Estamos viviendo una realidad que supera la ficción. Somos
pasto de la mentira, de la traición, de la tergiversación, de la corrupción,
del enchufismo más descarado y de las contradicciones más reinventadas mientras
con miedo nos asomamos a la realidad pidiendo a lo desconocido por no decir
inexistente que la mierda no nos cubra por completo. La gente creyó a pié
juntillos que el cambio iba a revolucionar este pais de egoistas, ególatras e
hipócritas, se iban a crear puestos de trabajo como los arboles nos regalan sus
flores en primavera, que la corrupción iba a desaparecer como tantas series
españolas, que el país torearía a la crisis llegando por mutis propio al G-8,
que la prima de riesgo llegaría a niveles negativos y que todos los fachas iban
a apadrinar todo el continente africano.
Pero llegaron al poder y se encontraron que para mantener su
status de vida debían recortar todo, cuanto más posible mejor, dejando podrido
el estado del bienestar, principio máximo de cualquier democracia con dos dedos
de frente. Los empresarios prefieren traer productos baratos de paises oprimidos
(lease principalmente China, culpable del enriquecimiento masivo de las grandes
empresas tecnológicas) para venderlos aquí, no creando producción y por ende
movimiento pecunario para que el país progrese. Es una verdadera lástima.
Estamos más pendientes de San Messi y San Cristiano Ronaldo, indigentes que
viven en los votos de la más absoluta pobreza para dar principios morales, que
en la realidad que vive nuestro país. Ocurre un escándalo y se mediatiza hasta
la saciedad, hasta que tus propias neuronas dicen basta y quieras lo más pronto
posible olvidar el asunto. Es la maniobra del despiste, se nos emboba con un
producto mientras se inchan a malversar infinidad de recursos con la escusa de
que el pueblo soberano les concedió la potestad de cubrir unos cargos que,
entre sus privilegios, tiene el dón del aprovechamiento. Si algo nos ha
enseñado la historia reciente es que ningún ladrón a devuelto lo robado. Ya
puedan los mass media investigar lo que le den la gana e inventarse historias
para no dormir de cualquier cabrón. Una temporadita en la carcel, extropear una
obra de arte pintandola en el muro del patio penitenciario y que me quiten lo
tangao.
Y lo más redundante de la miseria humana es tener un
presidente de gobierno que no es capaz de dar explicaciones coherentes, que
tiene el don del doble sentido y que actua en la sombra escudándose en la
vicepresidenta, mujer de altura que da la cara por estar subordinada a un cargo
superior. Y mientras la cabeza invisible se regodea en su propia mierda creada
por la incopetencia de unos niños lastrados a la más absoluta obediencia desde
que nacieron, recuperando su poder al desposarse con el beneplácito de la
iglesia, supeditados al pensamiento moral y manejados por hilos de acero que
siempre han dominado el oxidado conservadurismo, nosotros nos vemos ahogados en
una carestía de vida que no se corresponde con los cada vez más bajos sueldos,
dándose el resultado de la destrucción de la clase media, institución nacida en
pleno renacimiento, quedando simplemente dos status sociales; los pobres y los
ricos, donde la separación social es cada vez más abismal.
El principio del siglo XX fue dominado por las luchas de
clases y la confirmación del comunismo como sistema político que cada vez
alcanzaba más ideólogos y más adeptos. Fracasó como forma de gobierno no por
responder a unas doctrinas erroneas, sino porque los gobernantes han sido
siempre egocéntricos y confundieron un sistema de clases con un imperativo vital,
llegando a ser meramente una dictadura donde se cohartaban todos tus derechos y
tu vida se supeditaba exclusivamente a servir el estado, cuyos dirigentes vivian
a cuerpo de rey mientras el pueblo pasaba penalidades y hambre. Por su parte
Estados Unidos creo el capitalismo, donde cualquier persona con ideales y
esfuerzo se podía labrar un futuro y conquistar el denominado sueño americano.
La cosa se les fue de las manos en el hundimiento de la bolsa en 1927. Crearon
más poderes que existencias había y cuando tal o cual accionista vendía,
resultaba que sus acciones se habian creado de la nada, dando lugar al desastre
bursatil que todos conocemos. Aquello si que fue una crisis con mayúscula. Pero
el país consumía lo que producía y su presidente con lo recaudado con los
impuestos creo empleo público mermando así el desempleo. Todas las soluciones
están ya inventadas, puiestas a la práctica y han dado resultado.
Pero somos codiciosos. El ser humano quiere más de lo que
necesita, no se quiere privar de nada, los anuncios nos venden ideales a los
que sólo podemos aspirar endeudándonos. El cambio de la peseta al euro hizo que
todo el dinero negro que existía se invertiera en lo más rentable, suelo para
edificar y especular con lo construido. Las comunidades autónomas ceden el
control de urbanismo a los ayuntamientos locales de cada ciudad o pueblo. Se
crea el concejal de urbanismo, persona muy dada a la caridad que nunca permite
sobornos de nadie. Tierras no edificables del día a la mañana se convierten en
edificables con un par de firmas. La construcción precisa bastante mano de obra
y se crea empleo. Los trabajadores a su vez crean empleo en los bares y
restaurantes cada vez que desayunan o almuerzan. Casi siempre la pareja
establecida en un nucleo familiar trabajan los dos. El Español ansía tener
propiedades, cuando más lustrosas mejor, eso le permite fardar ante la familia,
amistades y desconocidos. Los bancos, aconsejados por sus directivos, ven un
buen negocio conceder hipotecas a largo tiempo con solo presentar las nóminas
de ambos. Vivimos en el país de Jauja, nunca vamos a ver nubarrones en el
horizonte. La demanda de compra hace que el precio se hinfle hasta cotas
absurdas, pero eso no amilana a los compradores que no piensan ni en las cuotas
a pagar ni en el tiempo ni en el riesgo de su decisión. Solo piensan que por
unas cuantas firmas en la inmobiliaria, en el banco y en el notario van a poder
disfrutar de vivienda “propia”. Por supuesto como fulanito de copas ha ido a la
rivera maya nosotros no vamos a ser menos. Nosotros vamos a ir a Hawai, nos
pedimos un préstamo de 6000 € en cinco años y lo pagamos sin darnos cuenta. Lo
que sobre es para comprar cosas de primera necesidad. La televisión de plasma,
el blue disc, el ipad, dos ipod…
Vivimos por encima de nuestra posibilidades el sueño siempre
ansiado. Creemos que podemos con todo. Ni pensamos que todo pertenece al banco,
sólo que vamos a disfrutar y contar con nuestras propias cosas. Pero llega lo
inevitable. Un país donde los trabajadores trabajan 29 días al més por un
salario que apenas le llega para un tazón de arroz hervido diario, que mide al
menos diez veces tu país y por suerte sólo tiene industrializada una zona que
viene a ocupar la extensión de tu pais, revientan los precios dados sus bajos
costes de producción. Para colmo tu país le da todas las facilidades del mundo
para que empresarios de aquel país monten negocios gigantescos en el tuyo. Como
malvivimos con sueldos irrisorios nos vemos obligados a comprarle toda clase de
género. Nuestro sustento no crea riqueza porque se utiliza íntegramente en
beneficio de otro país. No hay movimiento monetario, no se crea empleo, la
crisis sigue planeando sobre nosotros, se destruyen puestos de trabajo porque
el nucleo principal de generar empleo en tu ciudad se ha visto gravemente
dañado por la producción de los habitantes de ese país. No se puede invertir y
los bancos que tanto pagan a sus directivos, replantean su negocio y en vez de
concedir préstamos pide subvenciones al gobierno para seguir pagando los
sueldos millonarios a sus directivos, artífices de la gran pesadilla de nuestro
tiempo. Llega el temido paro y los ingresos familiares se ven mermados en un
80%. No puedes hacer frente a todas tus facturas y dejas de pagar el piso y el
préstamo. Es más importante la factura del móvil, pagar la luz y la comunidad.
Llegado cierto tiempo te llega la notificación del banco con aviso de deshaucio
si no pagas la deuda contraida con él que asciende a una cantidad muchísimo más
elevada que la hipoteca que firmaste porque al principio solo pagas intereses y
al hacerte el finiquito te incluyen los intereses comprometidos con la entidad.
La cuestión del préstamo te la solventan con un juicio y con la inscripción de
los dos en la lista de morosos, lista que es lo primero que miran cuando
quieras pagar algo a crédito, aunque sea una miserable barra de fuet que cuesta
2,50 €.
La cosa está jodidísima, los deshauciados solventan su
pérdida quitándose la vida, la peña se quema a lo bonzo en su entidad bancaria
por amenazarlas con cualquier pleito, son cada vez más las personas que
recurren a un programa televisivo pidiendo la compresión de la audiencia para
que con un donativo llegue a reunir la cantidad que debe… El futuro contraido
con los excesos que nos invitaba a cometer bigotitos Aznar en su mandato ha
dado sus frutos. De los sueños plácidos hemos pasado a no dormir o a las
pesadillas extremas. Somos legión en este país de analfabetos ilustrados. Para
colmo los bancos se quejan de que cada vez tienen una cartera de pisos más
amplia y que los tienen que malvender o alquilar si les quieren dar salida.
Mientras el gobierno se preocupa en inventar nuevos impuestos con los que
gravar nuestra enquilosada vida, asustar a los pensionistas con la posible
retirada de sus ingresos, cuando realmente de su sueldo viven sus hijos ya
casados y mantener el estado de su bienestar. Sinceramente, la vida nos la
complicamos nosotros mismos. Somos independientes y capaces de razonar más allá
de lo imaginado. Pero nos gusta estar bajo las ordenes de alguien y que nos
dicten nuestros pensamientos. Borregos al fin y al cabo.
Antonio Jiménez