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros, que queríamos preparar el camino para la amabilidad no pudimos ser amables. Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos en que el hombre sea amigo del hombre, pensad en nosotros con indulgencia. (Bertolt Brecht)

Buuuff, ¿eh?, ya quisiera yo escribir la mitad de bien que él y decir tanto en tan poco. En fin, debo conformarme con seguir aporreando estas teclas y seguir exponiendo retazos de mi vida, de mi locuacidad, de mis temores, virtudes, miserias, sinsabores, oportunidades, miedos, ecos, soliloquios, llantos, risas, tertulias, recetas, ponencias, desgracias, alegrías y mil y un sinónimo más que vaya tejiendo poco a poco este blog que día a día va confiriendo un estilo propio. Ladies and gentlemans, the show must go on.